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Se aleja el fantasma de un Brexit "duro" con la sentencia de la High Court

Cómo vaticiné en una entrada de mi blog hace meses, el gobierno británico no podrá poner en marcha el artículo 50 del Tratado de Lisboa y empezar las negociaciones para la salida del Reino Unido de la UE sin el consentimiento del parlamento británico. El High Court ha dictaminado hoy que la soberanía británica recae también en su parlamento. Aunque la población británica por estrecho margen (4 puntos) votara el pasado 23 de junio a favor del Bréxit, la High Court ha dictaminado hoy que el Parlamento tiene que jugar un papel. Concretamente, el juez de más rango del High Court (equivalente aproximadamente a nuestro Tribunal Supremo en su sala administrativa), John Thomas, ha declarado que la "regla más fundamental de la Constitución británica es que el Parlamento es soberano". El gobierno de la primera ministra británica Theresa May ha anunciado que recurrirá la sentencia ante el Tribunal Constitucional, que examinará el caso entre el 5 y 8 de diciembre. Los expertos e incluso el gobierno prevén que el Constitucional no tumbará la sentencia del High Court. Ello comportará la necesidad de que la Cámara de los Comunes apruebe la puesta en marcha del artículo 50 por una mayoría de votos o el gobierno tenga que elaborar una ley a dicho efecto que aprueben los Comunes. Sea cual sea el método, May necesitará una mayoría de diputados de la Cámara de los Comunes a favor del Bréxit. La oposición laborista y los liberaldemócratas se oponen al Bréxit, al igual que una parte del grupo parlamentario Tory. Teóricamente, los que aún sueñan con una permanencia del Reino Unido en la UE podrían albergar la esperanza de que una mayoría de los Comunes rechace el Bréxit. Pero en la práctica incluso los laboristas -- y su líder radical y poco eurófilo Corbyn -- no quieren ir contra la voluntad popular expresada en el referéndum. Por ello, May tendrá su mayoría para iniciar el Bréxit. Pero la barrera judicial y legislativa erigida hoy frenará sus planes, dará margen de maniobra a los laboristas para exigir influir en el proceso (además del que reclama el gobierno escocés) y retrasará seguramente el inicio de las negociaciones que May anunció para marzo de 2017. Es mejor que así sea, porque así el principio de los comicios no coincidirá con elecciones generales en varios países miembros. En marzo se celebran elecciones generales en los Países Bajos. Entre abril y mayo los franceses en dos vueltas elegirán a su próximo presidente, y en junio acuden nuevamente a las urnas para las legislativas. Será más conveniente para todos que las negociaciones del Bréxit empiecen en junio, porque en septiembre Alemania celebra elecciones generales.

La libra esterlina ha subido después de la sentencia. Habrá Bréxit. Pero será más largo y complicado de lo previsto, y por ello una salida brusca (Bréxit duro) con el Reino Unido fuera del mercado único se hace menos probable. Lo cual es una buena noticia.

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