Las empresas 'biotec' españolas logran la solvencia internacional
Las biotecnológicas logran un récord al captar 160 millones de socios extranjeros Fondos como Ysios y Caixa Capital Risc ‘acompañan’ a las inversiones foráneas
Las compañías biotecnológicas españolas cuentan con crédito creciente entre los inversores internacionales. Así se ha demostrado en el último año, cuando estas empresas han batido un récord de captación de recursos, en gran parte procedentes del exterior.
En las nueve mayores operaciones de alianzas internacionales y ampliaciones de capital con inversores extranjeros, las empresas han captado 164 millones de euros desde abril del pasado 2016 hasta mayo de 2017, según datos recogidos en el Informe Asebio 2016.
“Las empresas biotecnológicas españolas han continuado captando fondos internacionales en cantidades nunca vistas por el sector. Es especialmente destacable que durante el primer semestre de 2017 ya se ha captado más inversión internacional que durante todo 2016, superando los 70 millones de euros hasta junio”, asegura la patronal Asebio en su informe anual dado a conocer en julio.
El primer gran hito de las empresas españolas de este sector se produjo en 2014, cuando la catalana Oryzon Genomics llegó a un acuerdo con la multinacional suiza Roche. Esa alianza para desarrollar un fármaco oncológico benefició a la biotec, liderada por Carlos Buesa, con un desembolso inmediato de 16 millones y hasta otros 385 millones por avances científicos y comerciales en el medicamento. Hace unas semanas, el laboratorio helvético decidió renunciar a avanzar en la terapia (que ha vuelto a la cartera de la barcelonesa), pero aún así, supuso en su momento un gran impulso para este tipo de alianzas en el sector.
Desde el acuerdo de Oryzon hasta dos años después, las compañías captaron casi 100 millones de este tipo de acuerdos en los que participaban inversores internacionales. Pero desde abril del pasado año, se ha acelerado este proceso.
En esa fecha, Stat Diagnostica captó 25 millones de fondos de capital riesgo como Siemens Venture Capital (vinculado al gigante industrial alemán); Boehringer Ingelheim Venture Fund (ligado a su vez al laboratorio germano del mismo nombre); y los españoles Ysios Capital Partners y Caixa Capital Risc.
Precisamente Ysios, una gestora catalana de capital riesgo cofundada por la exministra Cristina Garmendia, y el fondo de la Caixa han servido de catalizadores para acompañar a los inversores extranjeros en las firmas del sector.
Así ocurrió en el mayor acuerdo del año, de 34,4 millones para la empresa de tecnología médica Medlumics, donde además de los dos fondos españoles se sumaron el grupo inversor francés Edmond de Rothschild, la firma irlandesa Seroba Life Sciences y la italiana Innogest.
Caixa Capital Risc acompañó a su vez a la gestora de capital riesgo Kinled Holding, de Hong Kong, en la entrada en el laboratorio barcelonés Iproteos en octubre del pasado año. Esta compañía se dedica al desarrollar fármacos frente a la esquizofrenia, epilepsia y cáncer pediátrico.
Ysios, por su parte, también reforzó el capital de Anaconda Biomed, la también barcelonesa que desarrolla innovadores dispositivos médicos, con 15 millones, para los que contó con el apoyo de la italiana Innogest y la estadounidense Omega Funds.
El sector biotecnológico español, que comenzó a desarrollarse a partir de los años ochenta, pero sobre todo con más fuerza desde la pasada década, cuenta en España con 635 empresas en las que la biotecnología es la actividad principal o exclusiva, según el documento de Asebio, en campos como la salud, la industria o la agroalimentación.
El valor de la producción de estas firmas alcanza los 8.181 millones. Si se incluyen empresas usuarias de estas tecnologías (como algunas químicas y energéticas) la actividad llega a los 110.880 millones. El sector todavía es pequeño en comparación con las grandes biofarmacéuticas, por ejemplo, en Estados Unidos donde han surgido importantes multinacionales como Amgen, Celgene, Vertex o Gilead.
Pero poco a poco, los inversores y compañías se fijan en el sector del país. En el último encuentro Biospain, celebrado el pasado año en Bilbao, se dieron cita 45 fondos de inversión nacionales y extranjeros entre ellos Johnson & Johnson Innovation, Novartis Venture Fund, Roche Pred o Edmond de Rothschild Investment Partners.
Dos laboratorios japoneses
Entre los acuerdos recientes con socios internacionales destaca el protagonizado por PharmaMar con Chugai Pharmaceuticals, una subsidiaria japonesa del grupo Roche. En el acuerdo por 30 millones, la nipona entró en el capital de la cotizada española, presidida por José María Fernández Sousa-Faro, que licenció el antitumoral PM1183 para el país asiático.
También la hispanobelga Tigenix, cotizada en Bruselas y en el Nasdaq de Nueva York, alcanzó un acuerdo por 25 millones con la japonesa Takeda, a la que cedió la comercialización en todo el mundo, excepto EE UU, de su fármaco en desarrollo Cx601 (una terapia celular). Además, la firma nipona entró en el capital, con un 4,48% de la empresa con sede en Madrid y liderada por Eduardo Bravo.