_
_
_
_

El impacto que supone ser el pueblo más bonito de España

La facturación del sector turístico aumenta de forma exponencial El sábado, esta iniciativa de marketing de Ferrero da a conocer al ganador

El pueblo pontevedrés Combarro, uno de los finalistas de esta edición.
El pueblo pontevedrés Combarro, uno de los finalistas de esta edición.
Pablo Sempere

Desde hace tres años, Valderrobres (Teruel), Morella (Castellón) y Rubielos de Mora (Teruel de nuevo) forman parte del listado de los pueblos más bonitos y bellos de España, una iniciativa de marketing impulsada por el grupo chocolatero Ferrero. Con ella, la empresa que da forma a los ya tradicionales bombones Ferrero Rocher se hace cargo de la iluminación navideña de cada una de las localidades seleccionadas, convirtiéndola, aseguran desde la compañía, en un punto de encuentro para el turismo, “con un impacto directo en el sector hotelero y gastronómico ya no solo de la villa elegida, sino de toda la región”, explicó ayer Annelyse Velasco, directora de marketing para España y Portugal de Ferrero.

La cuarta edición del galardón Luce tu Pueblo ya está en marcha, y a ella se han apuntado seis localidades repartidas a lo largo de la geografía española: Ezcaray, en La Rioja, Vilafamés (Castellón), Grazalema (Cádiz), Sos del Rey Católico (Zaragoza), Combarro (Pontevedra) y Guadalupe (Cáceres). Será este próximo sábado cuando el grupo italiano dé a conocer el ganador, que en esta ocasión se debate entre Combarro y Guadalupe. Lo que parece estar claro es que el que logre la victoria verá rápidamente los beneficios que supone ser reconocido como uno de los pueblos más bonitos del país.

El otro finalista es Guadalupe (Cáceres).
El otro finalista es Guadalupe (Cáceres).

Según los datos del Patronato Municipal de Turismo de Castellón, el Castillo de Morella, principal reclamo turístico de la localidad, registró un aumento de visitas cercano al 70% tras la elección del municipio, en la Navidad de 2015. Del mismo modo, los hoteles vieron incrementadas el número de pernoctaciones durante y después de la campaña. Entre diciembre de 2015 y enero de 2016, dos de los establecimientos más grandes del pueblo, el hotel El Cid y el hotel Rey don Jaime, incrementaron sus visitas un 55% y un 45% respectivamente en comparación con la campaña navideña del año anterior. Lo mismo sucedió con los restaurantes y cafeterías de la región, que aumentaron su facturación en un 30% y en un 50%.

Un resultado parecido se vivió en Rubielos de Mora un año después, cuando el pueblo fue galardonado en 2016. Según se desprende de los datos de la Oficina de Turismo, durante el periodo de iluminación se superó en un 3.000% el número de visitas respecto al anterior periodo, pasando de 145 a 4.746.

En lo que insisten los organizadores de este galardón, que tiene un coste estimado de 1,5 millones de euros por edición, es en que las consecuencias y el impacto económico va mucho más allá de la Navidad. “La iluminación se piensa para cada pueblo en función de sus características, por lo que se queda en él durante el resto del año”, recordó el director regional de estrategia de medios del grupo, Franco Martino. Y los datos recopilados por las respectivas oficinas de turismo avalan esta teoría. Analizándolo con perspectiva, el caso de Rubielos de Mora es ilustrativo. Desde el 1 de diciembre de 2016 hasta el 30 de noviembre de 2017, las consultas presenciales en la oficina aumentaron un 66% respecto al año anterior (6.800 visitas frente a 4.100), mientras que las visitas al municipio lo hicieron en un 74%, pasando de los 18.100 turistas a los 31.600.

Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

Más información

Archivado En

_
_