La universidad española se americaniza
Se implantan programas de estudios flexibles
Estudiar en una universidad de Estados Unidos es sinónimo de éxito, una realidad avalada por los primeros puestos que acaparan estos centros en los principales rankings internacionales. Por eso, muchos campus españoles quieren ahora parecerse a ellos y han iniciado un proceso de americanización, diseñando nuevos recintos, elevando el porcentaje de alumnos extranjeros, adaptando costumbres y métodos de formación y acercándose más al mundo empresarial.
Los cambios se están produciendo en diferentes aspectos, según Pedro J. Lara, vicerrector de la Universidad Europea de Madrid: “Un modelo mucho más orientado al mercado, la captación de estudiantes y la rendición de cuentas; un mayor enfoque hacia el sector empresarial y a la máxima empleabilidad, y un campus donde no se va solo a estudiar, sino que se convierte en un entorno donde vivir”.
Efectivamente, el entorno comienza a ser uno de los elementos más cuidados. En los campus de la Europea de Madrid no está permitido fumar, ni siquiera al aire libre, por lo que se han creado “caminos saludables” que permiten pasear, correr, así como espacios abiertos multifunción para trabajar en grupos o comer algo rápido, muy al estilo norteamericano. El Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF) se mantiene abierto a cualquier hora y durante todo el año, con el fin de potenciar la cultura comunitaria.
Zonas verdes y edificios inteligentes a los que se accede con tarjetas personales y lugares reservados para la relación y el debate entre alumnos y profesores son aspectos del paisaje cada vez más presentes. El IESE ha adaptado incluso el comedor de su centro de Barcelona y lo ha dotado de un autoservicio en el que ofrece una gran variedad de comida típica estadounidense.
- Centros cosmopolitas
El cosmopolitismo es otra de las características de las universidades norteamericanas más imitadas. En ellas, el porcentaje de alumnos extranjeros ronda el 20%, una cifra que empieza a ser también habitual en muchas instituciones españolas y, en algunos casos, superada ampliamente, como sucede en IE University, donde el 70% de los estudiantes procede de 110 países.
Carlo Maria Gallucci, vicerrector de la Ramon Llull, explica que “los estadounidenses tienen mucha experiencia en acoger una gran diversidad de alumnos”. Por eso, ellos han ido “adaptando algunos de sus elementos: generalizando el uso del inglés, ofreciendo menús adaptados a las distintas culturas, fomentando la convivencia y el respeto entre varios credos religiosos y fijando calendarios, horarios de actividades académicas, comidas y servicios administrativos de acuerdo a las prácticas habituales a nivel internacional”, enumera.
Para Eugenio M. Fedriani, vicerrector de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (UPO), “la similitud con los grandes campus anglosajones es muy atractiva para los estudiantes procedentes de otros países”. A la intensa convivencia de profesores y estudiantes en el campus, la UPO suma una importante dotación de infraestructuras deportivas, un elemento imprescindible en los centros norteamericanos.
En esta carrera por la internacionalización, la Autónoma de Barcelona (UAB) ha puesto en marcha iniciativas como study abroad (clases específicas para estudiantes norteamericanos), summer term o grado abierto, de influencia anglosajona, que se unen a un amplio abanico de ofertas académicas en inglés y un extenso programa de intercambio de profesores y estudiantes con universidades estadounidenses.
Los métodos académicos también están experimentando una profunda transformación. El elemento más destacable es la adopción de programas de estudios flexibles, un sistema habitual en EE UU que mezcla conocimientos y características de diferentes campos del saber. Nohemí Boal, directora de posgrado de la Universidad CEU San Pablo, asegura que “más allá de los conocimientos técnicos, formamos en competencias transversales, como liderazgo, trabajo en equipo, gestión, resolución de conflictos, innovación, emprendimiento, motivación, responsabilidad y compromiso con la sociedad, entre otros.” Las metodologías de esta institución “recrean situaciones reales que permiten aprender haciendo”.
- La figura del mentor
Los signos de americanización aparecen en múltiples aspectos. La Pablo Olavide fomenta la relación entre diferentes colectivos de estudiantes y distintos grupos de investigación. La Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE ha desarrollado títulos de grado interdisciplinar inspirados en modelos de éxito estadounidenses, como el título en Business Analytics o Global Communication. Mientras que en la Universidad Europea han creado la figura del mentor, un modelo muy anglosajón en el que un profesor asesora directamente a un estudiante durante toda la carrera. Y en CUNEF, apunta Mercedes Gracia, “muchos de los profesores son extranjeros o doctores por universidades extranjeras, por lo que existen equipos de investigación mixtos”.
En Deusto han apostado por la flipped classroom o clase invertida. Almudena Eizaguirre, directora de innovación docente, explica que “frente a un planteamiento tradicional en el que el profesor explica teorías o conceptos en el aula, hemos adoptado una tendencia importada de las universidades norteamericanas que consiste en dar por anticipado los apuntes y artículos, aprovechando las clases para trabajar en equipo y resolver casos”. Esta institución vasca ha puesto en marcha un sistema de aprendizaje ligado a la realización de un servicio a la comunidad. “Por ejemplo, un estudiante de Derecho puede colaborar con personas desfavorecidas, ayudándoles a gestionar documentación, permisos y ayudas… o un alumno de Administración y Dirección de Empresas que se encarga de la contabilidad de una fundación o de hacer el plan de marketing de una ONG”.
La Pontificia Comillas ICAI-ICADE, por su parte, ha querido dar un fuerte impulso al “desarrollo de habilidades personales, comunicativas y profesionales, como el trabajo en equipo, las técnicas de negociación, mediación y debate, las presentaciones orales y escritas eficaces, el liderazgo o el emprendimiento”.
En general, la flexibilidad de la oferta académica ha aumentado sustancialmente, a juicio de Antonio de Castro, vicerrector de IE University. “Nosotros damos la posibilidad a los estudiantes de que diseñen su propio currículo educativo, adaptado a sus capacidades e intereses académicos y profesionales. Otro aspecto norteamericano que tratamos de adaptar es la integración de profesores de una gran diversidad de orígenes y amplia experiencia docente internacional”.
- Ajustes académicos
En algunos centros, la organización académica también se ha ajustado. En la Pontificia Comillas ICAI-ICADE se han modificado los calendarios para favorecer intercambios y la llegada de alumnos extranjeros, particularmente estadounidenses. “Hemos adelantado las clases al día 1 de septiembre y establecido una distribución por semestres, que trata de aproximarse más al modelo norteamericano”, apunta el vicerrector Antonio Obregón. Además, “los estudiantes de algunos programas se integran en universidades americanas como las de Northeastern, San Diego; Fordham University School of Law, Pace Law School, Brooklyn Law School o Boston University Law School”.
La Universidad Carlos III de Madrid ha establecido un calendario académico “similar al de un gran número de universidades norteamericanas” y ha apostado por “la formación en inglés en sus grados”. Igualmente, ha potenciado los convenios internacionales y ha organizado cursos de estudios hispánicos y de universidad de verano para estudiantes de EE UU. Por su parte, la Toulouse Business School mantiene acuerdos con cuatro universidades estadounidenses, apunta Gabriel Zúñiga, director de estudios de TBS Barcelona. “Intercambiamos alumnos con ellas cada curso y tenemos otros programas, como el que este verano traerá a un grupo de estudiantes de MBA de la Arizona State University a cursar un seminario con nosotros”.
- Investigación
Entre las tendencias del modelo americano que están cuajando cada vez más en nuestro país se encuentra la necesidad de ser acreditado por instituciones de prestigio. Pedro J. Lara afirma que la Universidad Europea “ha conseguido convertirse en la primera de España en ser una Benefit Corporation, un título que otorga la estadounidense BLab por demostrar una especial sensibilidad por los temas sociales y la sostenibilidad”. Y Nohemí Boal indica que la alianza de la CEU con The Center for Creative Leadership (CCL) convertirá a este centro en “el único en España acreditado por esta prestigiosa institución norteamericana para impartir formación en liderazgo con su metodología”.
El sistema estadounidense está basado en la competitividad, medida especialmente por los resultados en investigación, apunta Álvaro Bustinduy, vicerrector de la Universidad de Nebrija. “Nosotros hemos introducido indicadores que miden esta actividad investigadora en distintos niveles para fijar objetivos y asignar recursos. Estamos impulsando la participación de expertos extranjeros y mantenemos contactos con compañías en este ámbito”.
El nuevo modelo adoptado por los centros españoles entraña también un mayor contacto con el futuro laboral de sus alumnos. Martin Boehm, decano de programas de IE Business School, destaca la necesidad de acercar la realidad empresarial a las aulas, para lo que cada año organizan un foro de talento. “En la última edición, más de 150 empresas explicaron sus estrategias de contratación y presentaron más de 800 ofertas”. Y Marta Escardó, del IESE, se refiere al Career Forum, que organizan “para que los estudiantes del MBA busquen trabajo y a los que acuden muchas de las empresas más importantes del mundo”. El evento incluye presentaciones, entrevistas con los reclutadores y es responsable de más del 70% del empleo conseguido cada año, destaca.
La doctora en Periodismo Ana del Paso –que ha sido alumna y profesora en cuatro universidades estadounidenses y ahora colabora con la Complutense y Nebrija– explica que los centros españoles, sobre todo los más jóvenes, intentan adoptar el modelo norteamericano para atraer alumnado angloparlante, porque les da mayor presencia internacional y prestigio al asociarse con instituciones de ese país. Y advierte de la importancia que tienen “los programas académicos, la capacidad investigadora y las actividades deportivas y culturales”.
Iniciativas con sabor estadounidense
Las universidades españolas están poniendo en marcha múltiples iniciativas inspiradas en sistemas y modelos que ya se venían aplicando en Estados Unidos. Por ejemplo, la de Deusto ha implantado el Blended Synchronous Learning, una innovadora modalidad de clase en la que se integran en un mismo espacio tanto alumnos presenciales como estudiantes online. Y la Universidad Europea de Madrid expide el Laureate Professional Assessment, un certificado que recibe el alumno con su expediente académico, en el que también se especifica su nivel de desarrollo en ocho de las competencias profesionales más demandadas en el mercado laboral.
IE University fomenta el intercambio de ideas entre los estudiantes con 80 clubes sobre diferentes ámbitos (humanitario, derecho, cocina), fundados y gestionados por ellos mismos. Y Nebrija ha traspasado las fronteras de sus instalaciones para impulsar una competición de debates, en forma de liga, entre colegios madrileños.
Los espacios físicos tampoco son impedimento para la universidad Pablo Olavide, cuyas facultades no disponen de edificios individualizados, “lo que potencia el intercambio y la colaboración habitual entre las distintas ramas de conocimiento”, apunta el vicerrector Eugenio M. Fedriani. IESE, por su parte, patrocina una concentración de estudiantes de MBA, donde participan las más importantes escuelas de negocios de Europa, Norteamérica y Asia, que compiten en la resolución de un caso real de consultoría.
La Autónoma de Barcelona apuesta por trasladar sus conocimientos a toda la sociedad a través de los MOOC (cursos online masivos y abiertos), accesibles por Internet y a los que se puede apuntar cualquier persona, universitaria o no. Además de vídeos, lecturas y cuestionarios, el sistema cuenta con foros de usuarios interactivos en los que participan estudiantes y profesores. Las primeras experiencias de este revolucionario método surgieron en la Universidad de Utah en 2007. Casi una década después, comienzan a causar furor en España.