Fitch ve poco verosímil la independencia catalana pero alerta de las tensiones con el Estado
No espera que el referéndum altere la economía española La normalización de las relaciones llevaría a la firma a mejorar el rating catalán
La agencia de calificación financiera Fitch ha alertado hoy que la escalada de tensión entre Cataluña y el Gobierno central es negativa para la solvencia de la comunidad, si debilitan o anulan el apoyo del Ejecutivo central al Govern. Con todo, la agencia explica que los acontecimientos de esta semana son coherentes con anteriores revisiones del rating de Cataluña, cuya calificación actual es de BB, dos escalones dentro del llamado bono basura o deuda de alto riesgo, por lo que no ha movido la calificación de Cataluña.
En 2015, y al hilo de las malas relaciones entre los gobiernos de Barcelona y Madrid, Fitch retiró a Cataluña la calificación mínima que se aplica a las comunidades españolas (BBB-) y que asume el apoyo financiero del Tesoro. Cataluña es la comunidad con mayor dependencia de la financiación del Estado, 50.000 millones acumulados a finales de 2016, el 80% de la deuda de la comunidad. Fitch no considera que esta dependencia del Gobierno vaya a ser retirada, y que la comunidad mantendrá el acceso a la liquidez del Estado. Pero un debilitamiento de este compromiso a causa del proceso independentista puede provocar nuevas rebajas de calificación, dada la debilidad de las finanzas públicas catalanas, que no obstante Fitch destaca están mejorando.
"La posición que han tomado ambas partes ante el referéndum, independientemente de si se celebra o de su resultado, puede ser un lastre en la relación a medio plazo con el Gobierno central". La firma ve "poco verosímil" la secesión de España, y considera además que las tensiones con Cataluña no afectarán al funcionamiento de la economía española o de su Ejecutivo.
El apoyo gubernamental a las finanzas catalanas es clave para las tres agencias de rating. Moody's tiene a Cataluña con una calificación de Ba3, un escalón menos que Fitch, desde 2016. El pasado mes de febrero la responsable de autonomías en Moody's aseguró que, pese a las malas relaciones, un impago de la deuda catalana sería visto desde el mercado como un impago de España, dado que es su principal avalista. El rating de Cataluña sería varios escalones inferior de no ser por el FLA.
En la misma línea se ha manifestado Standard & Poor's, que tiene para Cataluña un rating aún inferior al de Fitch y Moodys', B+. Las tres agencias coinciden en la compleja sostenibilidad de las finanzas públicas catalanas sin el apoyo gubernamental.
Ahora bien, si hubiese movimientos que facilitasen a Cataluña una mayor autonomía fiscal, esto podría desdencadenar una mejora de la calificación, "dada la fortaleza económica de Cataluña y su base impositiva", según la agencia. La normalización de las relaciones políticas entre los dos Gobiernos sería "un primer paso necesario" que, en caso de darse, llevaría a Fitch a recuperar la calificación mínima para la comunidad.