La bananera idea de Trump para la Fed
El candidato republicano asegura que la política monetaria de Janet Yellen es la correcta, pero que la sustituiría por no pertenecer a su mismo partido
En la ruptura más reciente de Donald Trump con el decoro general que una vez correspondió al cargo que pretende alcanzar como candidato republicano a la Casa Blanca el magnate aseguraba que tendría por objetivo cambiar la guardia de la Reserva Federal.
No es que Janet Yellen esté haciendo un mal trabajo. La política de dinero fácil de la Fed es del agrado de Trump, según aseguró a la CNBC el jueves. “Me encanta el concepto de dólar fuerte”, dijo a lo que añadió que, no obstante, eso crea el caos en los mercados y el comercio, y unos tipos más altos podrían hacer que sea más caro para que el país pueda cumplir con sus deudas.
La credibilidad de la Reserva Federal depende en gran parte de su independencia de los poderes públicos
En su lugar, Trump afirmó que invocaría su eslogan televisivo del programa El aprendiz para decir a Yellen “estás despedida”, simplemente porque no es republicana. Incluso teniendo en cuenta el estado de división de la política estadounidense actual, esto presagia un impresionante acto de partidismo.
La credibilidad de la Fed deriva en gran medida de su independencia de los poderes legislativo y ejecutivo del Gobierno estadounidense. Esta autonomía separa a la Fed de, por ejemplo, sus homólogos de Venezuela y la República Popular de China, y es un componente importante de la envidiable posición del dólar como moneda de reserva del mundo.
Por ello los presidentes casi nunca han intervenido en los términos en los que Trump sugiere que haría con Yellen, cuyo mandato termina en 2018. Barack Obama, demócrata, volvió a nombrar a Ben Bernanke, republicano nombrado por George W. Bush, para un segundo mandato en 2009, citando un deseo de continuidad política. El demócrata Bill Clinton hizo lo mismo, dos veces, con Alan Greenspan, republicano. En 1983, el republicano Ronald Reagan mantuvo a Paul Volcker, demócrata nombrado por Jimmy Carter, para un segundo mandato.
Dar la vuelta a la tradición es, por supuesto, parte de la campaña iconoclasta de Trump para alcanzar la Casa Blanca. En su entrevista en la CNBC, analizó la necesidad de manejar los asuntos monetarios de Estados Unidos “muy, muy cuidadosamente”, porque “ahora estamos hablando de algo que es muy, muy frágil”. En ese contexto, la sustitución de Yellen por su afiliación a un partido sería un acto de negligencia extrema –y probablemente solo uno de los muchos que se podrían esperar de una presidencia de Trump–.