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Estos títulos servirán a los empleados de banca para avalar que saben de finanzas

La CNMV aprueba 20 certificados de seis organizaciones En España hay unos 200.000 trabajadores en el sector

Todavía quedan más de dos meses para que entre en vigor la directiva europea Mifid 2 para que los mercados financieros funcionen mejor. La norma incluye unas exigencias en formación que traen de cabeza a una parte importante de los 194.283 empleados de banca que había en España a cierre del año pasado y también a las entidades financieras. Pero la CNMV ya tiene una lista preliminar y ampliable de títulos que habilitan a los comerciales para informar o asesorar. 

A partir de enero, todos los trabajadores de entidades financieras, empresas de servicios de inversión y gestoras de fondos que informen o asesoren deben haber recibido la instrucción necesaria. El número mínimo de horas será de 80 para el personal que ofrezca información y de 150 para el que asesore, como puso negro sobre blanco la CNMV en la guía técnica que publicó el pasado abril.

El supervisor que preside Sebastián Albella permite dos fórmulas para demostrar esta formación: un examen externo o cursos impartidos por la entidad o algún colaborador también acompañados de evaluaciones internas. Cuando opten por esta última opción, la responsabilidad recaerá en el consejo de administración o en el comité de cumplimiento normativo de la entidad.

La lista elaborada por la CNMV cuenta inicialmente con un total de veinte títulos (véase gráfico) impartidos por seis organizaciones educativas: Cecabank, la Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera en España (EFPA), el Instituto BME, el Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF), la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad Pontificia Comillas. Pero esta lista irá creciendo, previsiblemente, con el tiempo. 

Las cifras

 

El 75% del personal que asesora tiene formación universitaria, pero solo un 49% se encuentra acreditado por algún certificador externo. El 7,1% de los informadores está validado por un tercero.

 

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"Algunos de ellos acreditan capacidad para asesorar e informar y otros, sólo para realizar labores de información en función del contenido que imparten", puntualiza la CNMV en una nota. También podrán servir de garantía externa otros títulos distintos de los incluidos en la lista; aquí, también la responsabilidad de la entidad será máxima en que se cumplan las directrices.

El examen externo, el gran temor de la banca y también de los trabajadores, es opcional. Las entidades podrán acreditar los conocimientos de sus empleados a través de cursos y evaluaciones internas, pero cuando así lo hagan la responsabilidad recaerá en el consejo de administración o en el comité de cumplimiento normativo de la entidad.

Por si fuera poco, la CNMV se reserva la posibilidad de “realizar pruebas sobre los conocimientos del personal relevante”. Fuentes conocedoras de las intenciones del supervisor señalan que esas pruebas no serán exámenes sorpresa, sino otras fórmulas, como los compradores misteriosos (mystery shopping).

Experiencia y formación continua

Además de demostrar la formación, de manera interna por la entidad o con un título externo, la CNMV exige una experiencia de seis meses en la prestación de esos servicios. Los empleados tendrán un plazo para formarse de cuatro años como máximo, y en ese tiempo podrán realizar las labores con un supervisor. La capacitación, en todo caso, no será para siempre, sino que se exigirá una formación continua de al menos 20 horas para los informadores y de 30 para los asesores.

Las personas que informan han deben cumplir 10 puntos. Entre ellos, que conozcan las características y los riesgos de los productos, que sean conscientes de los costes para los clientes de los artículos financieros y que tengan conocimientos básicos para su valoración. Los trabajadores que den consejos concretos de inversión deberán, además, “conocer cómo el producto puede no ser adecuado”, que sepan los requisitos de idoneidad y que conozcan principios de gestión de carteras.

Solo los trabajadores que digan dónde se puede encontrar información, los que distribuyan folletos y los que no tengan contacto directo con los clientes están exentos de la obligación de probar sus conocimientos. Más del 50% de la plantilla del sector financiero tendrá que someterse a las directrices. De los casi 200.000 trabajadores en España deberían pasar la evaluación más de 100.000. 

La ESMA, el coordinador de los supervisores de los mercados de valores de la zona euro, publicó sus directrices en mayo del año pasado. El objetivo es que no vuelvan a colocarse en avalancha productos complejos y peligrosos como las preferentes –en 2009, las entidades españolas emitieron más de 12.000 millones en estos productos a pequeños inversores–, entre otros artículos financieros de los que algunos comerciales desconocen su funcionamiento.

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