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Automoción

Toyota acelera en la conducción autónoma

Gill Pratt, responsable del Instituto de Desarrollo de Toyota
Gill Pratt, responsable del Instituto de Desarrollo de ToyotaTORU HANAI (REUTERS)

La competición por la conducción autónoma acelera día a día. Los fabricantes de coches de todo el mundo están volcando sus desarrollos e investigaciones en ser los primeros en traer a las carreteras los vehículos autopilotados, que, según los expertos en automoción, estarán haciendo kilómetros sin conductor en 2020.

Toyota Motor confirmó ayer que está desarrollando sistemas de asistencia a la conducción que incorporarán inteligencia artificial para “mejorar la seguridad al volante”, contó ayer Gill Pratt, consejero delegado del Instituto de Investigación de Toyota (TRI), la organización de I+D de la automovilística japonesa. El objetivo de Toyota es contar con un modelo que conduzca autónomamente por autopistas para las Olimpiadas de Tokio 2020.

Este concepto de innovar en busca de que los vehículos piensen, actúen y tengan cierto control sobre la conducción para evitar accidentes es el eje que vertebra la investigación de Toyota, que pretende tenerlos en circulación en cinco años. “Mientras que los actuales sistemas de seguridad se basan en el uso de cámaras para evitar los obstáculos, la inteligencia artificial permite al coche anticipar el resultado y generar un plan para evitar la colisión. Tomará el control del acelerador y de los frenos o el volante”, señaló Pratt en un encuentro con la prensa.

La compañía dedicará 1.000 millones de dólares (882 millones de euros) en desarrollos de inteligencia artificial para los próximos cinco años, esfuerzos que pueden permitir en un futuro que Toyota fabrique también robots para asistencia a mayores o para uso doméstico. “Es parte de lo que la automovilística está investigando”, señaló Pratt.

El responsable del TRI declinó confirmar que la automovilística esté en conversaciones con Google para adquirir Boston Dynamics y Schafts, empresas con departamentos fuertes de robótica en EEUU.

Esta iniciativa se suma a los esfuerzos que las automovilísticas están haciendo para introducir las nuevas tecnologías en su negocio principal. La propia Toyota anunció el mes pasado un acuerdo con Uber para el desarrollo de tecnologías y aplicaciones desde el móvil de conducción compartida.

Este mes, la rival japonesa de Toyota, Honda, aseguró que está desarrollando una división propia, dentro de la empresa, para investigar en inteligencia artificial. Se suma a esfuerzos en conducción conectada y autónoma de fabricantes como Ford o Volkswagen, que acaba de hacerse con la empresa de conectividad Gett.

Por otro lado, la automovilística japonesa alertó a sus empleados británicos en una carta enviada el lunes que, si Reino Unido se separa de Europa tras el referéndum del Brexit, los impuestos y las tasas encarecerán los vehículos en un 10% al menos.

Toyota afirmó que “el 90% de los coches que fabrica en Reino Unido se exportan y los mercados principales para esta comercialización son los europeos”, con lo que la salida encarecería estas exportaciones. Toyota se vería obligado, afirma en la carta, “a recortar costes o a subir los precios de los vehículos, lo que impactará en las ventas”, alertó.

“Que el Reino Unido se mantenga como miembro de la UE es lo mejor para nuestra competitividad”, dijeron.

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