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Las cinco rutas de enoturismo con más cuerpo de España

Recorrido por las DO Jerez, Penedés, Riberadel Duero, Rioja y Calatayud

Las rutas por las ganaderías del toro de lidia permiten contemplar la grandeza de este animal en su hábitat natural.
Las rutas por las ganaderías del toro de lidia permiten contemplar la grandeza de este animal en su hábitat natural.

Comer, beber y viajar. ¿Qué más puede pedir? Con razón el turismo gastronómico aumenta cada año afianzándose como un fuerte estímulo económico que desestacionaliza nuestros productos estrella: sol y playa.

Del récord de 75 millones de turistas que España registró en 2016, el 15% aseguró que la gastronomía era uno de sus principales intereses, de acuerdo con el informe del Foro Mundial de Turismo Gastronómico. Pero, ¿qué sería de lo gastro sin lo eno?

Según el reciente estudio de Acevin (Asociación Española de Ciudades del Vino) y Rutas del Vino de España, los visitantes de estas 27 zonas enoturísticas aumentaron en 2016 un 21% con respecto a 2015, superando los 2,7 millones de turistas y generando un volumen de negocio aproximado de más de 54 millones de euros.

Desde Jerez al Penedés, pasando por la Ribera del Duero o Rioja; el enoturismo atrae cada año a miles de turistas no solo por sus caldos y su cocina, sino por su enorme patrimonio cultural y natural.

Le proponemos un recorrido por las cinco regiones con más sabor de España.

Más allá del rebujito en Jerez

Los hay que aún les cuesta disociarlo del típico rebujito de feria o de las copas de sherry que tomaban los personajes de Downton Abbey. La Ruta del Vino y del Brandy del Marco de Jerez es, un año más, la que presume de mayor número de visitantes (501.783) en 2016 y va mucho más allá del archiconocido vino dulce. Finos, manzanillas de añada, amontillado, palo cortado, pedro ximénez o cream no son solo internacionalmente conocidos y comercializados, sino que gozan de gran diversidad y versatilidad para maridar con pescados o mariscos, con tapas, carnes, quesos y repostería.

Con sabor a sur. En el extremo sur de la península Ibérica, el triángulo geográfico conformado por las localidades de Sanlúcar de Barrameda, El Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera dibuja el Marco de Jerez. Un entorno privilegiado de suaves lomas de tierra albariza, de extensas playas de arena blanca lindando con la reserva de Doñana, y que goza de un clima envidiable todo el año. Piérdase por los callejones de sus pueblos níveos, cate sus múltiples variedades de vino, pasee a caballo entre sus viñedos o contemple la nobleza del toro de lidia en su hábitat.

Calçots en la Masía del Marqués, en el Penedés. La calçotada es una fiesta gastronómica típica en toda Cataluña.
Calçots en la Masía del Marqués, en el Penedés. La calçotada es una fiesta gastronómica típica en toda Cataluña.Masía del Marqués

Reyes del cóctel. Tanto los vinos como los brandis de Jerez son ideales para mezclar en infinidad de combinados. La marca de brandi Ysabel Regina organizó el pasado marzo el primer Concurso Internacional de Coctelería en Jerez.

Vinos, cavas y gallos del Penedés

La segunda en el ranking vitivinícola de Acevin, con 486.388 visitantes el pasado año, es la Ruta del Vino y el Cava del Penedés. Al igual que la de Jerez, esta región disfruta de un entorno privilegiado, situado a 30 minutos de Barcelona y otros tantos de Tarragona, bañado por las playas del Mediterráneo y arropado por las montañas. Aquí los viñedos envuelven masías, castillos o misteriosas abadías y la gastronomía, las fiestas populares y eventos enoturísticos, como la Primavera del Cava, llenan de matices y completan la experiencia enológica.

Las seis comarcas de Alt Penedès, Baix Penedès, Alt Camp, Garraf, Baix Llobregat y Anoia conforman la DO. Dentro de las diferentes variedades de uvas, la xarel•lo es el estandarte, de vinos jóvenes suaves y afrutados y envejecidos consistentes, cálidos y de expresión parietal. El cava, por su parte, representa la tradición en sus tres variedades clásicas, macabeo, xarel•lo y parellada, y modernidad en las múltiples foráneas que se han ido sumando.

La cocina de aves autóctonas marida a la perfección con estos caldos y cavas. Las recetas del pato mudo y de los gallos de raza Penedés son las más exquisitas. Tampoco pueden faltar los calçots, las tortas enramadas con productos de la huerta y la repostería tradicional con las cocas dulces de Vilafranca, los gelidencs de Gelida o los carquiñolis.

No todo va a ser tinto y lechazo en Ribera del Duero

Maridaje de lechazo con Ribera del Duero.
Maridaje de lechazo con Ribera del Duero.

En esta tierra, en el corazón de la Península, el vino es algo sagrado. La Ruta del Vino Ribera del Duero acogió el pasado curso a 351.389 enoturistas en sus 270 bodegas y diferentes alojamientos, restaurantes, museos vitivinícolas y centros de interpretación que se distribuyen por Burgos, Segovia, Soria y Valladolid. Esta región embotella cada año nada menos que 50 millones de litros de vino, según Acevin.

Vinos con cuerpo. Tintos, en su mayoría, con la uva tempranillo como variedad principal aportando intensidad en su color, consistencia y aroma para casar como ningún otro con el lechazo de Castilla y León al horno.

La regia Castilla. En la Ribera del Duero, el vino es la perfecta excusa para conocer sus apacibles pueblos y contemplar la historia castellana a través de sus monumentos, monasterios como el de Santa María de Valbuena, castillos como el de Peñafiel, sus bodegas subterráneas, calles empedradas y plazas medievales. Prepárese para zambullirse en el más puro paisaje de Castilla, a explorar sus senderos entre vides y campos de cereal en la vega del río Duero.

Mitos, pájaros y fiestas. La Ruta del Hilo de Ariadna, a través del laberinto subterráneo de las bodegas del grupo Yllera, las excursiones ornitológicas por las Hoces del Riaza, la Fiesta de la Vendimia o las Jornadas del Lechazo en primavera y Buscasetas en otoño son las más apetecibles.

Viñedos en la Rioja Alta
Viñedos en la Rioja Alta

Pinchos y batallas vinícolas en la Rioja Alta

Es la tierra del vino por antonomasia. La Rioja Alta ocupa el cuarto lugar en la clasificación de Rutas del Vino de España con 267.058 visitantes registrados en 2016. Desde los montes Obarenes hasta las estribaciones del río Najerilla y desde el Ebro, frontera y unión, hasta el Camino de Santiago, Rioja Alta nos descubre sus municipios y comarcas, en las que el vino es una constante que surge en cada uno de sus caminos y en cada rincón de sus localidades.

Bodegas centenarias a decenas, restaurantes de gran prestigio a nivel nacional, museos y centros de interpretación, casas y hoteles rurales con encanto o acogedoras hospederías se funden en el paisaje. Los colores cambian con cada estación en los valles con bosques de hayas y viñedos que acompañan el curso del río Ebro.

Los tintos jóvenes, clásicos y de autor de Rioja Alta son, sin duda, los más característicos. Los rosados también tienen buen arraigo y los blancos van asomando poco a poco la cabeza. En la mesa no faltan las chuletillas al sarmiento, las setas ni el bacalao a la riojana, y en la barra, la ruta de los pinchos, tradicionales o innovadores, es casi una religión aquí.

Haro. Visite las bodegas del Barrio de la Estación de Haro y acuda sin miedo a su famosa Batalla del Vino en junio. El Museo de la Cultura del Vino en Briones de la Fundación Vivanco es de los más completos del mundillo.

La Cola de Caballo es un impresionante salto de agua de 90 metros de altura dentro del Parque Natural del Monasterio de Piedra, en Calatayud. Monasterio de Piedra.
La Cola de Caballo es un impresionante salto de agua de 90 metros de altura dentro del Parque Natural del Monasterio de Piedra, en Calatayud. Monasterio de Piedra.

Un monasterio vitivinícola entre grutas y cascadas en Calatayud

La Ruta del Vino de Calatayud se ha incorporado recientemente al Club de Rutas del Vino de España, para ocupar la quinta posición en el ranking con 251.395 visitantes en 2016, por delante de los 158.234 de la Rioja Alavesa.

Viñas viejas. La comarca de Calatayud, en la provincia de Zaragoza, es una de las zonas vinícolas de mayor altitud de España con unas condiciones naturales extremas de frío y calor que fortalecen la garnacha, conocida como la viña vieja por superar en muchos casos los 50 años, con la que se elaboran excelentes tintos. También se hacen intensos blancos y aromáticos rosados. Para combinar con estos caldos, optaremos por algunas de las recetas más afamadas de su gastronomía, como el ternasco y congrio al estilo bilbilitano y los fardeles, un embutido elaborado con hígado de cerdo.

Vino, agua y piedra. Además del protagonismo del particular estilo mudéjar de Calatayud, declarado Patrimonio de la Humanidad y presente en seis de sus templos, y de sus balnearios sanadores, el Monasterio de Piedra es el gran atractivo de la zona. El Parque Natural que lleva su mismo nombre posee exuberante flora, innumerables cascadas y espectaculares cavernas para recorrer.

En el antiguo monasterio cisterciense se encuentra el Museo del Vino de la DO Calatayud, además de un hotel con spa y dos restaurantes.

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