Los contras de cotizar por la mínima en autónomos
La incidencia en la prestación de incapacidad, y en la pensión de jubilación, son las dos principales desventajas de cotizar por la mínima.
Darse de alta como autónomo en la Seguridad Social conlleva una serie de responsabilidades para el profesional. La primera de ellas es la aportación que mensualmente ha de realizar a las arcas públicas, motivo por el que, a día de hoy, la mayoría de los autónomos elige cotizar atendiendo a la base mínima.
Esta fue, en el año 2015, de 884,4 euros, aunque la cifra esconde una responsabilidad mayor, como es su capacidad para calcular el importe de las prestaciones de incapacidad, así como la pensión de jubilación. En este sentido, según Anfix, software de facturación online, el pago de los 261,83 euros mensuales de esta cuota puede acarrearle problemas y limitaciones.
Estos surgen en el caso de causar baja por enfermedad común, de modo que durante los 20 primeros días de la misma cobrará el 60% de la cotización, y partir de entonces, el 75%. Así, desde esta organización aseguran que teniendo en cuenta que debe seguir pagando la cuota de autónomo durante ese tiempo, la prestación será muy reducida si cotiza por la base mínima.
Situación similar se reproduce en el momento de calcular la pensión de jubilación. De hecho, se estima que los pensionistas autónomos cobran de media mensual 610,90 euros, cifra un 37% inferior a la media del Régimen General un 30% por debajo de la media del sistema de la Seguridad Social. Además, muchos autónomos deciden incrementar su base de cotización a partir de una edad para conseguir una pensión más alta.
Es por ello que desde Anfix sostienen que es preferible elegir una base de cotización que se encuentre en correspondencia a los ingresos obtenidos en la actividad, tal como ocurre en la contratación por cuenta ajena. De lo contrario, advierten de que los autónomos pueden encontrarse con que la jubilación llevará aparejado un descenso importante en su nivel de vida.