Draghi: "Los tipos de interés negativos funcionan"
El BCE no ha anticipado acontecimientos futuros en su reunión del jueves y todas las expectativas sobre un cambio en el actual programa de compra de bonos quedan para la reunión del próximo 8 de diciembre. El presidente del BCE, Mario Draghi, ha asegurado en rueda de prensa que el consejo del BCE no ha hablado ni de rebajar el tipo de la facilidad de depósito, ahora en el -0,4%, ni de iniciar una reducción en el volumen mensual de las compras que, en todo caso, y llegado el momento, en ningún modo se abordaría de manera abrupta.
Draghi ha insistido una vez más en la efectividad de su política monetaria, afirmando que los tipos negativos funcionan, y ha reclamado de nuevo reformas estructurales por parte de los gobiernos de la zona euro, sin excepción, que contribuyan al objetivo de crear empleo e impulsar la economía. Sin esas reformas, el objetivo de la política del BCE no podrá ser estable ni duradero, ha asumido Draghi.
El BCE ha dejado por tanto intacta su hoja de ruta y aplaza a diciembre cualquier decisión, a pesar de que en los últimos días hayan surgido fuertes rumores que apuntaban a que el BCE estudiaba ya un cambio de rumbo encaminado a prolongar en el tiempo, más allá de marzo de 2017, el programa de compra de deuda, y a ir reduciendo de forma gradual los importes que la institución adquiere cada mes, por 80.000 millones de euros. La única concesión que ha hecho Draghi a esos rumores, a los que ha quitado todo fundamento, ha sido la afirmación de que “no está en la cabeza de nadie” un final abrupto para el QE. Ha querido además desmarcarse de una posible sospecha de que, con tales rumores, el BCE estuviera ganando tiempo para su programa de compras y obteniendo margen para nuevas adquisiciones, después de haber llevado las rentabilidades de los bonos soberanos al terreno negativo, por debajo del -0,4% que está marcado como límite para las adquisiciones.
La deuda soberana europea, que en principio reaccionó a las palabras de Draghi con fuertes repuntes de rentabilidad, volvió de nuevo al alza de precios, ante la evidencia de que el BCE se mantiene firme en el esquema actual de su política, sin que haya de momento debate alguno sobre el tapering, o reducción de las compras. Así, el rendimiento del bono alemán, que llegó a pasar del 0,03% al 0,07%, evaporó después su avance, hasta casi regresar a terreno negativo.
Diciembre será el nuevo momento clave para el BCE y para los inversores. Será cuando la institución cuente con las nuevas previsiones de inflación y crecimiento, incluyendo ya las de 2019, y cuando tenga información de los comités que analizan desde septiembre la marcha del programa de compras de deuda. Aun así, Draghi ha advertido que, más allá de las conclusiones de estos equipos de trabajo, “es el consejo de gobierno del BCE quien toma las decisiones”.
- "Los tipos negativos funcionan"
Draghi ha negado también los efectos adversos que el intenso programa de compras de deuda está teniendo en el mercado y el sector financiero, como la destrucción del margen de negocio de los bancos o la creación de una posible burbuja de precios en la renta fija. “Los tipos negativos funcionan”, ha señalado tajante Draghi. La conclusión del BCE es que la deuda con rentabilidad negativa no está restando efectividad al objetivo de la institución de llegar con sus estímulos a la economía real . “No somos los primeros en tenerlos, ya funcionan en otras jurisdicciones”, ha señalado, en alusión a Japón. Además, ha insistido en que sin esta política, la inflación y el crecimiento de la zona euro serían menores y no se habría eliminado la fragmentación en el crédito. No se habrían reducido por tanto las diferencias en el coste de financiación entre unos países y otros de la zona euro.
“No vemos evidencias de burbuja, no hay una burbuja sistémica”, ha afirmado el presidente del BCE. En su opinión no se dan los dos factores necesarios para ello, que serían la combinación del alza de precios más el incremento del apalancamiento. También ha negado que haya escasez de activos disponibles para las compras mensuales del BCE, a pesar de que esas adquisiciones hayan hundido las rentabilidades y de que en países como Alemania no haya emisiones netas de deuda soberana, con las amortizaciones que ya superan a las nuevas colocaciones.
- Sin riesgo de rescate bancario a la vista
Draghi también ha quitado hierro al hecho de que la demanda de crédito está descendiendo en países como España o Italia y ha descartado que la zona euro se enfrente a la posibilidad de tener que abordar el rescate de una gran entidad financiera, como sería el caso de Deutsche Bank, recordando que, en todo caso, la Comisión Europea tendría “la flexibilidad suficiente” como para manejar varias opciones e interpretar la norma según la legislación. “No hay razón para preocuparse”.
El presidente del BCE tampoco se ha despeinado ante la pregunta de si las dificultades que afronta Deutsche Bank ante la multa de la justicia estadounidense se enmarcan en un conflicto político entre Estados Unidos y la zona euro, en el que habría que incluir la multa de Bruselas a Apple por impago de impuestos. “Todos los países cumplen sus normas. No estamos para nada en una guerra política”, ha zanjado.
- Portugal
El presidente del BCE también se pronunció sobre Portugal, que hoy recibirá el veredicto sobre la revisión de rating de la agencia DBRS, la única que mantiene la deuda portuguesa en grado de inversión. En caso de rebajar la calificación financiera del país a bono basura, los bonos soberanos lusos dejarían automáticamente de servir como colateral para obtener financiación bancaria ante el BCE y quedarían también excluidos del programa de compras de deuda. Draghi ha recordado esta posibilidad y si bien ha señalado que la economía portugués ha logrado importantes avances, también quedan pendientes notables reformas como las referentes al elevado volumen de créditos morosos.