Las empresas de alimentación preparan el desembarco en Canadá

El acuerdo de libre comercio rompe los monopolios locales en el vino Las importaciones de queso se elevan en 19.000 toneladas al año

Fábrica de quesos en Villarobledo (Albacete).

El tratado que liberaliza los intercambios comerciales entre Canadá y la UE, conocido como CETA y firmado el pasado mes de octubre, va a tener un efecto balsámico sobre las empresas españolas del sector de la alimentación, que hasta ahora no habían abordado por las numerosas barreras que lo protegían de la competencia. El acuerdo, cuya entrada en vigor solo depende de que sea ratificado en los 28 parlamentos nacionales, va a abrir un mercado muy importante para los productores de vino y los de queso. Miguel Ángel Feito, consejero económico y comercial de España en Ottawa, subraya que la entrada en vigor del acuerdo supondrá la supresión del 99% de los aranceles que tiene Canadá con España y equiparará el nivel de protección de las denominaciones de origen a los estándares europeos. “Dará protección a 143 denominaciones de origen europeas, de las cuales 23 son españolas (aceites de oliva, cárnicos, quesos, turrones, cítricos y especias)”, recalca en una entrevista con Cinco Días.

La principal exportación agroalimentaria a Canadá es el vino, pese a los monopolios locales que existen en la venta y distribución de bebidas alcohólicas. Por ejemplo, la provincia de Ontario, donde vive el 40% de la población y están las dos mayores ciudades (Toronto y Ottawa) solo permite la venta de vino importado en 60 tiendas. “Los monopolios no desaparecen con el CETA, pero se acotarán las prácticas discriminatorias como diferenciales de coste de servicio o los puntos de ventas a los que no tiene acceso”, recalca Feito, que destaca además que las disputas que puedan surgir en este ámbito se resolverán bajo el mecanismo de resolución del conflictos del Tratado, “lo que da más garantías de que puedan resolverse”.

El consejero económico destaca, sin embargo, que los productores de queso son los que más se van a ver beneficiados. Canadá tiene limitadas las importaciones de este producto (todas las partidas fuera del contingente permitido están gravadas con un arancel del 220%) y el CETA eleva la cuota en 16.800 toneladas para los quesos de calidad y 1.700 para los quesos de uso industrial.

El tratado otorga protección a 23 productos certificados con denominación de origen española

Ambos sectores van a formar parte del Plan de Promoción de Alimentos de España en Canadá 2017, organizado por el ICEX y la Oficina Comercial de España en Toronto. Este proyecto contempla degustaciones en puntos de venta, seminarios en escuelas de cocina, eventos de promoción y participación en las dos ferias alimentarias más importantes del país (Sial y Toronto Gourmet Food and Wines) para productores de queso, embutidos, chocolate, tortas de aceite, pan de higos o aceite de oliva, entre otros. Los productores de aceite de oliva son otras de las compañías que más posibilidad des de crecimiento tienen a corto y medio plazo, ya que Canadá es importador neto de aceite de oliva y la cuota de España apenas llega al 7%, ocupando el tercer puesto entre los proveedores extranjeros.

Oportunidades en el CETA

Licitaciones. Feito remarca que el CETA proporcionará a las empresas españolas acceso a licitaciones públicas en todos los niveles de administración (federal, provincial y municipal), “algo sin precedentes”. Sin embargo resalta que persisten algunas exclusiones (como los equipos de transporte urbano en Ontario y Quebec, que mantienen requisitos de contenido local) que no les benefician.

Inversión. El consejero comercial en Ottawa destaca que el CETA también facilita la inversión española por el aumento del umbral de revisión de operaciones de inversión por parte del gobierno canadiense, que pasa de 250 millones de euros a 1.400 millones. Por otra parte, España no tiene un tratado de protección de inversiones con Canadá, por lo que CETA también contribuirá en este ámbito.