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Consecuencias de la ausencia de Gobierno

El Ejecutivo asume que no podrá presentar los Presupuestos de 2017

Las comunidades tendrán que bajar su déficit al 0,3% y no al 0,7% pactado con Hacienda por la falta de Gobierno

El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos.
El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos.Efe

El Ejecutivo tira la toalla y ya da por sentado que tendrá que presentar ante Bruselas unas cuentas prorrogadas ante el escenario de que no haya Gobierno e incluso de unas terceras elecciones. Fue el ministro de Economía, Luis de Guindos, el que lo confirmó desde la reunión del G-20 en China. La primera consecuencia es que las autonomías no dispondrán de margen adicional y tendrán que bajar al déficit al 0,3% frente al 0,7% pactado con Hacienda.

Hasta el pasado viernes, coincidiendo con la segunda votación de investidura, los máximos mandatarios de Economía y Hacienda albergaban la posibilidad de una abstención del PSOE para poder pasar a limpio todos los borradores que tenían preparados con el techo de gasto (el límite que sirve de referencia a autonomías y ayuntamientos para hacer sus cuentas públicas) y los Presupuestos Generales del Estado de 2017, adaptados a las previsiones económicas del Ejecutivo.Todas esas esperanzas se desvanecieron a última hora del viernes y la delegación española que viajó a China a la reunión del G-20 tuvo que improvisar un cambio de guión.

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Así se lo hizo saber el domingo el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, al comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, y al titular de Finanzas alemán, Wolfgang Schaüble, tal y como reconoció en una comparecencia posterior ante los periodistas en la cumbre del G20 en la ciudad china de Hangzhou. Guindos explicó que trasladó a Moscovici y Schaüble que la falta de gobierno hace ya prácticamente imposible que se aprueben en plazo unos nuevos presupuestos en España para el próximo año. Ante ello, señaló que el Gobierno en funciones presentará en Bruselas en la fecha prevista, antes del 15 de octubre, un presupuesto prorrogado. “Lo que se hará es proyectar el presupuesto actual con las variables económicas ya definidas para el próximo año y sin cambios de política”, apuntó. Eso significa que el gasto corriente se mantendrá sin modificación y que todas las partidas pendientes de aprobación ya no se podrán sacar adelante. Un escenario complejo, más aún teniendo en cuenta que 2017 es la fecha fijada por Bruselas para que España lleve el déficit público por debajo del 3%, tal y como marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y que los objetivos marcados, especialmente para la Seguridad Social y las autonomías, son prácticamente irrealizables. Ninguna de las dos cumplirá este año el objetivo de déficit y tampoco lo hará el año que viene.

Las que más difícil lo tienen son las autonomías. La razón se debe a que no se ha podido ratificar en el Parlamento el acuerdo de abril en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, el organismo que engloba a Hacienda y a las regiones, por el que se elevaba del 0,3% al 0,7% el déficit para 2016, ante la falta de Ejecutivo. Según fuentes del Gobierno consultadas por Europa Press, esta financiación adicional no se podrá hacer, ya que un Ejecutivo en funciones no puede llevar al Parlamento estos nuevos objetivos ni el aumento de la financiación que conlleva. Hacienda eleva a 4.000 millones la cantidad que dejarán de percibir las regiones, lo que hace imposible el cumplimiento de objetivo (0,3%) cuando la media se situó en 2015 en el 1,66% y hay cinco regiones por encima del 2%.

Guindos sí trasladó a sus colegas del G20 que en las próximas semanas el Gobierno aprobará un real decreto de modificación del impuesto de sociedades para cumplir con Bruselas. Se trata de recuperar el antiguo mecanismo del pago fraccionado del impuesto de sociedades, para obtener 6.000 millones de euros, según sus propios cálculos. Es una operación financiera mediante la que se adelanta los pagos previstos el próximo año a este ejercicio, lo que ayudaría a reducir el agujero presupuestario.

Rajoy achaca el bajo crecimiento al populismo

España es el país que más está creciendo en la zona euro y eso le sirvió al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para ser invitado por el G20 a intervenir en la sesión de trabajo inicial dedicada al crecimiento económico. Una invitación que el Gobierno español consideró como un reconocimiento a la recuperación económica del país gracias a las reformas estructurales puestas en marcha en los últimos años.

En la misma semana en que Rajoy no consiguió ser investido de nuevo presidente y en la que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, pidió una solución a las denominadas “fuerzas del cambio”, entre las que se encuentra Podemos, el presidente español aprovechó su disertación para volver a alertar de las consecuencias de los populismos. En su reflexión, consideró que un bajo crecimiento económico como el que se produce tanto en las naciones desarrolladas como en las emergentes, es la causa del auge de los populismos, pero que, paradójicamente, “los populismos son los grandes enemigos de las reformas estructurales que generan crecimiento”. De esta manera interpreta que suponen un daño al dificultar la puesta en marcha de reformas que garanticen la buena evolución de la economía. “Con economías más resistentes, reformas y mejor coordinación económica, podemos dar mejor respuesta a los riesgos que amenazan el crecimiento”, subrayó.

El presidente en funciones aprovechó para detallar el programa de reformas aplicado en la anterior legislatura. “La ambiciosa agenda de reformas en el sector financiero, mercado laboral y la administración, y mercados de bienes y servicios, ha permitido sacar a España de la situación extrema en que se encontraba hace cuatro años”, recordó.

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