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Asistencia financiera

El BCE prepara un océano de dinero por el riesgo de 'brexit'

La autoridad monetaria europea dispondrá líneas de liquidez ilimitadas para poder comprar libras si hay 'brexit' La intervención será similar a la que se utilizó tras los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos

La salida de Reino Unido de la UE, el temido brexit, cobra fuerza conforme se acerca la fecha prevista para el referéndum, el 23 de junio. Las previsiones de las encuestas sitúan ahora como favorita a la escisión británica, mientras que las casas de apuestas, cuyos pronósticos son seguidos por los grandes fondos de inversión, han recortado de forma notable el margen de una victoria de la permanencia.

El Banco Central Europeo ha decidido no quedarse de brazos cruzados ante la probabilidad de que la salida de Reino Unido de la UE se materialice y ha elaborado un plan de contingencia para evitar que el brexit haga temblar los cimientos del sistema financiero del Viejo Continente. De esta forma, altos funcionarios de la máxima autoridad monetaria europea señalaron a Reuters que el día 24 el BCE hará una declaración asegurando de forma rotunda que “hará todo lo que sea necesario para mantener una liquidez adecuada en los mercados”. Será entonces cuando el organismo explique su plan de choque para contener los miedos entre los inversores y reforzar la confianza de los inversores.

La ruta de actuación del BCE, coordinado con el Banco de Inglaterra, pasaría por abrir líneas ilimitadas para el intercambio de libras y euros a un tipo de cambio preestablecido, según Reuters. Y es que, de producirse ese hipotético triunfo del brexit, el BCE prevé que, ante la esperada depreciación de la libra, se incremente notablemente la demanda de euros entre las entidades británicas que las reservas del Banco de Inglaterra serían incapaces de satisfacer.

La medida que podría ponerse en marcha la semana que viene no es nueva. Ya durante la crisis financiera y, previamente, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, el BCE empleó acuerdos similares con la Reserva Federal para desbloquear dólares adicionales y evitar así un colapso repentino de las entidades financieras.

Estos preparativos extraordinarios son un reflejo de la importancia y la alerta del BCE de cara al referéndum del 23 de junio. Y es que después de que la libra se haya depreciado un 4,43% en menos de un mes y del repunte del temor a que un resultado a favor del brexit arrastre a la UE a una nueva recesión económica, el abandono de Reino Unido se ha convertido en una amenaza real.

Desde la institución europea no confirman las informaciones aparecidas, aunque recalcan que el BCE está “preparado para afrontar cualquier tipo de contingencia, entre las que se incluye la posibilidad de que se produzca el brexit. Asimismo, desde la máxima autoridad monetaria europea han querido reiterar su confianza en que Reino Unido no saldrá de la UE, una decisión que entienden que “sería lo mejor para todas las partes”.

En esta misma línea se pronunció el mes pasado el Banco de Inglaterra, que alertó de la incertidumbre que genera a la economía la actual coyuntura en Reino Unido. “Estas dudas están dificultando que los bancos puedan aprovechar sus fuentes habituales de moneda extranjera”, señaló entonces la máxima autoridad monetaria del país.

La provisión de fondos adicionales en euros a los bancos después de la votación sobre el futuro de Reino Unido aliviaría la presión sobre los bancos y ayudaría a calmar los miedos de los mercados financieros.

Más allá de esta medida, poco más puede hacer el BCE. La inyección de liquidez efectuada por Mario Draghi, que ha saturado a los mercado con más de 1.000 millones de euros, unido a los programas de compra de deuda está llevando a la entidad a quedarse sin valores que comprar. A esto hay que sumar las críticas que estas políticas están levantando en Alemania. Las medidas puestas en marcha por el banquero italiano para devolver la estabilidad a los precios y sostener la recuperación en la eurozona no convencen al país que lidera Angela Merkel. Hasta la semana pasada la mayor oposición a los estímulos monetarios del BCE la lideraban los dirigentes alemanes y el responsable del Bundesbank, Jens Weidman, que ayer pidió una vez más fin a los estímulos por parte de Draghi.

Pero a las declaraciones de los políticos se suma en las últimas semanas las reprimendas lanzadas por algunas entidades alemanas.La primera de ellas fue Deutsche Bank. El pasado 8 de junio, día en que Draghi empezó a comprar deuda de empresas en grado de inversión, la entidad señalaba en su revista económica que la principal amenaza para la eurozona era el BCE y su política ultralaxa.

Poco después que se conociera esta información el Commerzbank declaró que estudia guardar el dinero en bóvedas antes que depositarlo en la hucha del BCE. Es decir, con esta medida busca ahorrarse el dinero que la institución cobra a las entidades por guardar el exceso de liquidez. A fecha de hoy, la tasa se sitúa en el -0,4%.

Esta entidad alemana tuvo que recibir asistencia pública durante la crisis financiera y el Gobierno germano conserva aún una participación en torno al 17% en su capital. De momento, no se ha tomado ninguna decisión, tal solo la entidad habría mantenido consultas al respecto con las autoridades de Alemania, según informan dos funcionarios.

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