Así ha sido el año en el que el Ibex sube un 7,4% y cierra el ejercicio como el peor índice de Europa
Pasa de subir un 18% a pelear por conservar los 10.000 puntos por el impacto de Cataluña Firma su mejor cierre desde 2013 pero concluye en niveles de diciembre de 2015
La Bolsa ha dejado a nivel global en 2017 una ganancia mayor a lo esperado al inicio de año, cuando la resaca de la victoria de Donald Trump auguraba un ejercicio de subidas de tipos que finalmente no han sido tan intensas. Los mercados bursátiles han disfrutado un año más de estímulos monetarios en la zona euro y de los frutos que la política de los bancos centrales ha dejado en la economía global, que crece de forma generalizada, y en los crecientes beneficios empresariales. La Bolsa española ha quedado sin embargo rezagada de un rally en el que destacan con luz propia Wall Street y en la zona euro, las Bolsas de Milán y Lisboa, que desbancan claramente a Madrid en la periferia europea.
La incertidumbre política en Cataluña es la gran causante de la brecha abierta entre el Ibex y sus vecinas europeas, que sí superaron sin problemas el resto de episodios de ruido político que han marcado el año. El Ibex llegó a acumular hasta mayo una ganancia del 18%, colocándose al frente de Europa y que se quebró después a medida que se enfriaba la expectativa de alza de tipos, vital para un índice con un elevado peso de los bancos, y crecía el desafío independentista.
Los cinco primeros meses del ejercicio se planteaban complicados para los inversores. A la resaca de las elecciones estadounidenses se sumaron los comicios en Holanda, una primera toma de contacto para medir el auge de los populismos después de la victoria del brexit y el triunfo de Donald Trump. Finalmente no se cumplieron los peores augurios y Mark Rutte revalidó su cargo, lo que supuso el primer fracaso para las formaciones populistas.
Unos meses después llegó el turno de Francia en donde la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen hizo temblar, de nuevo, los cimientos de la UE. Le Pen, partidaria de abandonar el euro, cayó sin embargo frente a Emmanuel Macron, que se ha convertido en nuevo hombre fuerte del proyecto europeo.
Con el panorama político más despejado, las Bolsas aprovecharon para celebrarlo.Una sesión antes de conocerse el resultado de las elecciones francesas, los inversores lo descontaban, cumpliéndose así el lema de comprar con el rumor y vender con la noticia. El 5 de mayo el Ibex 35 registró su máximo anual: los 11.135 puntos. Todo hacía prever que la Bolsa española, con correcciones puntuales, tenía la oportunidad perfecta para aproximarse a los 12.000 puntos, nivel que no registra desde 2009. Pero el Ibex a duras penas ha conseguido cerrar el año sobre los 10.000 puntos, en niveles de diciembre de 2015 y la mayor desde 2013. La subida del 7,4% permite remontar en gran medida los descensos de los dos años anteriores: del 2% en 2016 y el 7,15% en 2015.
Los resultados de las elecciones del 21D, que confirman la victoria del bloque independentista, no han permitido a la Bolsa estrechar el diferencial el resto de Bolsas europeas. El selectivo despide el año sumido en la incertidumbre política y a la espera de la formación de gobierno en Cataluña.
Ganadores y perdedores
En un año en el que los mayores ascensos en la Bolsa española corrieron a cargo de las pequeñas y medianas capitalización (el Ibex Small Cap subió un 31,4%), es posible encontrar joya dentro del índice de referencia del índice de referencia. Cellnex (56,2%), IAG (41%) y Amadeus (39%) lideraron las subidas.El sector bancario en su conjunto no escapó a las ganancias.En un ejercicio marcado por la resolución de Popular y su posterior absorción por parte de Santander, la entidad que preside Ana Botín avanzó un 13%. BBVA sumó un 12,59%; Sabadell, un 25,1%; CaixaBank, un 23,85% mientras Bankinter y Bankia avanzaron un 7,39% y un 2,65%, respectivamente.En el lado opuesto, se sitúan Siemens Gamesa (-35,89%), que a lo largo de 2017 lanzó dos profits warning; Técnicas Reunidas (-32%) y Mediaset (-15,5%).El Brent despide un año por todo lo alto. Después de un comienzo de ejercicio inestable, las sucesivas ampliaciones del recorte de la producción por parte de la OPEP impulsaron los precios.En la reunión del pasado mes de noviembre, los estados que integran el cártel acordaron extender el pacto que rebaja la producción de crudo en 1,8 millones de barriles hasta finales de 2018. En el año, el petróleo de referencia en Europa sube un 23,5%, ganancia que asciende al 49,17% desde los mínimos del año. El barril de crudo
Los expertos creen que a pesar de esta inestabilidad, el Ibex tiene potencial. La mejora de los resultados empresariales, los buenos datos macroeconómicos y el traslado de las sedes de muchas cotizadas fuera de Cataluña sirven de escudo protector a los inversores.
La incertidumbre política no es exclusiva de España.“En Alemania continúan las conversaciones para formar Gobierno mientras las negociaciones del brexit avanzan hacia la segunda fase”, señalan desde Norbolsa.
Los inversores consiguen reponerse a estos acontecimientos. El Dax alemán acumula una revalorización del 12,5% y a lo largo de este año ha revalidado sus máximos históricos, con la conquista de los 13.000 puntos.El Cac francés de anota un 9,26% y el FTSE británico, un 7,6%. Los mayores ascensos este año enEuropa corrieron a cargo de las Bolsas de la periferia conEspaña como excepción.El Mib italiano, que en 2018 tendrá que hacer frente a las elecciones, avanza un 13,7% y el portugués PSI 20 repunta un 15,5%.
Al otro lado del Atlántico, Wall Street, la estrella del año a pesar de las exigentes valoraciones, ha prolongado la tendencia alcista de los últimos ejercicios. Los tres principales índices revalidaron sus máximos sesión tras sesión, en un año en el que la Reserva Federal subió los tipos tres veces –hasta 1,25% y 1,5%– y comenzó a reducir su balance. Las promesas electorales de Donald Trump, la mejora de los beneficios empresariales, el tirón de la banca –favorecida por la subida del precio del dinero– y las tecnológicas y la aprobación de la reforma fiscal en la última semana del año sirvieron de gasolina. El S&P 500 se anota un 19,9%; el Dow Jones, que a lo largo de 2017 conquistó cinco hitos y a punto estuvo de hacerse con los 25.000, sube un 25,5% y el tecnológico Nasdaq, un 28,8%.
Mucho más tranquilo se mostró el mercado de deuda. Un comportamiento artificial fruto de la i inyección de dinero del BCE. Mario Draghi continuó adelante con su programa de compra de activos. A partir de abril redujo en 20.000 millones el volumen, hasta los 60.000 millones.Pero será en enero cuando el banquero italiano comience el tapering con la reducción de las compras a 30.000 millones al mes al menos hasta septiembre. El BCE deja la puerta abierta a ampliar el plazo y el mercado retrasa a 2019, como pronto, el alza de los tipos en la zona euro.
El paraguas de la institución permitió a las rentabilidades de la deuda soberana mantenerse a raya incluso en los momentos de mayor inestabilidad. El bono español a diez años cierra 2017 en el 1,56% frente al 1,39% en que comenzó el ejercicio. El bund pasa del 0,2% al 0,42% y la prima de riesgo cae cinco puntos básicos, hasta los 111.
Un papel destacado ocupa el bono portugués que el en año gana un 27,4%. Su rentabilidad baja del 3,6% al 1,9% apoyado en la mejora del rating y los buenos datos económicos.