¿Autismo o intuición femenina?
Tras el dato de empleo de mayo publicado el pasado viernes, la intervención de Yellen, presidenta de la FED, ante el Consejo de Asuntos Mundiales de Filadelfia con un discurso en torno a la política monetaria y las previsiones económicas se convirtió automáticamente en un acontecimiento de un significado especial.
Pero no solo eso, el discurso de Yellen era su última oportunidad de comunicar públicamente su postura sobre la futura trayectoria de las subidas de los tipos de interés antes de que la FED anuncie oficialmente su decisión el 15 de junio ya que se produce a escasas 11 horas y media de que dé comienzo el período de bloqueo informativo de la FED (a partir de hoy martes) en el que los funcionarios de la FED se abstienen de expresar sus opiniones sobre la evolución macroeconómica o las cuestiones de política monetaria en reuniones o conversaciones de participación pública.
Después de los débiles datos de empleo de mayo publicados el pasado viernes, que han puesto en entredicho las declaraciones optimistas de la propia Yellen del pasado 27 de mayo, el mercado ha descartado prácticamente una subida de tipos en junio. Sin embargo, Yellen en su intervención mencionó cuatro riesgos para la economía de EEUU: menor demanda y productividad, inflación y complicaciones en el exterior para luego minimizar la trascendencia económica de todos ellos sobre la economía americana.
Ella misma hizo un balance de su discurso: "Para resumir, espero que la economía de Estados Unidos siga mejorando y creo que subidas graduales de los tipos de interés serán apropiadas para promover los objetivos de la FED de máximo empleo y estabilidad de precios. También hay considerables e inevitables incertidumbres para la previsión económica y la senda apropiada para los tipos de interés. Mis colegas y yo tomaremos nuestras decisiones sobre política monetaria de acuerdo a la información futura y su implicación y riesgos para las previsiones económicas. Lo que es cierto es que la política monetaria no está predeterminada y que el Comité seguirá respondiendo a los nuevos datos y analizando los riesgos para cumplir de la mejor manera nuestros objetivos".
Por otro lado y de acuerdo a cálculos de The Associated Press, Hillary Clinton alcanzó ayer lunes los 2,383 delegados necesarios para hacerse con la nominación presidencial demócrata. En las primarias del pasado domingo en Puerto Rico, Clinton logró anotarse (con el escrutinio del 70% de los votos) 31 delegados en las que obtuvo el respaldo del 59,38 % de los votos, mientras que su oponente Bernie Sanders sacara el 37,53%.
El anuncio es oportuno ya que se ha hecho justo en la víspera del último supermartes de las primarias 2016, en el que tendrán lugar las primarias en estados clave como California en la que están en juego algo más de 500 delegados. A pesar de contar con el voto del aparato demócrata, la naturaleza "anti-stablishment" de la actual carrera presidencial americana obliga a Hillary Clinton obtener unos resultados brillantes en California que haga indiscutible su victoria sobre un Sanders (y sus abnegados seguidores) que no acaba de rendirse del todo. Estos últimos insisten en la naturaleza tectónica de la actual lucha política y esta actitud de Clinton puede ser más un obstáculo que una ventaja para las aspiraciones de los demócratas.
Las diferencias entre Clinton y Sanders (sin contar los polémicos super-delgados) es de apenas 291 delegados. A ellos habría que sumar los 523 super-delegados de diferencia entre ambos y sobre los que éste último tiene intención de exigir una redistribuir de manera más coherente con el voto popular: “Los súper delegados en aquellos estados donde cualquiera de los dos candidatos ha ganado con aplastantes victorias deberían reflexionar seriamente sobre si deben votar de acuerdo con los deseos del pueblo en sus estados”, dijo recientemente Sanders.
El tiempo dirá si la insistencia fue buena.