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Finanzas

Los cuatro jinetes del Apocalipsis del sector bancario

El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán.
El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán.
Juande Portillo

“El crédito no volverá a ser la fuente de rentabilidad que fue para el sector financiero”, ha advertido este martes Ana Rubio González, de BBVA Research, en la presentación del estudio “El cambio del modelo de negocio de la banca”, el cual ha coordinado, en un acto celebrado en la Bolsa de Madrid con eminentes figuras del ramo.

El informe ha sido elaborado por la Fundación de Estudios Financieros (FEF) a partir de una serie de debates de reputados expertos del sector miembros de las principales entidades financieras del país, de las patronales bancarias, de firmas internacionales y grandes auditoras, fundamentalmente.

En el texto se recogen la cuatro principales amenazas para la banca que han detectado sus miembros.

Por estos motivos, Rubio comprende que el crédito dejará de ser el motor de ingresos de la banca por lo que las entidades “ya no deberán estar tan centradas en crecer y expandir balance, sino centrarse en dar servicios que consumen poco capital más en línea con lo que vienen haciendo las de EE UU”, ha dicho.

En su opinión es “un momento crucial para el sector” y el objetivo es que la banca salga de proceso siendo “más sólida, más ágil y más transparente”. “¿Quienes serán los supervivientes? Quienes se adaptan a este marco, no necesariamente las más grandes”, ha aseverado.

La regulación

En una mesa redonda posterior a la presentación, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, ha incidido en el reto que plantea la ingente legislación financiera.

“El de la regulación es un proceso que parece no tener fin, una maquinaria infernal que parece difícil de parar. Uno se pregunta si estamos al final de proceso regulatorio o seguiremos” adaptando el negocio a nuevos requerimientos, ha dicho.

Roldán también ha subrayado el reto que supone los cambios en la oferta y la demanda con los nuevos competidores tecnológicos, las fintech, pugnando por los eslabones más rentables del negocio bancario.

“Es lo que yo llamo la deconstrucción del sistema bancario, pensando en en la tortilla de Ferrán Adria. No debe ser gracioso si eres la tortilla”, ha ilustrado el responsable de la patronal bancaria.

La revolución digital

“La tecnología fuerza a la banca, como siempre lo ha hecho, a adaptarse. Y como hablamos de disrupción digital, el cambio será disruptivo”, ha expuesto por su parte José Manuel González Páramo, consejero ejecutivo de BBVA y exmiembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo.

“Aquellos que esperen tener un periodo largo para adaptarse a lo digital estarán poniendo en riesgo la sustancia del negocio”, ha advertido, subrayando que la diferencia de la industria financiera con la de la música o el cine ante la revolución digital está en la regulación.

González Páramo ve dos posibles escenarios: uno en que la banca se convierta en una mera plataforma para la operativa de nuevos comeptidores –“esto es la muerte del negocio bancario porque se pierde la relación con el cliente”, o uno alternativo en el que “muchos bancos no van a sobrevivir a estos cambios” y los que queden competirán con las fintech en su terreno de juego o las adquirirán.

En su opinión los bancos están “en un entorno más difícil para sobrevivir” y tienen el grna reto por delante de transformar su organización interna para competir con lso gigantes digitales lo que requiere “dejar de funcionar como ministerios pasar a operar como Google o Amazone”.

La voz discordante

Por su parte, el economista Fernando Fernández Méndez de Andés se ha mostrado contrario a dos de las principales conclusiones del resto de ponentes: en su opinión no hay banca sin crédito, ni la revolución digital es tal.

“No creo en el nuevo modelo e la banca. La banca es la banca. Lleva reinventándose desde que yo la conozco. El modelo disruptivo es una exageración tecnológica. El gran reto es incompatibilidad de política monetaria y regulatoria”, ha expuesto subrayando que a los bancos se está pidiendo de un lado más capital y liquidez y a la vez que se les conmina a dar más crédito para lubricar la recuperación económica.

“El reto es posicionarse en un entorno regulatorio político lesivo para los intereses de la banca”, ha remachado. “Demasiado tiempo hemos esperado que la política monetaria arregle los problemas de la economía”, ha sostenido, asumiendo que esta “ilusión hará más larga la caída”.

“Necesitamos adaptar las tecnologías, pero no demasiado rápido. No creemos al consumidor” digital, ha advertido.

El ajuste pendiente

Finalmente, el economista Santiago Carbó-Valverde ha recordado que “llevamos anunciando la muerte de los bancos desde el principio de los mismos”, defendiendo que tienen capacidad de transformarse ante los nuevos retos.

Eso sí, Carbó da por muerta la era de las grandes campañas comerciales generalizadas en las que todos los trabajadores se lanzan a vender un producto, y ve venir la era de los servicios personalizados para cada cliente en base a su situación específica y necesidades. El dilema ahí es cómo conseguir ingresos suficientes para rentabilizar el negocio en un momento de márgenes mínimos y una clientela que no espera pagar por los servicios.

En cuanto al ajuste pendiente, Carbó es de la opinión que la banca española tiene ya mucho recorrido avanzado y que otros países de entorno tienen más trabajo por delante. Sin embargo, la banca deberá seguir recortando hasta que haya un equilibrio entre la oferta y la demanda, asume.

La Unión Bancaria

Finalmente, los ponentes han coincidió en señalar que hasta que no se den fusiones paneuropeas de entidades financieras, hasta que no se creen auténticos bancos transnacionales, no se podrá hablar del éxito de la Unión Bancaria.

Es más, han señalado que, si estas entidades no se crean en los próximos años, la Unión Bancaria habrá fracasado.

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