Cómo Harley-Davidson saca partido al internet de las cosas
La marca habilitó una fábrica con esta tecnología y aumentó un 4% sus beneficios Torre Europa y Campofrío ya han experimentado el impacto de esta tecnología
El internet de las cosas es la integración de las tecnologías de las operaciones con las de la información para obtener datos con los que tomar la mejor decisión empresarial. Así de sencillo lo explica el director general de Cisco en España, José Manuel Petisco, durante la presentación del libro Internet of Things de Maciej Kranz (editorial LID, 19,90 euros), del que ha escrito el prólogo.
El documento pretende ser una guía para que los directivos se atrevan a implementar esta tecnología en sus negocios. Una herramienta que, para Petisco, no es solo una moda, sino “una tendencia ya madura que se está implementando en muchos campos”. En España, hay 340 millones de objetos conectados, lo que supone que cada individuo tiene al menos siete. Un dato que ilustra cómo el internet de las cosas ya forma parte del día a día de la población. De hecho, el autor del libro, Maciej Kranz, lleva más de 15 años estudiándola, aunque no es hasta hace un par, cuando su presencia se ha hecho evidente.
Petisco recuerda que su primer contacto práctico con los ecosistemas conectados se produjo hace más de diez años, exactamente el 12 de diciembre de 2004. Ese día estaba viendo un partido en el Bernabéu, y cuando el encuentro estaba a punto de finalizar, les pidieron que desalojaran el estadio por un aviso de bomba. En ese momento, se le pasó por la cabeza el proyecto que habían desarrollado desde Cisco con el Real Madrid para controlar operaciones como esta, y rogó que funcionara. Y sí, el audio se escuchaba, los tornos se abrieron y en ocho minutos se evacuó a las 70.000 personas que se encontraban en el estadio blanco. “No lo llamé internet de las cosas porque aún no era tan innovador, pero era un proyecto realizado en 2002”, explica Petisco sobre los inicios de los objetos enlazados en red.
Se trata solo de una pequeña anécdota, pero hoy en día, el internet de las cosas ya está presente en todos los campos, especialmente en las grandes corporaciones. Tanto es así, que está transformando las mismas, y “no soy capaz de pensar en una industria que no la use actualmente”, relata Kranz. El experto recuerda que, aunque lo que más llama la atención son los electrodomésticos conectados, donde verdaderamente se aplica el internet de las cosas es en los negocios.
Por eso, el autor del libro hace hincapié en que apostar por dicha tecnología no es una opción, “no es algo bonito que queda bien tener, sino una necesidad que hay que implementar”. Con esta obra, trata de desmitificar la conectividad para los directivos y hacerla más cercana, incluyendo casos en los que su implementación ha sido exitosa.
En España, cada individuo tiene, de media, siete dispositivos conectados
Es el caso de Harley-Davidson. La producción de estas motos presentaba problemas de dinamismo y eficiencia, la mano de obra era cara y los datos inservibles. Tardaban aproximadamente año y medio en implementar las mejoras en estos vehículos. Frente a esto, la marca decidió habilitar una de sus fábricas íntegramente con tecnología del internet de las cosas, aunó todo en una sola red y consolidó los datos. De esta manera, el tiempo necesario para corregir los errores se redujo de 18 meses a dos semanas. Con una sola fábrica transformada, los beneficios de Harley-Davidson aumentaron casi un 4%.
En este sentido, el director general de Cisco recalca que el internet de las cosas supone una diferencia competitiva, mayor eficiencia en los procesos, capacidad de innovación y nuevos modelos de negocio. Por todo ello, esta tecnología también genera nuevas oportunidades. Algo que saben muy bien en Campofrío. Hace tres años, su fábrica principal, situada en Burgos, se incendió, lo que supuso una pérdida de 300 millones de euros y casi la quiebra de la compañía. Sin embargo, se marcaron un objetivo claro: volver a Burgos en menos de dos años. El director de información de Campofrío Food Group, Javier Álvarez, recuerda que pensaron “si siempre hacemos las mismas cosas, tendremos siempre los mismos resultados”. Así que decidieron apostar por la informática para cambiar la fábrica entera. Ahora, su fábrica de Burgos es un referente 4.0 para todas las industrias. “Algo que considerábamos un desastre acabó convirtiéndose en una oportunidad”, subraya orgulloso el directivo.
La conectividad puede estar presente y desencadenar un gran cambio hasta en los sectores más tradicionales. El director de sistemas de Philips Lighting para España y Portugal, José Ramón Córcoles, explica lo importante que es darse cuenta de que “la luz sirve para mucho más cosas que para alumbrar”. Con esta premisa en mente, han logrado llevar a cabo un proyecto de iluminación sostenible conectada, que ha transformado Torre Europa y la ha convertido en el edificio más inteligente de Madrid y en el tercero del mundo. De hecho, las luces han servido para alojar sensores, para obtener datos sobre la ocupación de las estancias, para medir la temperatura, y será la base para desarrollar nuevas tecnologías en el futuro.