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Gestión

¿Estamos preparados para una avalancha de turistas?

La oleada de atentados en Europa y el golpe de Turquía pueden desbordar el sector

EFE

En 2015 llegaron a España 68 millones de turistas, el mejor registro de la historia. Las cifras pueden ser todavía mejores este año: la afluencia de extranjeros durante los dos primeros trimestres ha crecido por encima del 10%. La crisis de los refugiados ha restado atractivo a Grecia. Más recientemente, la fatídica oleada de atentados y asesinatos en países como Francia y Alemania, así como el fallido golpe de Estado en Turquía y las purgas que le han seguido, podrían desviar todavía más turistas hacia un destino seguro y soleado como es España. El propio presidente del lobby turístico Exceltur, José Luis Zoreda, manifestó el pasado domingo que el crecimiento a través de turistas prestados, que podría impulsar la cifra final hasta los 75 millones, no es sostenible ni deseable a largo plazo, según recogió Servimedia.

Objetivo: no perder el tren dela tecnología

El sector turístico necesita no perder el tren de las nuevas tecnologías. “La forma de hacer turismo y los usos y costumbres del turista han cambiado. Si queremos seguir siendo punteros necesitamos profesionales que sepan interpretar las nuevas tecnologías”, opina Carlos Diez de la Lastra, director general de la escuela de alta dirección hotelera Les Roches Marbella.

AirBnb, Car2Go o MyTaxi son fruto de esta revolución. “Hay un vigoroso tejido emprendedor que está reinventado el turismo. No olvidemos que Amadeus, líder en la reserva de vuelos, es una startup española”, apunta Iñaki Ortega, director de Deusto Business School Madrid.

Para Arturo de las Heras, director general de la Udima, “el peligro de la buena situación que atraviesa el turismo es caer en la autocomplacencia a la hora de diseñar la oferta”.

¿Estamos preparados para absorber un aumento semejante en la demanda? “No habrá ningún problema de alojamiento. Simplemente, estaremos a reventar”, opina Josep F. Valls, catedrático del departamento de dirección de marketing de Esade Business School. Este experto en el sector turismo advierte que no debemos olvidar que el crecimiento de este año tiene que ver otra vez con el mal ajeno. “Llevamos demasiados años siendo un destino refugio: de la guerra de los Balcanes en los noventa, de los atentados urbanos de los años 2000 y de las primaveras árabes de los 2010”, añade. Según sus cálculos, entre 700.000 y 900.000 personas que pretendían visitar la costa turca dejarán de hacerlo.

Raúl González, consejero delegado del grupo Barceló y colaborador de varios programas de Deusto Business School, estima que la demanda prestada que tiene España se sitúa en torno al 10% del total. “Turquía estaba teniendo unos 40 millones de visitas al año, mucho más que la suma de todos los países de la cuenca del Mediterráneo. Aunque creo que, este verano, el sector hotelero no encontrará muchas diferencias con respecto al año anterior: las llegadas de más se van a ir a otros tipos de alojamientos”, apunta.

El ejecutivo reconoce que la bonanza que atraviesa el sector se traduce en problemas para encontrar talento. “Vuelven a faltar profesionales preparados, como sucedió hace 10 o 12 años. En las islas, por ejemplo, nos cuesta encontrar jefes de cocina, como tampoco damos con camareros para algunos destinos”, señala González.

En cuanto a los puestos de responsabilidad, suelen estar bien cubiertos. “España tiene los mejores profesionales dentro del sector turístico”, opina Ramón Estalella, director del programa de dirección de empresas turísticas de IE Business School y secretario general de la patronal hotelera Cehat. “Lo que pasa es que nos han enseñado a ser directores de hotel pero no de agencia de viajes o de pyme turística. Dado el tamaño del sector, todos los años tendrían que formarse unos 1.000 directivos, y no se gradúan ni 300”.

Para Valls, de Esade, las escuelas y profesores de España se encuentran en el top de la formación. “Acaso nos faltaría rematar el escenario formativo con alguna oferta de MBA y executive al máximo nivel que atrajera a los mejores de todo el mundo. Condiciones existen y seguimos despertando atractivo para venir a estudiar aquí”, indica.

¿Y si este boom turístico se desvanece en cuanto se estabilice la situación en el resto de países? Aunque no parece probable una caída en picado, la solución está en las infraestructuras. “Si se preparan bien lograremos desestacionalizar la demanda”, señala González. “El gran problema del turismo no lo vivimos ahora, sino que viene en seis semanas: cómo afrontar la temporada baja”.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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