Cinco riesgos que amenazan el crecimiento en España
España acabará este año como la nación europea que más crecerá, con un avance anual del PIB del 3%. Un empuje basado en factores externos como el desplome del precio del petróleo, la devaluación del euro o la caída de la prima riesgo, con una rebaja sustancial de los costes financieros en una economía en la que el Ejecutivo central, las regiones, las familias y las empresas están sobreendeudados. El escenario para el próximo ejercicio es de suave aterrizaje. El plan presupuestario que el Gobierno en funciones ha remitido a Bruselas augura un crecimiento del 2,3%, aunque hay al menos cinco factores que amenazan ese crecimiento y que pueden hacer que se pase de un aterrizaje suave a otro forzoso: los ajustes para llevar el déficit desde el 5,1% al 3,1% en dos años, la prolongación de la inestabilidad política, el desplome del comercio mundial, la salida del Reino Unido de la UE o la recuperación del precio del petróleo.
CONSOLIDACIÓN FISCAL
España cerrará este año con un déficit del 4,6% y debe bajarlo al 3,1% a finales de 2017, lo que supone un ajuste de 15.000 millones de euros. Más de la mitad de ello se logrará a través del adelanto de los pagos fraccionados a Hacienda, que se prorrogará en 2017. También están previstos nuevos incrementos impositivos, que se centrarán en el IBI, de competencia local, y el mantenimiento del impuesto de Patrimonio, de titularidad autonómica. En el lado del gasto, el Ejecutivo en funciones ya ha manifestado su intención de que las pensiones no crezcan más de un 0,25% anual, tal y como establece la última reforma, y que el sueldo de los funcionarios crezca, pero no más allá del 1% en el que se vieron incrementados en 2015. El desempleo, otra de las grandes partidas de gasto que presionaban las cuentas públicas desde el inicio de la crisis, seguirá a la baja y cerrará 2017 por debajo del 17% de la población activa. Los otros dos focos de incertidumbre son las comunidades autónomas, que tradicionalmente se han desviado de los objetivos pactados con Bruselas y la Seguridad Social, cuyo déficit podría llegar a superar los 15.000 millones de euros ya este año.
INESTABILIDAD POLÍTICA
Todo apunta a que a finales de este mes habrá nuevo Gobierno. Julien Marcilly, jefe del servicio de estudios de Coface, aseguradora de crédito francesa, advierte que la ausencia de un Ejecutivo durante más de 300 días en España no ha tenido impacto, pero que sí lo tendría una repetición de las elecciones. “No podemos excluir que si se produce se incrementen de nuevo las incertidumbres de riesgo político y que entonces tanto las empresas como los hogares pospongan sus decisiones de inversión y de gasto. Si las incertidumbres políticas se elevan tanto como sucedió en el Reino Unido tras el referéndum de junio, el crecimiento español se reduciría en 1,2 puntos porcentuales el año que viene”, recalca. Esto significaría que la tasa de crecimiento bajaría del 2,3% al 1,1% en 2017. España sería la más perjudicada entre las grandes naciones de la zona euro. Francia, que afronta elecciones presidenciales en 2017, podría ver reducido su crecimiento en siete décimas y Alemania, que tendrá elecciones federales en la segunda mitad de 2017, vería reducido su crecimiento en medio punto.
COMERCIO MUNDIAL
El peso del sector exterior en España es cada vez mayor. En 2015 alcanzó el máximo histórico, con un 34,1% del PIB, y este año se podría alcanzar otro hito superior. 2017 podría ser diferente. Los grandes socios comerciales de España en la UE dan síntomas de agotamiento. Francia, Alemania e Italia apenas crecen y eso tiene un impacto directo en la demanda de esas tres naciones, que reciben el 34,3% de las exportaciones españolas. El deterioro no solo se ha producido en la UE, sino que se ha extendido al resto de países emergentes. En los seis primeros meses de 2016, las exportaciones mundiales han caído un 6,2% anual y han bajado de 7 billones de euros, algo que no ocurría desde 2010. En el mismo período, las importaciones han retrocedido un 6,1% anual y se han situado también por debajo de 7 billones de euros en el primer semestre, lo que supone el nivel más bajo desde 2009.
BREXIT
Alemania, Italia, Francia y Portugal absorben el 41,4% de las exportaciones españolas de bienes. Si a esas cuatro naciones se le suma Reino Unido, ese porcentaje sube al 49,2%. La salida del Reino Unido de la UE tiene un impacto directo en el tejido económico de España por el elevado volumen de intercambios comerciales, el gran número de compañías españolas con intereses en Reino Unido, y por el papel protagonista como principal emisor de turistas a España. Uno de cada cuatro viajeros extranjeros procede de esa nación y esa cifra podría caer con fuerza ante la depreciación experimentada por la libra, que se ha devaluado un 14% desde que se conocieron los resultados del referéndum. Una libra débil encarece los desplazamientos al extranjero de los británicos, lo que puede tener un impacto en sus decisiones de cara al futuro.
Los grandes organismos prevén un crudo a 50 euros en 2017, lo que supondrá un sobrecoste de 5.320 millones respecto al anterior año
PETRÓLEO
España ha sido una de las naciones europeas más beneficiadas por la caída del precio del petróleo. En 2012, el precio del barril de Brent, de referencia en Europa, tocó techo al llegar a 86,8 euros. A partir de ahí ha encadenado cuatro ejercicios consecutivos de descenso que les ha llevado a cotizar en lo que va de 2016 en un promedio de 39,2 euros. Si se toma como referencia el consumo medio de barriles de petróleo de la economía española (1,3 millones al día o 475 millones al año), el coste por comprar petróleo en 2012 fue de 41.230 millones. Cuatro años después, el impacto sobre las cuentas ha sido de 18.620 millones de euros. Esa tendencia descendente podría verse rota en 2017, aunque los organismos no se ponen de acuerdo en si seguirá la tendencia al alza o ala baja. La pasada semana, el Banco Mundial revisaba al alza su previsión del precio del petróleo que pasaría de una media de 53 a 55 dólares. Al cambio actual, la cotización actual en euros sería de 50,4 euros, lo que ofrecería un coste de 23.940 millones (5.320 euros más que en 2016). Coface apunta en el sentido contrario. “Esperamos que el precio del petróleo se mantenga bajo a finales de 2017, dado es probable que el suministro mundial (gracias a una mayor producción en Irán, Libia e Irak) siga siendo mayor que la demanda, todavía limitada por el bajo crecimiento del PIB mundial. El reciente acuerdo de la OPEP es poco probable que sea un elemento de cambio. Por lo tanto, los bajos precios del petróleo continuarán siendo un factor de apoyo para las economías avanzadas, incluyendo España”, remarca Marcilly.