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Los hoteleros de la UE se plantan contra el dominio de Booking

Logran que no fijen precios tras sentencias en Francia, Italia, Suecia, Alemania y Austria

Turistas en el centro de Valencia.
Turistas en el centro de Valencia.Efe

Un empresario del sector turístico intentó contratar tres habitaciones en un hotel de la cadena Meliá para los cuatro días de la feria ITB, una de las más importantes del sector, que se celebró el pasado mes de marzo en Berlín. El precio que le daba el propietario era de 450 euros por habitación. Este mismo empresario consultó la disponibilidad en el mismo hotel para las mismas fechas en un comparador online de precios y encontró en una web desconocida tres habitaciones por 150 euros cada una.

Este es solo un ejemplo de una de las 21 malas prácticas que los hoteleros europeos han detectado en la comercialización de sus camas por parte de las agencias online. También han encontrado que el nombre de sus establecimientos ya ha sido registrado por Booking cuando intentan publicitar sus hoteles en Google.

Booking, perteneciente al grupo Priceline, ha adquirido dimensión mundial, al estilo de lo sucedido con Airbnb. Tras diecisiete años de andadura en la actualidad ofrece 1,5 millones de alojamientos en 225 países. Y ese tamaño es lo que ha propiciado que ejerza, siempre según la industria hotelera, un abuso de posición dominante. Los últimos datos sobre España revelan que el 57,5% de las camas vendidas a través de internet se hacen a través de Booking y ya a mucha distancia aparece Expedia, el segundo en la clasificación, con un 25% del total. Las posiciones en Europa apenas sufren modificaciones: Booking tiene una cuota del 63%, Expedia un 17% y HRS un 12%. Entre las tres suman el 92% del mercado.

Conscientes del tamaño que han adquirido estas empresas, los hoteleros europeos han descartado acudir a los tribunales de competencia nacionales para denunciar a Booking por abuso de posición dominante y han decidido urdir una estrategia europea para tratar de acabar con ese “oligopolio” y al mismo tiempo limitar el impacto de dos de las principales cuestiones que han enconado las relaciones entre hoteleros y agencias online: las cláusulas de paridad y las comisiones.

Las primeras obligan a los hoteleros a fijar las mismas tarifas y condiciones de reserva para el mismo tipo de habitación en todos los canales de venta. Esto significaba que no pueden ofertar precios por debajo de los que ofrecen las agencias online. Dicho de otra manera que Booking fija los precios de los hoteles, gracias a su posición dominante en el mercado. En 2015, las autoridades de competencia de Francia, Italia y Suecia sellaron un acuerdo con Booking a través del cual la compañía adquiría el compromiso de no volver a aplicar esas cláusulas de paridad. Ese pacto entró en vigor el 1 de julio del 2015 y tendrá una validez de 5 años. En caso de incumplimiento, el portal online se expone a multas millonarias. También se han producido sentencias favorables a sus intereses en Alemania y Austria.

Los empresarios quieren seguir la misma estrategia en el otro punto de fricción que mantienen con el portal online. Se trata de las comisiones que cobra Booking a los hoteles por comercializar sus camas. Ramón Estalella, secretario general de la patronal hotelera Cehat, apunta que las agencias de viaje tradicionales cobraban una media del 9% y que ese porcentaje se ha más que duplicado con la llegada de Booking. “Ellos dicen que cobran de media un 15%, mientras que nuestros cálculos lo elevan al 22%”, apunta. En su opinión, este porcentaje es claramente “abusivo”. Además recalca que no es proporcionado, ya que se cobra de la misma forma por una prestación de servicios completamente diferente. “No es lo mismo un hotel que pone 100 camas en Booking que otro que opta por no tener departamento comercial y que lo externaliza en Booking. La comisión, evidentemente, no puede ser la misma”, precisa.

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Y el punto de partida de la batalla legal se ha producido esta semana, en la que se ha conocido que la agencia estatal de consumo de Suiza ha abierto una investigación por posibles prácticas abusivas por parte de Booking.com relativas a la comisión que fija para los hoteles. Un portavoz del citado organismo apuntó que encontró “indicios del cobro de precios abusivamente altos a los hoteles”, aunque remarcó que dicha circunstancia no afectó a los clientes de modo directo. 

Booking rechaza los argumentos de la autoridad de consumo de Suiza. Un portavoz de la compañía recalca a CincoDías que se reunieron con la autoridad suiza encargada de la fijación de precios el pasado 13 de junio para presentar pruebas sobre el funcionamiento de la competencia en el mercado de intermediarios de reservas a través de plataformas de reservas online en Suiza. “Durante la reunión del 13 de junio, Booking.com señaló que nuestras tarifas de comisión en Suiza son comparables a las de la competencia y están en línea con las tarifas en otros mercados/países similares, especialmente al considerar el valor total de los servicios prestados por Booking.com a los proveedores de alojamientos. Creemos que la autoridad suiza de fijación de precios ha pasado por alto tener en cuenta estos argumentos. Por ello, el 16 de agosto Booking.com informó a la autoridad suiza de fijación de precios que no vamos a considerar una reducción en nuestras tarifas de comisión. Ahora estamos a la espera de una respuesta oficial”, recalca el citado portavoz.

La investigación abierta en Suiza será uno de los puntos fuertes de discusión en la próxima asamblea de Hotrec, la organización paneuropea que representa la industria hotelera, que se celebrará en la tercera semana de octubre en Amberes (Bélgica).

Las cadenas se “ponen las pilas” para vender de forma directa

Conscientes de la cuota de mercado que les están robando Booking y Expedia (una cuarta parte de los viajes que se contratan en España se hacen por agencias online), las grandes cadenas hoteleras se han puesto en marcha para tratar de impulsar la venta a través de sus propios canales. El porcentaje más elevado entre las grandes cadenas corresponde a NH, en el que la venta directa supone ya cerca del 50%. Este porcentaje aúna las reservas realizadas directamente en el hotel, la web y su propia central de reservas. Otro 40% se reparte a partes iguales entre las agencias físicas y online a partes iguales y el 10% restante corresponde a turoperadores.

En el caso de Meliá, la de mayor tamaño entre las españolas, el porcentaje de venta directa es del 30% y objetivo fijado por la compañía balear es llegar al 40% en 2018. Manuel Riego, vicepresidente de ventas digitales de la cadena balear, afirma que el objetivo es que el año que viene cerca del 70% de las ventas provengan del canal digital.

Detrás de esas cifras se encuentra el interés de las hoteleras por tener un mayor control sobre las ventas y por ahorrarse el elevado volumen de comisiones que pagan a las agencias online para comercializar sus camas. De hecho, esa era una de las principales ideas que movió a Barceló a estudiar una posible adquisición de NH, descartada por ambas partes. La unión de la segunda y la cuarta mayor hotelera habría dado lugar a un gigante de 209 hoteles y 93.000 camas, con un mayor poder de negociación frente a otros colosos como Booking o Expedia.

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