Bancos y ‘fintech’ se asoman al sector financiero de 2026
La banca tradicional asume que no hay área de negocio que no vaya a ser atacada por los nuevos competidores
A la revolución que ha supuesto para la banca asumir la digitalización de su negocio como una prioridad operativa en un momento en que la regulación le desborda y los márgenes del negocio se hunden, se le suma la presión de la llegada de nuevos competidores. Se trata de las denominadas fintech, compañías financieras emergentes de cuño tecnológico y digital, que han comenzado a hacerse con algunos de los eslabones más rentables de la cadena de valor del negocio bancario español.
Representantes de ambos mundos, los que conforman la punta de lanza digital de los bancos tradicionales, de un lado, y dos fintech, de otro, se reunieron recientemente de la mano de una de las más populares de estas compañías emergentes, Fintonic, y de la firma de asesoría financiera Abante, para analizar qué les depara el futuro. Juntos se asomaron al escenario que le espera al sector financiero dentro de 10 años y se preguntaron “¿quién seguirá aquí?”.
“El que estará aquí en 10 años, seguro, es el cliente. A partir de ahí, servicios financieros, siempre habrá. Las incógnitas difíciles de ponderar son la regulación o los monopolios, que suelen seguir a una revolución industrial”, expone Juan Colón, consejero delegado del broker online Darwinex. “Google y Amazon tienen la confianza del cliente, que es el valor más complicado y que los bancos han perdido”, reflexiona apuntando a quienes podrían reinar en el sector financiero del futuro. Colón, no obstante, asume que una alternativa es que la gran banca viva en simbiosis con las fintech, como plataforma transaccional que derive luego en servicios concretos de múltiples compañías.
“Conviviremos”, asegura Javier López de Haro, director de marketing y ventas de Openbank, banco digital de Banco Santander. Pero para estar ahí tendremos que hacer cosas diferentes. Aparecerán nuevos gigantes del mundo digital que dominen el mercado y aunque tenemos la hoja de ruta clara, no es fácil transformar un grupo tan grande”, admite. “Pero tenemos claro que el banco que no sea digital hoy, no tiene sentido. Usaremos la tecnología para dar valor a los clientes, para que se relacionen con nosotros como quieran, e intentaremos que el regulador se adapte a eso”, avanza.
“Muchos competidores van a dar lo mismo, pero solo quien consiga relacionarse mejor con el cliente se va a quedar”, apunta Ángela Sánchez Vignote, directora de web y móvil de ING. “Intentaremos dar el contenido necesario a los clientes para que tengan ganas de entrar en un banco”, promete.
“Lo que está claro es que la vida va a ser mucho más fácil para el cliente financiero. No sé si hará operaciones por móvil o pedirá a Siri [la asistente virtual de Apple] que le busque una hipoteca”, dice Vicente Varó, director de Finect, una firma que aúna la experiencia compartida de las redes sociales con servicios financieros.
Sobre la base de que habrá actores de todo tipo operando en el sector financiero en los próximos años, desde las grandes entidades financieras a las pequeñas firmas digitales pasando por los gigantes tecnológicos, una duda clave es si hay algún territorio sagrado que la banca tradicional conservará para sí ocurra lo que ocurra o si las voraces fintech terminarán haciéndose un hueco en todos los nichos de actividad financiera.
“No creo que haya ningún área en que una fintech no pueda entrar”, asume la responsable del área móvil y online de ING, mostrando su deseo de que “ojalá entraran también en la parte de abajo, en operaciones” para descargar a las entidades del trabajo más complejo.
“Como emprendedor, diré que en el tema de los pagos, la banca tiene una ventaja extraordinaria, porque este segmento tiene grandes barreras de entrada”, matiza el consejero delegado de Darwinex. Colón también apunta a la ventaja competitiva que da la escala de las grandes entidades financieras, con unos balances de miles de millones de euros, difíciles de lograr y manejar, lo que también supone otra cortapisa para la entrada de nuevos jugadores no bancarios. “El negocio de a dónde van los ahorros, ese es razonablemente más accesible”, aventura.
El director de Finect, por su parte, también cree que las fintech entrarán “en todas las líneas de negocio”, debido a que buena parte de quienes innovan hoy trabajaron en su día en el sector financiero y conocen su funcionamiento e ineficiencias. “Y allá donde la valoración del cliente no sea del 100%, las fintech entrarán”, remata.
“Creo que las fintech solo queremos entrar en donde podamos da una respuesta mejor, más rápida y sencilla que la de los bancos”, asume por su parte, Lupina Iturriaga, fundadora y directora general de Fintonic, que ejerce de moderadora en el encuentro. “La innovación toca el tema de pagos, de inversión, de préstamos, de análisis de datos de riesgos y de desarrollo de servicios digitales. Estas son las cinco líneas de trabajo que estamos viendo y en cada una estamos viendo diferentes propuestas de valor”, expone, por su parte, el representante de Openbank, avanzando que las fintech “tocan todas”.
“Si todo fuera absolutamente perfecto en la banca, la gente estuviera contenta y el producto fuera el mejor, no existiríamos. Pero no es así. Hay deficiencias. Hay entidades que empiezan a adaptarse mejor y otras no. En esta industria, como en otras, el poder lo tiene el usuario”, concluyen desde Finect. Pero la banca asevera no temer su llegada. “Para nosotros, que hayan llegado las fintech, ha sido maravilloso. Nos ha hecho abrir los ojos”, aseveran desde ING.