Amin H. Nasser, el CEO del gigante petrolero saudí
De completarse la OPV, el ingeniero saudí será el consejero delegado de la cotizada más valiosa del globo
Saudi Aramco, la petrolera estatal saudí, está ultimando su salida a Bolsa, prevista para 2018. Aunque fue hace un año cuando el príncipe heredero del país, Mohammed bin Salman, anunció sus planes de lanzar una OPV, en los últimos meses la actividad internacional de la empresa pública se ha intensificado y España se ha colocado entre los objetivos de Amin H. Nasser, presidente y CEO de la petrolera desde 2015.
“Nueva York, Londres, Hong Kong... no hemos quitado de la mesa ninguna opción”, anunció Nasser hace unos meses en referencia a cuál sería la Bolsa en la que desembarcaría la petrolera. Por ello, la gira de la empresa para captar inversores institucionales no cesa. Una de las últimas reuniones del consejo de administración se celebró en Hong Kong y a finales de abril abrió su primera oficina en España, a través de su filial Aramco Overseas, que también está presente en Reino Unido (que está entre los mercados más interesados en la operación), Holanda, Francia e Italia.
El objetivo del CEO es poner en el mercado “la mayor venta de acciones vista en la historia”, con un valor “muy superior a la mayor salida a Bolsa registrado hasta ahora, la de Alibaba, con 25.000 millones”. Solo se pondrá en venta un 5% de las acciones, pero Riad estima que la petrolera vale dos billones de dólares. Si la operación se cierra, Nasser –del que desconoce su edad y escasean los datos sobre su vida privada– habrá conseguido culminar una carrera de más de 30 años en la producción de crudo y que su nombre suene por todo el planeta.
Nada más licenciarse en Ingeniería de Petróleo por la Universidad King Fahd de Petróleo y Minerales en Dhahran (Arabia Saudí), en 1982, pasó a formar parte del equipo de Saudi Aramco, la primera productora mundial de crudo, que también se ocupa de algunas actividades como la gestión de hospitales o la creación de programas educativos en nombre del Gobierno. Hasta 1991, Nasser se hizo cargo de diversos puestos técnicos y operativos en los departamentos de producción o perforación. Entonces, se produjo un ascenso en su carrera y a partir de marzo de 1991 se encargó de la supervisión en los departamentos de ingeniería y producción, hasta que seis años después se convirtió en director del departamento de producción de Ras Tanura.
Desde entonces, sus dotes de liderazgo le han permitido desempeñar puestos directivos en la petrolera: vicepresidente de Ingeniería y Desarrollo de Petróleo (2006), responsable de la línea de negocio de Exploración y Producción, E&P, (2007) y vicepresidente senior de esta última.
Pero su carrera en el sector energético no ha estado limitada a sus cargos en Aramco. Forma parte del consejo asesor de la universidad en la que estudió y del consejo de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah. También es miembro del consejo internacional de JP Morgan, del equipo directivo del grupo empresarial Dhahran Techno Valley y del consejo internacional de negocios del Foro Económico Mundial. Por último, pertenece a la Sociedad de Ingenieros de Petróleo, a la que sirve desde 2008 en su consejo asesor de industria.
Tras años en altos cargos, pero siempre en segundo lugar, tras los focos, a principios de 2015, el rey saudita Salman bin Abdulaziz llevó a cabo una reorganización del Gobierno. Gracias a esta, el entonces director de Aramco se convirtió en ministro de Sanidad de Arabia Saudí y Nasser tomó el control temporalmentede la petrolera. Meses después, el cargo pasaba a permanente y se convertía en el cuarto saudita en dirigir la empresa estatal.
Poco después, en enero de 2016, el príncipe Mohammed bin Salman –presidente del consejo de 10 miembros que dirige Aramco desde mayo de 2015–, daba a conocer que Arabia Saudí se planteaba la colocación de un 5% de la petrolera. Esta medida está enmarcada en el plan Vision 2030 –que también incluye la creación del mayor fondo soberano del mundo–, por el que el país tendría pensado disminuir su dependencia de los hidrocarburos, tras la caída sufrida de los precios del crudo desde 2014.
Desde entonces, aún no se han desvelado numerosas incógnitas respecto a la OPV. Por ejemplo, dónde cotizará la petrolera: Nueva York estaría entre las primeras opciones, pero el que los familiaresde las víctimas del 11S puedan demandar a Arabia Saudí, dificulta las cosas. Londres está haciendo grandes esfuerzos para ser la elegida. Por su parte, el Ejecutivo saudita ha hecho otros avances para que los inversores quieran rifarse aún más sus acciones: ha reducido del 85% al 50% el impuesto sobre los ingresos que Aramco debe abonar al Gobierno por el desarrollo de su actividad.
Mohammed Bin Salman se alzará con el mérito de la colocación, pero Nasser sonará en todo el mundo, pues se convertirá en el CEO de la cotizada más valiosa del planeta, puesto que ahora ostenta Tim Cook (Apple).
Volcado en el progreso
Amid H. Nasser está muy implicado en actividades sociales y profesionales dirigidas al progreso tecnológico y de la sociedad y apoya el Young Leader’s Advisory Board (YLAB), iniciativa de Aramco para vincular a sus jóvenes empleados al liderazgo de la empresa.
Dirige la iniciativa Iktva (In-Kingdom Total Value Add initiative), un programa de Aramco creado en diciembre de 2015 para impulsar la inversión, la diversificación económica y la creación de empleo en Arabia Saudí.
El saudita está impulsando a la petrolera a producir energías y productos limpios por medio de inversiones en startups.
En 2015, la Sociedad de Ingenieros de Petróleo le otorgó la medalla de oro Charles F. Rand, por sus logros en la administración minera.