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Tribuna
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Un PSOE unido en torno a un nuevo pacto social

Patxi López apuesta por una fiscalidad más equitativa entre las rentas del capital y las salariales

Patxi López, candidato a la secretaría general del PSOE.
Patxi López, candidato a la secretaría general del PSOE.EFE

Tras la Segunda Guerra Mundial, en la mayoría de los países de Europa Occidental se produjo un gran pacto entre socialdemócratas y democristianos que sentó las bases del Estado del bienestar, proporcionando el periodo de mayor avance social y democrático de la historia europea. Los 30 años siguientes fueron los que Karl Polanyi llamó la Gran Transformación. Pero ese contrato comenzó a cuestionarse por la ofensiva neoliberal de los ochenta, tras la caída del Muro de Berlín, se fue debilitando en un contexto de aceleración de la globalización económica y se ha quebrado definitivamente tras la crisis de 2008 y la consolidación del capitalismo sin reglas.

La última crisis ha sido la excusa para acelerar el desmantelamiento del Estado del bienestar y los derechos sociales y laborales conquistados a lo largo de décadas. Podemos decir sin ambages que la revolución conservadora ha logrado romper el pacto social entre el trabajo y el capital que dotaba de legitimidad a la economía de mercado y sostenía el Estado del bienestar.

Y un sistema político y económico que no proporciona ventajas sino perjuicios e incertidumbres a la mayoría es un sistema inviable. En consecuencia, la ciudadanía reclama un cambio profundo de políticas para transformar el modelo dominante por otro que embride sus derivadas injustas, mediante una equitativa redistribución de las rentas generadas en una economía más sostenible y respetuosa con el planeta.

En este contexto de ofensiva ideológica conservadora, la socialdemocracia ha vivido una auténtica travesía del desierto, a excepción si cabe de los países del sur de Europa, como España, donde los Gobiernos de corte socialdemócrata llegaban al poder y ponían en pie con más de 30 años de retraso las estructuras de bienestar. Aun así, la socialdemocracia, en Europa y en España, no ha sido capaz de plantear un marco conceptual y político sólido y alternativo al dominante, que proporcione bienestar, sostenibilidad y progreso para una mayoría de ciudadanos.

No se trata de revertir los recortes del PP, ni atemperar con analgésicos las políticas injustas de la derecha, sino de plantear una alternativa profunda, sólida y viable. Pero sin caer en la ilusión de esa nueva izquierda tan puramente destilada, populista y extrema que resulta incapaz de generar confianzas mayoritarias.

La idea central sobre la que la socialdemocracia ha de construir su nuevo proyecto es la idea de la justicia social y prosperidad compartida. Injusta es una sociedad con desigualdades exacerbadas, en la que unos ganan mucho a costa de los que pierden demasiado. La riqueza que se genera en una sociedad es siempre en colaboración y de forma colectiva; la cuestión está en cómo se reparte, cómo se distribuye esa renta común o, más en concreto, cuáles son los mecanismos para la distribución. Y es en esos mecanismos (salarios, fiscalidad, gasto público, negociación colectiva) donde más ha sufrido nuestro Estado de bienestar, siendo la causa principal del malestar ciudadano, especialmente entre los jóvenes sin ningún futuro.

El proyecto político que defiende el candidato Patxi López apuesta por un nuevo pacto social entre el trabajo y el capital en base a cuatro ejes:

Para llevar a cabo este programa, el PSOE debe volver a ser percibido como un gran partido de progreso y bienestar futuro para todos, y recuperar su vocación de partido de mayorías atrayendo a amplias capas de la ciudadanía. Eso requiere que el partido esté unido en torno a un proyecto y un líder con capacidad para coser las fracturas internas, integrar las diferentes corrientes y generar cohesión interna. De entre los tres candidatos a las primarias de este domingo, Patxi López es, en mi opinión, sin duda, quien mejor reúne esas cualidades.

Manuel de la Rocha Vázquez es asesor económico de Patxi López.

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