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Alimentación

Los aceiteros piden mayores sanciones para la venta a pérdida

La interprofesional del aceite considera que las actuales multas no desincentivan esta práctica

Teresa Pérez, gerente de la interprofesional del aceite.
Teresa Pérez, gerente de la interprofesional del aceite.Pablo Monge

España pasa por ser el mayor productor mundial de aceite de oliva y en los últimos años ha pisado el acelerador de su internacionalización, con la apertura de nuevos mercados. Sin embargo, en el plano interno, lleva un año de desencuentros entre la distribución y los productores.

Desde su puesto como gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva de España (conocida como Aceites de Oliva de España), Teresa Pérez considera que es necesario que se aumente “la cultura del valor del aceite”.

Un valor que según ella, y como han criticado distintos sindicatos agrarios, se pierde con algunas acciones por parte de los supermercados. “Utilizan el aceite como producto reclamo y eso es hacerle un flaco favor a su imagen y al sector”, señala Pérez.

La organización engloba tanto a la industria transformadora como a los productores. Su papel está muy enfocado a la puesta en valor del producto y se muestra crítica con la actuación de cadenas de supermercados que venden el aceite por debajo del precio de coste. “Es necesario que se trabaje por un cambio regulatorio que sancione unas prácticas que hacen daño a una categoría entera”. Por ello, considera que el papel de la AICA -organismo dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente que vela por el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria- no es suficiente. “En el sector se dice que las sanciones no están al nivel para que sea un freno para esta práctica”, señala Pérez.

También es difícil para el sector la relación con los distribuidores fuera de España. Es el caso de Reino Unido, uno de los mercados prioritarios y que más crecen para el sector. “Nos estamos encontrando que el auge de este producto está llevando a las marcas de distribución a vender aceite y eso no ayuda precisamente a su puesta en valor”, señala Pérez. Si bien, reconoce que al tratarse de un mercado en desarrollo la distribución “ayuda a que llegue a los hogares”.

Además de la defensa de los intereses del aceite en cuanto a su valoración como producto de calidad, la interpropfesional también enfoca sus esfuerzos en la apertura de mercados para la exportación de aceite.

En la actualidad casi el 70% de lo que se produce se destina a su venta al exterior. Esa es la palanca de crecimiento que tiene la industria en los próximos años. “En España ya se consumen 12 litos por persona y por año, es difícil pensar que esta cantidad vaya a crecer”, defiende Pérez, quien aclara que el trabajo debe estar en aumentar el valor del producto y el consumo fuera del hogar, para evitar que esa cantidad de consumo per cápita decaiga en el futuro.

Anuncio de aceite español en Times Square (Nueva York).
Anuncio de aceite español en Times Square (Nueva York).

Los esfuerzos se centran en crecer en EE UU

EE UU es el mercado prioritario para la interprofesional del aceite. Es el primer importador de este alimento español fuera de la UE y Pérez confía en que afianzarse en el primer puesto por encima del italiano. “Estamos ante un cambio histórico, el aceite ha estado siempre más ligado a Italia en EE UU por el efecto de la inmigración”, asegura la directiva. “Ya somos los primeros pero no se tiene esa percepción en EE UU”, lamenta. Además del tamaño del mercado, EE UU es para la organización aceitera “un altavoz” para llegar posteriormente a otro mercado.

Sin embargo, reconoce que hay algunas trabas en el mercado estadounidense. “Hay un runrún sobre la calidad del aceite de fuera para proteger el que se produce en California y eso afecta mucho al consumidor. Hay que hacer un trabajo muy importante de divulgación”, señala. Aún así, Pérez defiende que EE UU es el mercado donde enfocar “todos nuestros esfuerzos”.

Otro de los mercados relevantes para el aceite español es China. “Ha pasado de ser el quinto importador fuera de la UE a situarse solo por detrás de EE UU y Japón”, celebra. Pero también tiene complejidad. “No hay cultura de cocinar con el aceite ni de ensaladas”, pero confía en que aliándose con chefs locales que hagan de “embajadores” del aceite de oliva español, se logre asentar las bondades del producto. “Es el mercado emergente que más está creciendo en su consumo”, apunta.

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