Nanorrobots contra el cáncer y ojos de gato contra el cambio climático
Expertos en ingeniería humana o gerontología hablan del futuro BBVA y OpenMind lanzan el libro 'El próximo paso'
Ingerir una cápsula repleta de nanorrobots que, una vez dentro del cuerpo, se dirijan hacia el órgano que se les ha marcado como objetivo para destruir las células cancerígenas. Modificar los ojos del ser humano para asemejarlos a los de un felino y así poder prescindir de la luz eléctica. Reparar y modificar el ADN para evitar que una persona padezca alzheimer, parkirson o cáncer. Suena a futuro, a un futuro que da miedo. Pero a un futuro que, al contrario de lo que suele pensarse, no está tan lejano como parece. Al menos eso aseguran diferentes expertos como los que se dieron cita la semana pasada en Madrid, con motivo de la presentación del libro El próximo paso, editado por BBVA y OpenMind, en el que los autores explican las oportunidades que las nuevas tecnologías ofrecen en campos como la salud, la lucha contra el cambio climático, el trabajo o la banca.
“Volando de noche sobre Nueva York me fijé en la cantidad de luces que se veían desde lo alto, y en el impacto que el consumo eléctrico tiene sobre el calentamiento global”, explicó el catedrático de bioética de la Universidad de Nueva York, Matthew Liao. “¿Y si, en vez de proponer soluciones conductuales que no tienen gran resultado, como gastar menos agua o utilizar el transporte público, y alternativas de geoingeniería, peligrosas porque no admiten ningún error, ya que planeta solo hay uno, recurrimos a la ingeniería humana contra el cambio climático?”, preguntó Liao. Esto es precisamente en lo que trabaja este experto: en la modificación del ser humano para luchar contra este fenómeno, con ideas como asemejar el ojo de las personas al de un gato, “que ve siete veces más en la oscuridad”, para frenar el consumo eléctrico; o con otras como reducir genéticamente el tamaño de la gente, “ya que a menor dimensión, menor consumo de comida, de agua o de ropa”.
Estas extravagantes y sorprendentes ideas encuentran su mejor aliado en los avances tecnológicos. En ellos, la irrupción de las máquinas, la robótica y la nanotecnología son uno de los aspectos más llamativos. A esto es a lo que se dedica el equipo del catedrático de Robótica en la Universidad de Bristol, Jonathan Rossiter, otro de los autores del citado libro. “A día de hoy solo hay en el mundo un millón de robots, máquinas grandes, fuertes y herméticas, que trabajan en fábricas y empresas. No son tantos. Nosotros estamos desarrollando prototipos a nanoescala, de los que un millón podrían caber en la palma de la mano de un ser humano”, afirmó.
Además, prosiguió, lejos de la imagen que suele tenerse de estos artefactos, “nuestros modelos son de materiales blandos, biodegradables”. Así, tan factible es que un nanorrobot navegue por la sangre de las venas de una persona para modificar un órgano desde dentro, como que otros revoloteen por la atmósfera destruyendo los gases de efecto invernadero. No solo eso, contar con robots de materiales blandos y flexibles puede ayudar, por ejemplo, a crear unos pantalones tecnológicos “que ayuden a andar a una persona que no puede moverse”, aseguró Rossiter. “Es en estas ideas en las que estamos trabajando”.
Los expertos, además, hicieron especial hincapié en que todos estos proyectos están pensados únicamente para mejorar la vida de las personas, “que tendrían que adoptarlos siempre de forma voluntaria”, insistió Liao. Pero si se habla de la mejora de la vida, uno de los puntos imprescindibles es la cura del envejecimiento, “y de todas las enfermedades que son consecuencia del deterioro del cuerpo humano”, apuntó Aubrey de Grey, gerontólogo y científico jefe de la Sens Research Foundation. “En los países occidentales, aproximadamente el 90% de la gente muere de una enfermedad resultante del envejecimiento. Es la mayor causa de sufrimiento en nuestra sociedad”, afirmó. De Grey insistió en que el objetivo final de estos estudios no es lograr la inmortalidad, como proclaman otras voces del sector. “Lo que queremos es hacer más cómoda, fácil y saludable la vida de las personas, para que llegado el momento de morir, lo hagan sin sufrimiento”.
El envejecimiento es la mayor causa de sufrimiento de la sociedad
Aubrey de Grey
Estas técnicas, apuntó De Grey, están empezando a dar sus primeros frutos, aunque predecir cuándo estos avances podrían llegar a ser una realidad es difícil. Sin embargo, “en un par de décadas es factible que estén a punto”. Llegado este momento, al que Rossiter calificó como transición natural, no habrá diferencia entre las personas y los robots, “porque seremos algo conjunto, un ser humano robotizado, con un nivel y una calidad de vida mucho mayor”, con consecuencias en el trabajo, en la movilidad, en la formación y en un sin fin de aspectos. Aubrey de Grey recordó cómo la tecnología y la ingeniería ya conviven con el ser humano, y que es lógico que dé más miedo aceptarla cuando esta amenaza con entrar en el interior del cuerpo. “Pero mis dos colegas son más robots que yo”, dijo refiriéndose a Rossiter y Liao. “Ambos llevan gafas”.
Transformación en la banca
Todos los avances de esta ya conocida como cuarta revolución industrial van a tener un impacto positivo en los consumidores y en los usuarios. “Van a ser los verdaderos ganadores, con un acceso a bienes y servicios mejores y más baratos”, afirmó Francisco González, presidente de BBVA. La banca, precisamente, es uno de los sectores que más está notando estos cambios y que más potencial de crecimiento atesora. “Nosotros llevamos en este viaje digital más de 10 años, por lo que podemos aventurarnos a predecir qué va a pasar en muchos aspectos”. González reconoció cómo las entidades financieras van a pasar de ser gestoras de dinero a asesoras. “Gracias al big data y a la inteligencia artificial tenemos cada vez más información de nuestros clientes, unos datos que, si sabemos utilizarlos, nos permitirán, además de gestionar el patrimonio de los usuarios, ofrecerles los mejores servicios relacionados con su dinero, según sus características. Incluso aquellos de otras empresas, ya que no podemos ser los mejores en todo”, reconoció. En definitiva, la tecnología hará que los bancos entren en una nueva dimensión. “Queremos ser los Amazon o Netflix de la banca”, aseguró.