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Los partidos celebran una participación histórica que mantiene Cataluña dividida en dos

Aplauden la “normalidad democrática” de unos comicios sin incidentes Los secesionistas aspiran a “enterrar el 155” y los no independentistas a sepultar el procés

Laura Sancho, la joven de 18 años que ha declarado ceder su voto a Carlos Puigdemont, que permanece en Bruselas.
Laura Sancho, la joven de 18 años que ha declarado ceder su voto a Carlos Puigdemont, que permanece en Bruselas.Reuters
Juande Portillo

A la noche de infarto que ha vivido este jueves Cataluña, en un recuento de votos que todas las fuerzas parlamentarias vivieron con tensa prudencia, le precedió una jornada electoral sin un solo incidente que revelara el clima de tensión política desatada en la comunidad desde septiembre. La participación roza el 82% del censo de 5.510.853 catalanes llamados a las urnas, marcando un récord histórico que superó incluso el 74,95% registrado en los comicios de 2015. Todos los partidos aplaudieron el compromiso de los votantes y la “normalidad democrática” con que se abordó una cita que volvía a presentarse como un plebiscito entre el apoyo al independentismo y las fuerzas que rechazan la secesión.

“El 155 morirá en las urnas”, vaticinó al cierre de los colegios electorales Elsa Artadi, directora de campaña de campaña de Junts Per Catalunya, en alusión al artículo de la Constitución que sacó de la presidencia de la Generalitat a su candidato, Carles Puigdemont, que este jueves permanecía en Bruselas, donde se marchó para eludir la acción de la justicia y tratar de internacionalizar el procés. De hecho, una joven de 18 años dijo ceder su primer voto a Puigdemont, que sería detenido si vuelve a España (ver imagen). “Tenemos al candidato en el exilio y al número dos, Jordi Sánchez, lo tenemos en prisión”, denunció Artadi, que manifestó su “orgullo” por “un país que se acerca masivamente”.

Por su parte, los partidos que rechazan la independencia aspiraban anoche a frenar las aspiraciones secesionistas. La realidad es que el resultado electoral, cuyo recuento no había culminado al cierre de esta edición, demuestra la fuerte división social que vive la comunidad, casi al 50%.

“Se han visto ganas de cambio”, aseveró por su parte José Manuel Villegas, número dos de Ciudadanos, que consideró “espectacular” la entonces mera posibilidad de que su formación acabara siendo la más votada de las elecciones. Villegas consideró la altísima participación como un éxito propio de su partido, que reclamó una movilización masiva ante la “situación tensa y polarizada en Cataluña” y logra salir como el partido más reforzado. El apoyo a su candidata, Inés Arrimadas, supone, dijo Villegas, que la población busca un nuevo camino para la comunidad autónoma. Una nueva senda sin rupturas y con la “normalidad” demostrada este jueves en las calles que, argumentó, “es importante para Cataluña, pero también para España y para Europa”.

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La altísima participación también fue elogiada por ERC cuyo portavoz, Sergi Sabrià, aseveró que el alto número de votos “legitima el resultado de las elecciones”. Ante la percepción de que Junts per Catalunya parecía optar a más apoyos que la fuerza liderada por Oriol Junqueras, Sabrià criticó la desigual situación de su candidato, que permanece en prisión preventiva por decisión del Tribunal Supremo.

El secretario de Organización del PSC y jefe de la campaña de Miquel Iceta, Salvador Illa, coincidió en señalar que la “altísima participación” confiere “mayor legitimidad” a los resultados electorales de una jornada “tranquila, sin incidentes de importancia”, pese al temor de que se produjeran enfrentamientos o acusaciones mutuas de pucherazo.

Para la número dos de Catalunya en Comú-Podem (CatECP), Elisenda Alamany, el récord de participación es “un mandato de la ciudadanía” y “un mensaje muy claro” del papel resolutivo que se espera de los políticos, después de “los meses tan duros y delicados que hemos vivido últimamente”. Desde el PP esperaban una “noche complicada”, temiendo más por un posible avance del independentismo frente al previsible retroceso de sus propios apoyos, tras la “positiva implicación en las elecciones” de la ciudadanía. La CUP también manejó en segundo plano su esperada caída en votos, confiando en un resultado global que diera “garantía sólida de república” independiente.

La investidura será como tarde el 6 de febrero

Fecha límite: La investidura del nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña que surja de las elecciones celebradas ayer deberá celebrarse como muy tarde el próximo 6 de febrero, si se agotan todos los plazos posibles.

El Parlament: La sesión constitutiva del nuevo Parlament debe tener lugar dentro de los 20 días hábiles posteriores a los comicios, lo que implica que la fecha límite es el 23 de enero de 2018.

La presidencia. Una vez constituido el Parlament y escogida la composición de la Mesa de la Cámara, deberá celebrarse el debate de investidura del presidente del Govern en los diez días hábiles posteriores, es decir, el 6 de febrero como muy tarde.

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