Cómo lograr que un programa electoral se lea
Los expertos analizan el ‘catálogo’ de Podemos como herramienta de comunicación
Es una de las publicaciones en papel más esperadas del año. Sirvan como ejemplo los siguientes datos que avalan el lanzamiento del catálogo de Ikea como uno de los momentos relevantes (en España suele ser en el mes de septiembre), para los seguidores de la multinacional sueca: 213 millones de catálogos impresos en 32 idiomas. Una publicación que se encuentra en el número uno mundial en cuanto a tirada, y en cuya edición trabajan durante diez meses casi 300 personas, entre fotógrafos, maquetadores, informáticos...
“Han roto con la idea del texto largo y complejo de los programas electorales”
Con un despliegue mucho más modesto pero buscando este mismo impacto, Podemos lanzó el miércoles su programa electoral, inspirado en el catálogo de Ikea, en el que aparecen los distintos candidatos, fotografiados en situaciones domésticas: Pablo Iglesias regando una planta, Pablo Echenique en el baño, Errejón leyendo en el sofá, José Julio Rodríguez fregando platos... La finalidad, según ha explicado la responsable de análisis y programa de esta formación política, Carolina Bescansa, es “que sea el más leído de la historia de la democracia”. Por lo menos es del que más se habla, incluso en menos de 24 horas se agotaron los 800 ejemplares, editados y maquetados por Mauro Trastoy, que la formación morada puso a la venta (1,80 euros más gastos de envío), a través de su página web. Incluso ha dado juego a los adversarios políticos del partido que lidera Pablo Iglesias. La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, afirmó que tiene la experiencia en su comunidad de quienes se quedaron “con una pancarta enrollada en un balcón de su sede”, pero considera “mucho más latoso tener que desmontar muebles”. Por su parte, Albert Rivera señaló que “en el catálogo de Ikea lo que yo no he visto es en qué armario han guardado la subida del IRPF, ni debajo de qué sofá tenemos el referéndum de independencia...”
Lo cierto es que en Podemos han sido creativos en cuanto a su política de comunicación. “Han roto con la idea del texto largo y complejo de los programas electorales, tienen el mérito de haber innovado en este sentido”, explica el asesor en comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí, quien destaca otro elemento importante, como es la personalización de la oferta política.
“El programa está ligado a un contexto y a un grupo de personas, a un equipo”. Sobre la efectividad de la medida, este experto no se atreve a evaluar la rentabilidad que pueda tener la iniciativa el próximo 26 de junio, aunque ya ha conseguido, que se preste atención a un programa electoral, y lo que es seguro es que al menos por curiosidad la gente va a ojearlo. “Es nuestra manera ahora de leer, es todo muy disperso y la mayoría de los programas no se abren”, señala Gutiérrez-Rubí. Para la profesora de comunicación y publicidad de ESIC Rosa María Díaz la medida ha sido efectiva como instrumento novedoso para conseguir que la gente lo mire, aunque la verdadera efectividad se verá tras las elecciones. “Los programas electorales suelen ser un instrumento que no acostumbra a captar una excesiva atención de los votantes, ya que el trabajo se lo suelen hacer los medios de comunicación, pero lo que sí ha conseguido es llamar la atención”, señala la docente de ESIC. Por su parte, Ikea señaló que no estaban al tanto de la jugada de Podemos y declinó comentar la iniciativa.