Lo impensable no es imposible
Una de las principales lecciones que compañías e inversores sacarán del 'brexit' es que tendrán que reconsiderar muchos riesgos que consideraban remotos.
La mayoría de los costes económicos de acabar con cuatro décadas de integración recaerá en Reino Unido. Aun así, se trata de un golpe que el resto del mundo no necesitaba. Los economistas de Morgan Stanley calculan que el brexit podría golpear en 0,3 puntos porcentuales de crecimiento mundial en 2017. Un dólar al alza implica una renovada presión sobre los prestatarios de los mercados emergentes, cuyas deudas están denominadas en la moneda estadounidense –y puede incitar a la Reserva Federal a retrasar su próxima subida de tipos –. El yen japonés también subió, lo que socava los planes de reactivación económica del primer ministro, Shinzo Abe.
Pese a los giros, sería sorprendente que el brexit condujera a la calamidad financiera. Tras la crisis verdaderamente global de 2008, los bancos centrales tienen líneas de intercambio y otras herramientas para minimizar las perturbaciones del mercado. En caso de que sea necesario actuar, las autoridades que se reunieron en la ciudad suiza de Basilea este fin de semana están en buena posición para coordinarlo.
La posibilidad de que Le Pen se haga con la presidencia francesa parece ahora menos remota
Las principales repercusiones de esa decisión afectarán al comercio y los flujos de capital ya que empresas e inversores se replantearán la estabilidad a largo plazo de Reino Unido.
Las consecuencias se sentirán también en otros lugares. El brexit alentará a los partidos populistas en toda Europa, incrementando otros temores hasta ahora ignorados. La posibilidad de que Marine Le Pen se haga con la presidencia francesa el próximo año, por ejemplo, de repente parece menos remota. Una victoria de la extrema derecha en Francia, a su vez tendría profundas consecuencias para el futuro de la UE y la moneda única.
Luego está Donald Trump. Según el portal de apuestas online Betfair, el candidato republicano tiene una probabilidad inferior al 25% de ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre. Pero son las mismas probabilidades que la web otorgaba al voto a favor de la salida de la UE en el referéndum de Reino Unido de hace unos días. El caso británico nos recuerda que otros golpes también son posibles.