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Extra Grandes empresas | En portada

Cómo crecer entre turbulencias

La falta de Gobierno y la desaceleración de Latinoamérica hacen que las compañías españolas naveguen en la incertidumbre.

Roy Scott (Getty Images)

La desaceleración de los mercados emergentes, como China, Rusia o Brasil, y las repercusiones económicas del Brexit son situaciones agravadas por las incertidumbres de un Gobierno en funciones, que legalmente no puede hacer los Presupuestos Generales del Estado para 2017. El sentir de los empresarios es unánime, una vez terminado el impulso económico de los dos años pasados, temen perder la reac­tivación económica lograda tras los durísimos ajustes acometidos previamente. Los directivos que acuden a Bruselas perciben que España pierde peso y credibilidad, y más ante el atisbo de unas terceras elecciones. Su mejor salida es aumentar las exportaciones, y es donde las grandes corporaciones se mueven mejor, las cotizadas en el Ibex (el índice selectivo de la Bolsa española) realizan la mitad de sus ventas al exterior.

Casi un año de Gobierno en funciones supone un impasse de difícil digestión. “La economía global marcha a su ritmo mientras en España estamos a expensas de la reactivación regulatoria, y de tener Gobierno. Casi un año en esta situación tiene un efecto multiplicador mayor porque el mundo se mueve muy rápido y perdemos oportunidades en muchos frentes”, resume José Manuel de la Riva, presidente de Ametic (Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información, Telecomunicaciones y Contenidos Digitales). Alicia Coronil, directora de Economía del Círculo de Empresarios, recuerda que “más de 60 tratados comerciales están en espera de ser firmados. El Gobierno en funciones no puede autorizar su rúbrica ni remitirlos a las Cortes”.

Parálisis legislativa

La parálisis legislativa afecta, sobre todo, a los sectores regulados. Es el caso del eléctrico, que “necesita de un marco normativo estable y predecible para poder acometer sus decisiones de inversión”, afirma Unesa, la patronal del sector, que espera la trasposición de la legislación de eficiencia energética, y las relativas a las condiciones de los colectivos con derecho a acogerse al bono social, la metodología de los peajes y cargos de las tarifas de acceso, y la de impulso a la movilidad eléctrica. De la misma forma, el crecimiento de las empresas integradas en Ametic está lastrado por el freno al desarrollo de la Ley General de Telecomunicaciones y de la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado.

Cae el dinero público

La segunda gran queja empresarial es la caída de la inversión pública, y eso sucede porque un Ejecutivo sin plenos poderes no puede aprobar nuevas partidas y está recortando otras para cumplir con el déficit público. “España ha pactado con Bruselas cerrar 2016 con un déficit del 4,6% y hay riesgo de incumplimiento porque el acumulado del año es ya del 5%”, explica Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. Incumplir el compromiso acarrearía una multa del 0,5% del PIB (unos 5.000 millones de euros) y la congelación de 2.300 millones de fondos estructurales, según recordó el ministro de Economía, Luis de Guindos, al Parlamento. El presidente de la Unión Europea (UE), Jean-Claude Juncker, está decidido a hacerlo.

El Gobierno en funciones está afectando a las empresas, que no invierten a falta de decisiones gubernamentales

Para Cardoso, la peor parte del incumplimiento del déficit sería traicionar la confianza de la UE, lo que empeoraría las condiciones del Banco Central Europeo (BCE) para comprar deuda pública española. “Si por desconfianza nos suben los tipos de interés, esto se trasladará al crédito a las empresas. Aquí sufrirían menos las grandes porque son capaces de acceder a otros tipos de financiación”, añade.

La licitación de la obra pública ha caído un 14,25% en los primeros siete meses del año. “El déficit español se redujo en 60.000 millones de euros en los pasados seis años y la mitad fue por la reducción de la inversión pública. En 2016 se han congelado 722 millones de euros de inversión presupuestada en los dos ministerios inversores (Fomento y Agricultura), y hasta 2019 debemos reducir una media anual de 8.500 millones de euros del déficit público. Sería aventurado decir que no habrá más recortes inversores”, asegura Julián Núñez, presidente de Seopan, la patronal de las grandes constructoras, salvadas por la internacionalización. Los 10 mayores grupos realizan casi las tres cuartas partes de sus ventas (construcción y servicios) en el exterior.

I+D en vía muerta

Las empresas de Ametic, que suman el 30% de la I+D privada española, sufren la entrada en vía muerta de las partidas para los proyectos tractores de la economía digital, como Smart Cities, Escuela Conectada o Transporte Inteligente, “arrastrando a la construcción de redes de hospitales públicos o de la Administración de Justicia, entre otras cosas”, desgrana Manuel de la Riva.

Como el resto, las compañías de Ametic miran más al exterior y las filiales de las multinacionales (el grueso de las grandes firmas del sector) convencen a sus matrices para mantener su apuesta por España, con el argumento de la transitoriedad de la situación. No es fácil lograrlo, la economía crece por el impulso de los años anteriores y los think tanks económicos empiezan a enfocar con luz roja a España.

Los sectores regulados, como el eléctrico, son los más perjudicados por la situación de ‘impasse’

BBVA Research ha revisado a la baja el crecimiento de la riqueza nacional esperada para 2017. El avance del PIB alcanzó el 3,2% en 2015, se está desacelerando hasta el 3,1% en 2016 y se prevé que solo crezca al 2,3% en 2017. La caída significa menos inversión y menos empleo. Un punto menos de PIB son 155.000 puestos de trabajo menos, según el IEE (Instituto de Estudios Económicos).

Los recortes para cumplir el déficit frenan las ayudas públicas, como el plan PIVE para compra de vehículos, iniciado en 2012. La Administración ha dado 1.115 millones de euros (igual cantidad que los fabricantes) en ocho planes PIVE, que terminaron en el pasado mes de julio. “El plan PIVE ha dinamizado especialmente el canal de particulares, que crecía al 9% con él y ahora solo lo hace al 6%. Las marcas están supliendo con grandes esfuerzos comerciales la falta de un programa que mantenga el ritmo”, cuenta Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de Anfac, la patronal de los fabricantes de coches. Citroën, por ejemplo, lanzó una campaña veraniega bautizada como PIVE, a pesar de ser una mera ayuda de la empresa.

La preocupación de los constructores de automoción es “seguir avanzando en temas como la formación, la fiscalidad, los costes energéticos, la I+D+i o la logística. Es importante tener un Gobierno en plenas facultades para hacer reformas en estos ámbitos, porque otros países hacen los deberes y pueden arrebatar carga de trabajo a nuestras factorías”, añade Armero. El sector recibió más de 10.000 millones de euros de inversión en los pasados cuatro años y Anfac aspira a atraer más inversiones para mantener la producción española por encima de los tres millones de vehículos anuales a partir de 2020.

Gasto farmacéutico

El sector farmacéutico tiene las espaldas cubiertas, un mes antes de las elecciones de 2015 firmó un acuerdo con el Gobierno para mantener un gasto farmacéutico público acorde al crecimiento de la riqueza nacional. “Es un marco de predictibilidad fundamental para que las empresas farmacéuticas realicen las inversiones en I+D”, explica Humberto Arnés, director general de Farmaindustria, que agrupa a más de 250 laboratorios. Sin embargo, las empresas temen nuevos retrasos del pago en los hospitales públicos, “dado que el grueso de las comunidades autónomas gasta más de lo presupuestado. Eso afectaría a nuestra tesorería”, continúa Arnés. La situación se extiende al resto de los proveedores, dado que un Ejecutivo en funciones no puede aumentar el gasto para 2017, ni obligar a las comunidades a reducir el suyo.

Incluso al boyante sector turístico le afecta el bloqueo político español. “Somos el 12,5% del PIB (unos 110.000 millones de euros en ingresos) y el principal generador de divisas, casi 54.000 millones proceden del exterior. Pero sabemos que la inestabilidad de los países del Mediterráneo nos favorece y eso es algo coyuntural”, indica José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, la asociación de las grandes empresas del sector, que piden regenerar los destinos turísticos de las islas y la Costa del Sol, así como abordar la eclosión descontrolada de las viviendas de uso turístico, añade Zoreda.

La banca, insegura

José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), lo resume: “Los bancos se adaptan a un escenario dominado por incertidumbres económicas, distorsiones derivadas de una política monetaria sobredimensionada, una regulación inconclusa y cambios en los hábitos del cliente que facilitan la entrada de nuevos operadores. Necesitamos más certidumbre de tipos de interés, regulatoria, económica y política”.

Los empresarios dan la bienvenida a la idea de doblar el tamaño del plan Juncker, de movilizar 315.000 millones de euros de inversión pública y privada en relanzar el crecimiento europeo. “Pero se debe acompañar de reformas estructurales que eliminen rigideces y restricciones al crecimiento”, apostilla Martínez Campuzano.

La crisis ha llevado la vocación exportadora al ADN empresarial, pero la situación de los mercados exteriores es complicada. Fuentes de Crédito y Caución informan: “Las empresas españolas gestionan un aumento de sus niveles de impago del exterior y afrontan el empeoramiento en mercados de la zona euro y en los emergentes. Las turbulencias están causadas por la desaceleración china, los bajos precios de las materias primas y las expectativas de cambio en la política monetaria de Estados Unidos”. Para Miguel Ángel Ariño, profesor de estrategia de IESE Business School, la peor incertidumbre es la evolución económica de China, “cuyo crecimiento ha bajado del 12% al 6,5% en seis años. Cada uno de los acontecimientos derivados de su caída, como la devaluación del yuan, se ha reflejado en las Bolsas de todo el mundo”.

Un escenario poco alentador “es una piedra más al recorte inversor en la digitalización empresarial iniciado en la crisis, sobre todo en sectores como banca, construcción o inmobiliario”, concluye José Manuel de la Riva.

Por lo pronto, las mayores compañías españolas, las cotizadas en Bolsa, ganaron cerca de un 10% menos en el primer semestre en comparación con el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, hay grandes empresas que se salvan de esta desaceleración. La digitalización es imparable y el crecimiento a dos dígitos de la venta online mantiene el optimismo de firmas como Seur, que se plantea “incrementar el ritmo de inversiones en los próximos meses para hacer frente a estas necesidades”, asegura su consejero delegado, Alberto Navarro.

¿Qué pasa con el Brexit?

La patronal CEOE pide que la gestión de la salida de Reino Unido de la UE se guíe por “la colaboración para mitigar los efectos negativos que habrá para cada una de las partes. Se debe llegar a acuerdos, y así lo hemos dicho las 40 organizaciones empresariales nacionales que conformamos Business Europe a los líderes europeos en la reciente cumbre de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Bratislava”, explica Bernardo Aguilera, director de Economía de CEOE.

La sangre no llegará al río. “Los británicos son muchos millones de consumidores con una cierta capacidad de compra y necesitan nuestros productos. La negociación será dura, y se hará sector a sector. El retraso del inicio de las negociaciones diluirá la dureza de los primeros enfrentamientos políticos entre Reino Unido y la UE”, afirma Joaquín Garralda, profesor del IE.

La posible depreciación de la libra pende como amenaza sobre las empresas exportadoras a Reino Unido. “España exporta más de 335.000 vehículos a Reino Unido, y un mercado británico a la baja podría afectar negativamente”, recuerda Anfac. “No habrá repercusiones en el turismo español”, según Exceltur. “IAG es una de las más afectadas por la divisa y por el posible deterioro del tráfico aéreo. Se ha llegado a decir que el consorcio podría disolverse, es muy exagerado”, afirma Renta 4.

Ferrovial, Telefónica, Iberia, Iberdrola y Santander son las empresas con mayor exposición a Reino Unido. “El Brexit no supone un cambio ni en nuestras operaciones ni en nuestro compromiso de permanencia en Reino Unido a corto plazo”, afirman fuentes de Grupo Santander.

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