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Consejero delegado para Europa de Education for Employment

Salvatore Nigro: “La estrategia en la empresa viene del arte militar”

El responsable de la ONG Education for Employment en Europa habla cuatro idiomas y medio: inglés, castellano, italiano, francés y un poco de noruego.

Salvatore Nigro, consejero delegado para Europa de Education for Employment en Europa, en su despacho de Madrid.
Salvatore Nigro, consejero delegado para Europa de Education for Employment en Europa, en su despacho de Madrid.Juan Lázaro
Pablo Sempere

De Algeciras a Estambul, y en medio, en la región italiana de Calabria, la ciudad de Cirò Marina. Allí nació en 1979 Salvatore Nigro, el consejero delegado para Europa de Education for Employment (EFE), una ONG dedicada a la formación de jóvenes sin empleo en países del norte de África y de Oriente Medio. “Crecí mirando al Mediterráneo, siempre con vistas al mar y con pasión por los países que le rodean. Por eso, qué mejor para mí que esta profesión”, explica.

Fue hace nueve años cuando comenzó a trabajar en esta organización. “Cuando nací, mi madre tenía 17 años y mi padre 20, estaban en paro y vivíamos en casa de los abuelos, que eran campesinos”, recuerda. Por eso, creció con la obsesión de encontrar un empleo, a poder ser enfocado en el ámbito internacional. “Estudié Ciencias Políticas Internacionales en la Universidad de Luiss de Roma gracias a una beca, y más tarde cursé un MBA en la Universidad de Malta”.

Su formación la completó más adelante con un máster estratégico-militar. “La estrategia en la empresa viene en gran parte del arte militar, para anticiparse y adaptarse a las situaciones, así como ser innovador y responder rápidamente ante situaciones adversas”, prosigue. Empezó a trabajar en el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país allá por 2001, y el rumbo le llevó más tarde a Noruega y a Estados Unidos. Tenía la intención de quedarse al otro lado del charco, “cuando me ficharon para EFE en Europa, cuando nacía la organización, en un momento en el que todo el mundo veía en el norte de África y en Oriente Medio terrorismo e inmigración”.

El 65% de la población de esos países tiene menos de 25 años. “Por eso lo que hay que hacer es crear empleo, ya que, además, el sueldo de un joven impacta en seis o siete personas. Las familias allí son más numerosas”. Trabajan en Túnez, Marruecos, Yemen o Palestina, y hasta la fecha han creado en torno a 10.000 puestos. Una de las claves, relata Nigro, es que forman a los jóvenes para que trabajen en el puesto específico que una empresa necesita, “es una especialización muy técnica”.

“La estrategia dentro de la empresa proviene, en gran medida, del arte militar”

Por eso, su vida pasa en gran medida por reunirse con esas compañías en cada uno de los países en los que la ONG opera, algunas como Accenture, Mastercard u Orange. “Lo tengo contabilizado, viajo 160 días al año”. Es lógico, por lo tanto, que su lugar de trabajo esté diseñado para ser lo más eficaz y cómodo posible, ya que solo pasa dos semanas al mes en él. “Porque además de viajar continuamente de un lado a otro del Mediterráneo, vivo en Murcia, donde acabé por amor”, apunta.

Sus oficinas están en pleno centro de Madrid, en un antiguo y señorial edificio levantado en una zona privilegiada, tras el Museo del Prado, entre la Real Academia Española y el Casón del Buen Retiro, “y es una pena porque no puedo pasar demasiado tiempo aquí”. Allí trabajan cinco personas, que se suman a las 120 que tiene la organización en el resto del planeta, además de 2.000 formadores. Su despacho es pequeño y acogedor, con hueco para un par de mesas. Aunque, realmente, su espacio de trabajo está en su ordenador portátil, y reconoce que para vivir así es necesario ser muy organizado, “y llevar lo imprescindible en la maleta para evitar colas y esperas innecesarias en el aeropuerto”.

Habla cuatro idiomas y medio, entre inglés, castellano, francés, italiano y un poco de noruego. “Al final es raro que no hable dos o tres de ellos cada jornada, entre videollamadas y reuniones”. Algo que quizá sí hecha en falta es tener un horario fijo. “Como trabajo entre muchas zonas horarias, de EE UU a Palestina, pasando por Madrid, la verdad es que es casi imposible”. Gajes del oficio.

Juan Lázaro

Un cuadro de oportunidades

Tanto en su vivienda de Murcia, a la que vuelve los fines de semana para estar con su familia, como en su despacho de Madrid, Salvatore Nigro tiene colgado en la pared un pequeño cuadro. En él aparece pintado un antiguo mercado que había en su ciudad natal. “Era el centro de muchos mercantes que paraban en una zona privilegiada para ellos, en el centro del Mediterráneo, tanto para protegerse como para vender la mercancía. Representa muy bien el espíritu de este mar, que siempre ha estado lleno de amenazas, pero también de oportunidades”.

Ese es el objetivo de Nigro: dar oportunidades en las zonas más desfavorecidas de la región mediterránea. “Ocurre en muchos países, pero en estos la situación es mucho peor. La formación pública no prepara a los jóvenes para el trabajo”. Y al final, prosigue, el desempleo y la falta de oportunidades muchas veces desemboca en lacras como la droga, la violencia o el yihadismo, “que intenta captar a los jóvenes más vulnerables”.De hecho, cuenta cómo esto se convierte en un círculo vicioso, ya que esta lacra dinamita mucho más estas zonas y la falta de oportunidades aumenta. “Nosotros intentamos, en la medida de lo posible, cerrar este círculo”.Se le nota. Es un apasionado del mar, e intenta volver a su ciudad natal cada verano. Y también madrugador. Dentro del horario tan obligadamente flexible que maneja intenta reservarse un rato para correr por las mañanas, que suele empezar a eso de las 6.30 de la madrugada.

Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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