Las adivinanzas del Banco de Inglaterra
El banco central británico ha revelado los bonos que podrán formar parte de su programa, aunque el requisito de hacer una "contribución material" al país sigue pareciendo difuso.
El juego de adivinanzas del Banco de Inglaterra está retorciendo el ya distorsionado mercado de bonos británico. El banco central ha publicado la lista de las empresas que hacen una “contribución importante” a la economía de Reino Unido y por lo tanto pueden formar parte de su programa de compra de bonos corporativos de 10.000 millones de libras (11.700 millones de euros). Hasta ahora, el principal logro del esquema ha sido desconcertar a los operadores.
La votación de Reino Unido para abandonar la Unión Europea ha obligado al Banco de Inglaterra a seguir al Banco Central Europeo (BCE) a la hora de decidir qué empresas deben tener un acceso más fácil al crédito. El banco central dirigido por Mark Carney opta por un enfoque más específico, limitado a la deuda de las empresas que operan en Reino Unido.
La institución británica ha optado por un programa de compra de deuda corporativa más específico que el BCE
Pese a ello, la definición de “contribución importante” sigue siendo muy vaga. Las empresas no tienen que tener su sede en Reino Unido, sino que deben emplear a personas o vender productos allí, pero el Banco de Inglaterra no ha revelado los umbrales exactos.
La lista de bonos adecuados, publicada el 12 de septiembre, sorprendió a algunos operadores. Morrison’s, la cuarta mayor cadena de supermercados del país, no está en la lista. Tampoco la alemana RWE, propietaria del proveedor de electricidad y gas Npower. Los bonos del gigante estadounidense de las telecomunicaciones AT&T pueden formar parte del programa, pero no los de Telefónica, que posee O2, compañía con 23 millones de clientes británicos. El aeropuerto de Manchester se encuentra en la lista, mientras que sus rivales más grandes con sede en Londres, Gatwick y Heathrow, se quedan fuera.
Es cierto, la lista es solo un punto de partida. Aun así, pone de manifiesto las dificultades a las que se enfrentan los bancos centrales a la hora de comprar bonos.
La rentabilidad de los bonos de la lista cayó hasta 5 puntos básicos tras la publicación, de acuerdo con un inversor. En lugar de hacer su trabajo básico de determinar el riesgo de crédito, los mercados se ven obligados a repensar las decisiones del banco central.