Una inversión pública estratégica
Respaldar transporte e infraestructuras en un marco de contención presupuestaria supone una apuesta por reforzar la competitividad
España respira trabajosamente bajo un corsé financiero –las limitaciones presupuestarias que impone el deber de cumplir con los objetivos de consolidación fiscal–, pero respira, y con suficiente capacidad como para invertir en obra pública. Esa es la idea que trasladó ayer durante el Foro CincoDías el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, quien pese a reconocer las estrecheces con las que debe trabajar el Gobierno, recalcó que su departamento cuenta con “pulmón financiero suficiente para seguir invirtiendo” en ferrocarriles, puertos y aeropuertos. Respecto a los primeros, el ministro se refirió a la culminación de líneas como las que enlazan Madrid y Galicia, la que va al País Vasco o el enlace entre Granada y Antequera para explicar que son proyectos que están pasando por negociaciones cuyo objetivo es desbloquear conflictos por sobrecostes o problemas técnicos. Para los puertos, Fomento tiene prevista este año una inversión de 813 millones, que duplica la cifra del último año; a ello hay que sumar casi 1.000 millones procedentes de iniciativas privadas. Otra partida de 1.419 millones de euros –a repartir entre este ejercicio y 2021– se destinará a la red de puertos, mientras que los aeropuertos recibirán inversiones por unos 300 millones para la mejora tecnológica de los sistemas de navegación aérea durante el período 2018-2020 con la vista puesta en la estrategia de Cielo Único Europeo.
Entre los nuevos proyectos, De la Serna se refirió a las autopistas ferroviarias para transportar camiones, un proyecto que Fomento negocia con el Gobierno francés con el fin de retirar transporte pesado de las carreteras. Las cifras reflejan mejor que cualquier argumento la oportunidad de un proyecto de esta naturaleza: en el tránsito de carga de España hacia Europa, el ferrocarril solo transporta 2,3 millones de toneladas al año frente a los 60,7 del transporte naval o los 35,3 del camión. El proyecto está pendiente de ser diseñado y la idea de Fomento es presentarlo al sector privado a través de concesiones, lo que supone una nueva oportunidad de negocio, además de una decisión estratégica.
La intención del Gobierno de seguir respaldando la obra pública en transporte e infraestructuras en un marco de contención presupuestaria supone una apuesta por reforzar la competitividad en una economía en la que el sector exterior y el turismo constituyen dos pilares clave. Como hizo patente el ministro de Fomento, al aludir en varias ocasiones a la necesidad de recabar el apoyo parlamentario –por ejemplo, para la reforma de la estiba–, el Gobierno tiene ante sí el reto de buscar el consenso necesario para aprobar unos presupuestos en los que ocupe un lugar destacado la mejora de la red de infraestructuras y conexiones con sus socios europeos. No en vano, la UE es el primer destino de las exportaciones españolas y el origen de la mayor parte del turismo que visita España.