Otra vuelta de tuerca a la fiscalidad del factor trabajo
Una de las razones que explican la recuperación es la rebaja de los costes salariales
La presión fiscal sobre los asalariados españoles con retribuciones medias está por debajo –nada menos que un 21,4% – de las que soportan la mayoría de los trabajadores de la OCDE. Una carga que sin embargo se dispara cuando se tienen en cuenta las cotizaciones sociales a cargo de las empresas, que en España superan a las establecidas en otros países. La mejor forma de apreciar las diferencias es a través de un ejemplo. Un empleado español soltero y sin hijos, que perciba un sueldo de 26.710 euros, paga un tipo efectivo del IRPF del 15%, que sube hasta el 21,4% cuando se le suman las cotizaciones que este debe pagar a la Seguridad Social. Pese a ello, la tributación de ese salario se sitúa entre las más reducidas de la OCDE, dado que las cotizaciones de los asalariados en España son bajas. La situación es opuesta en el caso de las cotizaciones que abonan las empresas, que se sitúan entre las más elevadas del mundo y se mueven en torno al 30%. Con estas, la carga fiscal sobre el trabajo asciende en España casi a un 40%, tres puntos por encima de la media.
Las patronales empresariales han reclamado en muchas ocasiones una rebaja de las cotizaciones que permita reducir los costes laborales y facilitar la creación de empleo estable. Según un informe elaborado en 2016 por el servicio de estudios de BBVA, por ejemplo, un recorte de 2,3 puntos en las cotizaciones se traduciría en un aumento del 0,7% del PIB, aunque esa caída debería compensarse con un aumento de dos puntos en la tributación indirecta. Lo cierto es que la tendencia internacional apunta a este esquema, que pasa por rebajar la fiscalidad directa sobre trabajadores y empresas (IRPF y Sociedades) y elevar la indirecta, a través de tributos como el IVA, una escuela que también ha seguido en los últimos años España.
Uno de los motores que explican la rápida recuperación de la economía española es una rebaja de los costes salariales que costó mucho esfuerzo y sacrificio y se tradujo en un aumento de la competitividad de las empresas . Revisar las cotizaciones sociales que estas soportan en el marco de otra vuelta de tuerca a la fiscalidad sobre el trabajo es apostar por facilitar el crecimiento.