Incertidumbre en Italia, pero no crisis
Tras el fracaso de Renzi, espera un año de pocas reformas y lento crecimiento, justo lo que el país menos necesita
Los italianos han votado por la incertidumbre, pero no por la crisis. El reto inmediato para el sucesor del dimisionario primer ministro Renzi es asegurarse de que los bancos que necesitan capital lo terminen consiguiendo. A largo plazo, Italia seguirá sin el gobierno fuerte y reformista que necesita.
El fracaso de Matteo Renzi en el referéndum del domingo es un tercer golpe para el sistema tras el brexit y Donald Trump. La situación italiana es menos dramática pero sigue siendo grave. Anula el proyecto de reforma política iniciado por Renzi cuando asumió el poder en 2014, crucial para sacar a Italia de su lento crecimiento. También sugiere que muchos italianos han tenido ya bastante del programa económico liberal de Renzi.
El escenario más probable es que los dos grandes partidos designen a un tecnócrata para encauzar una nueva ley electoral
Ahora la prioridad son los bancos, que están cargados con deudas incobrables. Lo siguiente será saber qué tipo de gobierno habrá. El escenario más probable es que los dos grandes partidos de izquierda y derecha designen a un tecnócrata para encauzar una nueva ley electoral. El sucesor de Renzi también tendrá que aprobar el presupuesto del próximo año, y convocar elecciones anticipadas.
Italia ya ha pasado por esto, y muy recientemente. Tras las elecciones de 2013, que no produjeron un claro ganador, los dos grandes partidos se vieron obligados a respaldar a un gobierno débil. Es probable, sin embargo, que ahora la situación sea peor: la economía sigue estancada, y el radical Movimiento 5 Estrellas está ganando fuerza. Quiere un referéndum sobre el euro, y es beneficiario indirecto de la caída de Renzi. Italia no tiene por qué entrar en caos tras este resultado, pero lo más probable es un año de incertidumbre política, pocas reformas y crecimiento débil, justo lo que menos necesita.