El Constitucional alemán se rinde al milagro del BCE
Los jueces nacionales se muestran, a regañadientes, de acuerdo con el Tribunal de Justicia Europeo de que el programa de compra de deuda nunca utilizado del BCE era legal.
Alemania ha capitulado ante el espejismo del “lo que sea necesario” del Banco Central Europeo. Los más altos jueces del país han coincidido a regañadientes, con el Tribunal de Justicia Europeo (TJE) al dictaminar que el plan de compra de bonos del BCE que nunca fue utilizado era legal. El poder de la promesa siempre fue más psicológico que práctico.
La promesa del presidente del BCE, Mario Draghi, de comprar bonos detuvo la crisis del mercado de deuda en 2012 al convencer a los inversores de que dejaran de apostar en contra de los países de la zona euro más débiles. Aunque los mercados nunca probaron este programa Transacciones Monetarias Directas (OMT, por sus siglas en inglés), los litigantes alemanes argumentaron que violaba las reglas del BCE sobre financiación monetaria y borraba la línea entre la política monetaria y económica. El Tribunal Constitucional pareció estar de acuerdo en una evaluación inicial en 2014, pero también buscó la opinión del tribunal europeo, que consideró que la OMT era legal.
Si los tribunales hubieran entrado en conflicto, podría haberse desencadenado una crisis. Los críticos con la política de Draghi en Alemania lo habrían han visto como una prueba de que la zona euro estaba incumpliendo la legislación nacional. Un rechazo por parte del tribunal alemán también podría haber desestabilizado los mercados. El BCE está comprando hasta 80.000 millones de euros de activos al mes, pero este programa está protegido por la necesidad de luchar contra la deflación. Puede que esa defensa siempre valga.
Los jueces alemanes se inclinaron a regañadientes a favor del Tribunal de Justicia Europeo. Lo critican por haber tomado la palabra del BCE de que la OMT es una herramienta monetaria, en lugar de una cuasi-fiscal. Su aceptación de la compra de bonos de emergencia también está sujeta a que el BCE se atenga a ciertas reglas.
El tribunal alemán ha librado a la zona euro de un gran quebradero de cabeza, pero también ha rendido tributo a la capacidad de Mario Draghi de mover los mercados.