Los langostinos, ahora de la meseta
Dos noruegos montan en Medina del Campo una granja de acuicultura natural
A más de 300 kilómetros se encuentra el punto de mar más cercano a Medina del Campo (Valladolid). Es el lugar que eligieron, hace ocho años, dos noruegos, Bjom Aspheim y Jan Skybak, para establecer la sede de Gamba Natural, una empresa dedicada a la cría de langostinos naturales, sin conservantes, ni sulfitos, ni química... En plena meseta castellana, en una zona de secano, existe una granja de acuicultura, de 7.000 metros cuadrados, con 24 piscinas cubiertas, dedicada a la cría de langostinos blancos del Pacífico (Litopenaeus occidentalis), que despacha al año 50 toneladas de este crustáceo.
“Somos los únicos en Europa en hacer este tipo de producto, totalmente natural y que pescamos atendiendo una demanda de los clientes, ya que el 95%de los langostinos que se consumen en España es importado, procede de países como e China, Vietnam o Marruecos, y congelado, utilizando productos químicos”, señala Jan Skybak, director de la compañía.
Por qué son azules
Por qué no son tan rojos cuando están cocinados. "Utilizamos pienso, en su justa medida, con certificado ecológico que no contiene colorantes", señalan en la empresa. Y agregan que los langostinos o gambas que se venden en supermercados, normalmente proceden de granjas de langostinos que utilizan colorantes para favorecer un color más rojo al cocer, y que sea más atractivo a los ojos del consumidor.
Otro de los objetivos es satisfacer las necesidades de aquellas personas que tienen intolerancia a los mariscos, por el tipo de conservantes que se emplean, señala este emprendedor, que destaca la apuesta por una tecnología propia, que coloca a la empresa a la vanguardia del sector, ya que mediante un programa informático se controla desde la temperatura, que ha de estar a 28 grados, del agua, que intenta replicar el mismo habitat marino, con sal del mar Rojo, con el oxígeno y el PH correcto.
“El langostino tiene tres meses de engorde y le damos comida orgánica, con nuestra formulación propia”, añade Skybak, quien advierte que jamás congelan el producto, “de manera que mantenemos la calidad óptima para que el producto llega al cliente natural y fresco, en un máximo de 48 horas”.
La elección de Castilla y León se debe a la ayuda económica que ofreció la comunidad autónoma para apoyar una inversión de unos ocho millones de euros, con los que desarrollar el I+D necesario para levantar este proyecto. Porque otro de los secretos es la salubridad del entorno marino artificial levantado en esta localidad, de manera que los langostinos no sufran ningún tipo de enfermedad. La sostenibilidad es otra de las bazas de Gamba Natural, ya que, al contrario de los métodos que emplean las grandes empresas del sector, que habitualmente emplean el arrastre, aquí lo hacen con cestas o con red.
Una vez capturados, se pescan cada día bajo demanda y se sirven en menos de 48 horas a clientes particulares, que pueden elegir el tamaño de la pieza, aunque también se encuentran en centros de Makro, El Corte Inglés y Alcampo. El precio es de unos 30 euros el kilo. También se ofrecen en algunos restaurantes con estrella Michelin, como Abadia Retuerta, en Sardón de Duero (Valladolid); o en el peruano Kena, en Madrid.
“Nuestro objetivo es elaborar un producto nacional y contribuir a la pesca sostenible y protección del medio ambiente, para la presente y futuras generaciones”, señala Skybak.