La apuesta de las universidades vascas
Las habilidades transversales, como trabajar en equipo o hablar en público, recobran importancia en los programas Los centros son conscientes de que casi la mitad de las profesiones actuales se encuentran en riesgo de desaparecer
Las cifras son claras: casi la mitad de los empleos actuales se encuentran en alto riesgo de desaparecer en las próximas décadas, según el centro de reflexión independiente Bruegel. En España se calcula que el problema afectará al 55,3% de los trabajadores. Pero este think tank no es la única institución que se ha aventurado a pronosticar sobre las profesiones del futuro.
La Universidad de Oxford calcula también que el 47% del empleo actual desaparecerá. Además, considera que el 90% de los trabajos que permanezcan sufrirán alguna transformación y requerirán la incorporación de nuevas competencias.
En este proceso, los conocimientos técnicos importarán. De hecho, un estudio elaborado por Randstad Research adelanta que la digitalización generará 1,25 millones de empleos en los próximos cinco años y que 390.000 serán STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), pero también se valorarán otras habilidades.
Hay trabajos que aún no existen y no podemos anticipar, pero debemos seguir educando en valores Nekane Balluerta, rectora de la UPV/EHU
Así lo muestra un informe elaborado por Sodexo en el que se destacan las 10 competencias imprescindibles que deberán reunir los empleados en 2020. Inteligencia social, pensamiento crítico, cultura, dominio del big data, creatividad, colaboración o la destreza para adaptarse y aportar nuevas soluciones son algunas de ellas.
Y, sin duda, en este cambio las instituciones académicas tienen mucho que decir y enseñar. Los centros deben intentar adelantarse al futuro y formar a los empleados del mañana. En esta dirección trabajan las universidades del País Vasco.
La Universidad pública del País Vasco (UPV) –o Euskal Herriko Unibertsitatea (EHU), en euskera–, uno de los primeros centros de España en cuanto a número de titulaciones y alumnos, ha apostado por los convenios en su objetivo de adaptarse a los nuevos tiempos.
Por un lado, cuenta con acuerdos con universidades de 56 países, entre las que se encuentran 15 de las mejores del mundo, según el Ranking de Shanghái. Y por otro lado, confía en la asociación con empresas dentro de sus programas de formación dual.
A su programa de Ingeniería de Innovación de Procesos y Productos, puesto en marcha en 2012 junto al Instituto de Máquina-herramienta de Elgoibar (el primer grado universitario del sistema dual en España), ha sumado este año el grado de Administración y Dirección de Empresas y el de Ingeniería en Automoción.
Pero, como apunta la rectora de la universidad, Nekane Balluerta, la transformación del sistema no puede quedarse solo en las competencias digitales. “Hay trabajos que todavía no existen y son difíciles de adivinar, pero lo que sí podemos hacer es seguir educando en valores, adaptándonos a los nuevos tiempos”, afirma. “La sociedad está en continuo cambio y debemos preparar a nuestros alumnos para que sean capaces de transformar el entorno”, continúa.
Aumentan los grados que combinan dos disciplinas
“Las disciplinas tradicionales continúan sirviendo y siempre lo harán, pero ya no funcionan por sí solas. Seguiremos necesitando la ingeniería, los conocimientos sobre empresas o la educación, pero necesitan transformarse y convertirse en ciclos multidisciplinares”, mantiene Jon Altuna, vicerrector de la Universidad de Mondragón.
Por ello, este centro ha introducido, y transformado, nuevos programas formativos en los últimos años, como el de Gastronomía, Ingeniería Biomédica o el de Educación con Nuevas Tecnologías de la Información. “¿Quién iba a pensar hace 20 años que la ingeniería y la medicina se iban a unir en un mismo grado?”, reflexiona Altuna.
Pero Mondragón no es la única universidad vasca que ha apostado por combinar disciplinas. Entre los programas puestos en marcha por Deusto destacan, entre otros, el de Psicología más Psicología de las Organizaciones y, en ingeniería, el de Ingeniería Informática con Transformación Digital de la Empresa, Derecho con Tecnologías de la Información y la Comunicación, o la unión de Filosofía, Economía y Políticas en una misma titulación.
La UPV/EHU también ha seguido esta corriente y entre su oferta podemos encontrar su especialidad de Marketing e Investigación de Mercado, su grado en Ingeniería de Minas y Energía, o el de Bioquímica y Biología Molecular.
Además, como parte de sus acuerdos internacionales, el centro ha creado un doble grado con la Universidad Técnica Federico Santa María, de Chile. Este combina Ingeniería Mecánica, que se dicta en la UPV/EHU, con Ingeniería de Ejecución en la especialidad de Mecánica de Procesos y Mantenimiento Industrial, que el centro chileno imparte en sus sedes de Viña del Mar y Concepción.
En este sentido, la UPV/EHU va a poner en marcha este curso un programa piloto de píldoras formativas de educación en valores, igualdad de género o competencias para la empleabilidad, entre otras.
Una de las características que más definen a la Universidad privada de Mondragón, perteneciente al grupo industrial Corporación Mondragón, es su sentido cooperativista. Por ello, el centro siempre ha mantenido una vocación social con un alto compromiso de transformación.
“En 2014 hicimos nuestra primera reflexión sobre hacia dónde iba el mundo y la sociedad actual y sobre cómo iba a afectar a nuestro modelo educativo”, recuerda su vicerrector, Jon Altuna. “La universidad debe cambiar porque ya no es el único símbolo del conocimiento. La realidad es que ahora el conocimiento está en todos lados y ya no solo se va a aprender en los campus”, señala el vicerrector, quien asegura que ya vieron venir el cambio hace años.
“En 2014 nos comprometimos a poner en marcha una serie de objetivos porque vimos que la conectividad, el envejecimiento de la población, el crecimiento de la población urbana, las migraciones, el cambio climático y la desregulación del mercado laboral iban a influir en la formación de las nuevas generaciones”, resume Altuna.
Por ello, aparte de introducir nuevos programas formativos, Mondragón ha incorporado en todas sus titulaciones nuevas competencias transversales. A través de su programa de aprendizaje de servicio, intentan desarrollar competencias fuera del aula, involucrando a sus alumnos en el desarrollo de proyectos de servicio dentro de las comunidades cercanas. “De este modo conseguimos profundizar en metodologías activas”, sostiene Altuna.
El rector de la Universidad de Deusto, José María Guibert, considera que los desafíos de los centros de estudios no solo se encuentran en los programas formativos, sino también en las personas que los conforman. “Las universidades se enfrentan a varios retos, entre ellos el de transformar al cuerpo docente”, precisa Guibert.
“Este es un tema que me preocupa mucho por varias razones. Una de ellas es por la incomprensión que muchas veces mostramos hacia nuestros estudiantes. Esto no significa, en absoluto, que tengamos que adaptarnos a todas sus características, como la inmediatez, su apego a las redes sociales o su alto nivel de exigencia y volatilidad, pero sí hemos de tenerlas en cuenta si queremos apostar, y ganar, por otros métodos de enseñanza y aprendizaje y por otra forma de afrontar su formación”, defiende Guibert.
“Me parece que no les entendemos, no les conocemos ni queremos hacerlo, y no estamos dispuestos a adoptar su perspectiva porque seguimos considerando que la nuestra es mejor, cuando simplemente es diferente. De ahí que el reto por transformarnos me parece que es, aún, más complicado de lo que muchas veces nos planteamos”, finaliza el rector.