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Laboral

Bruselas propone un permiso parental de cuatro meses por cónyuge y remunerado

Las patronales europeas reaccionan indignadas a la propuesta La CE la considera sólo el primer paso del "pilar europeo de derechos sociales"

La comisaria europea de Empleo, Marianne Thyssen
La comisaria europea de Empleo, Marianne ThyssenSTEPHANIE LECOCQ (EFE)

La Comisión Europea ha propuesto hoy un permiso parental de cuatro meses remunerados, tanto para el padre como para la madre. La normativa europea actual contempla ese permiso pero sin obligación de remunerarlo, lo que hace que muchos cónyuges, sobre todo los padres, renuncien a solicitarlo.

La propuesta suprime, además, la posibilidad de transferir tres meses de un cónyuge a otro, por considerar que perjudica a las madres, cuyas bajas maternales se prolongan aún más, en detrimento, muchas veces, de su carrera profesional

La nueva norma también establecerá como obligatorio un permiso de 10 días hábiles remunerados para los padres, que deben tomarse en torno a la fecha del nacimiento del hijo.

Los trabajadores con hijos menores de 12 años podrán solicitar, además, horario y codiciones laborales flexibles y no podrán ser discriminados o despedidos por ese motivo.

El proyecto legislativo también establece el derecho a cinco días libres y remunerados por año para los trabajadores con una persona a su cargo seriamente enferma o dependiente.

La normativa requiere ahora el visto bueno del consejo de Ministros de la UE y del Parlamento Europeo. Una tramitación que se anuncia tormentosa a la vista de las primeras reacciones. La mayoría de los grupos parlamentarios consideran insuficientes las propuestas mientras que las empresas las consideran inviables.

La iniciativa ha puesto en pie de guerra a las patronales europeas, que acusan a Bruselas de "socavar la competitividad" de las empresas y de romper la "paz social" que en materia de derechos parentales se había logrado con los sindicatos.

La Confederación Europea de Sindicatos, sin embargo, "apoya con vigor" la propuesta de la CE y advierte de que, a su juicio, "tal vez sea la última oportunidad para la UE de crear una Europa más social".

Las propuestas de la Comisión, presidida por el conservador Jean-Claude Juncker, intentan corregir la creciente divergencia económica entre los socios del euro y reducir las posibilidades de una carrera a la baja en los derechos sociales como vía para atraer inversión y crear empleo.

Bruselas teme que la ausencia de medidas sociales a nivel europeo aliente el voto hacia posiciones euroescépticas o de extrema derecha, como ha ocurrido en Francia durante la primera vuelta de las elecciones presidenciales. La candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, logró pasar a la segunda vuelta con más de 7,6 millones de votos y el 21% de los votantes.

El momento tambien parece propicio, con la posible victoria en Francia del candidato liberal, Emmanuel Macron, el próximo 7 de mayo, y las elecciones en Alemania del próximo 24 de septiembre. Bruselas confía en que Berlín y París vuelvan a entenderse para revitalizar un proyecto de europeo que con la salida del Reino Unido ha sufrido la primera escisión de su historia.

El primer contraataque social de la Comisión se centra en la conciliación de la vida profesional y familiar, una medida que puede justificar desde el punto de vista laboral y económico. "Aumentar la participación de la mujer en el mercado de trabajo no es sólo una cuestión de equidad, sino que también presenta un triple beneficio", ha señalado la comisaria europea de Empleo, la conservadora belga Marianne Thyssen, durante la presentación del proyecto.

Bruselas asegura que los permisos parentales y el de paternidad permitirán una mayor involucración de los hombres en el cuidado de los niños, lo que a su vez permitirá a las mujeres aumentar su tasa de actividad, que se sitúa casi 12 puntos por debajo de la media de los varones. Para las mujeres con un hijo, además, la tasa de actividad es 8,8 puntos menos que la de las mujeres sin descendencia.

Bruselas calcula que la menor presencia de la mujer en el mercado laboral supone un coste de 370.000 millones de euros al año. Y cree que cerrar la brecha de empleo entre hombres y mujeres será esencial para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de protección social y de pensiones.

La patronal europea, BusinessEurope, no comparte esos argumentos. Y considera que "muchos Estados miembros simplemente no pueden sufragar el permiso parental remunerado". La patronal de las pequeñas y medianas empresas europeas (UEAPME) también ha criticado a la Comisión, a la que acusa de añadir costes "a un sistema de protección que ya está entre los más avanzados del mundo y que ofrece el mayor nivel de beneficios sociales en comparación con todos sus otros competidores".

 

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