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Contante & Sonante

Los bancos avisan: “Pensamos subir el precio de las hipotecas”

No es la primera vez que los bancos hacen esta reflexión en los últimos dos años, subir los diferenciales de los créditos hipotecarios. Justo después de que el Banco Central Europeo (BCE) planteó que los bancos comerciales de la eurozona pagasen por mantener depósitos en esta institución por encima del nivel de reservas requerido. Esto fue en junio de 2014.

Pero ahora el mensaje de los bancos comerciales comienza a generalizarse y a tomar forma. Además, cuentan no solo con el beneplácito del Banco de España, sino también con el apoyo de la nueva circular sobre provisiones que espera salir a la luz en breve (ya con retraso de dos meses), aunque su aplicación no será efectiva hasta finales de año. En esta circular se fija una penalización a las entidades que den créditos por debajo del precio de coste, o lo que es lo mismo a pérdidas. En este caso deberán subir sus provisiones.

Y es que, pese a la presión que está ejerciendo sobre los márgenes los tipos negativos, la fuerte competencia existente entre los distintos bancos españoles les ha llevado a enzarzarse en una guerra comercial por captar clientes. Y uno de los mejores ganchos son las hipotecas baratas, y si ten devuelven dinero por ellas mejor.

Esta batalla –que también se está produciendo en los concursos para facilitar financiación a las administraciones públicas, según reconocen algunas firmas–, ha derivado en una pérdida de rentabilidad en el sector. Ahora, cada vez más las entidades presumen de salud y solvencia, pero pocos se atreven a ensalzar su rentabilidad.

Y, como la pescadilla que se muerde la cola, si no hay rentabilidad, no hay inversores que apuesten por el sector. Y sino solo hay que echar un simple vistazo a las cotizaciones de casi todos los bancos desde hace un año. En caída continúa.

El BCE y la EBA (Autoridad Bancaria Europea en sus siglas en inglés) no se cansan de lanzar el mismo mensaje: la rentabilidad debe cubrir el coste del capital, y este se sitúa entre el 8% al 10%. O lo que es lo mismo, el ROE (rentabilidad sobre recursos propios) debe alcanzar alrededor del 10%. En España solo hay un banco que supere este porcentaje, Bankinter, y otro que lo ronda, Bankia.

Pues ante el estrechamiento de los márgenes y la caída de la rentabilidad, y, por qué no, ante la duda de que en un futuro se pudiese pagar al hipotecado al aplicar en el contrato los tipos negativos, la banca quiere abrir el debate sobre una subida generalizada del precio del crédito.

Es cierto que la banca descarta pagar a un cliente por una hipoteca, pero también es cierto que reconocen que nos hemos adentrado en un terreno desconocido y pantanoso. Y como confesó el viernes el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, los contratos hipotecarios “no están preparados” para los tipos negativos. El resto de las entidades entienden que jurídicamente es imposible que el banco tenga que pagar a un cliente porque los intereses de su hipoteca le sale negativa, pero informes internos de la AEB admiten que “ni la jurisprudencia, ni las autoridades avalan nuestras tesis claramente. Y en otros países existen normas vigentes en contra”. La idea es que el precio o diferencial de la hipoteca cubra el coste del riesgo. Además, los directivos del sector recuerdan en los últimos meses que España es el país con las hipotecas más baratas.

Los bancos comerciales de Suecia, Dinamarca o Suiza (también con bajos tipos de interés) ya han decidido limitar el impacto sobre la rentabilidad de sus negocios adoptando un conjunto de medidas que parecen confrontar el espíritu perseguido por la política de tipos negativos. Así, en vez de cobrar por mantener depósitos en sus bancos para compensar el coste que tiene para ellos pagar por mantener reservas en sus bancos centrales, han decidido aumentar los tipos de los nuevos préstamos hipotecarios (aunque en Dinamarca también cobran a clientes corporativos por mantener sus depósitos a la vista, en España BBVA ha reconocido que también lo hace). Además, están promoviendo que los préstamos hipotecarios se definan a través de esquemas mixtos, en el que los primeros años estaría anclado a una tasa fija, superior, en general, a la que pagarían bajo el esquema vigente, a cambio de reducir el spread que pagarían más adelante cuando la hipoteca sea regida por tipos variables.

En España, Ibercaja, Kutxabank y Santander, han planteado un esquema similar para defenderse de un euribor negativo, encareciendo el coste de las hipotecas en los dos primeros años y jugando con el diferencial respecto al euribor en los años siguientes.

La banca se pregunta “¿Cuál es el impacto de subsidiar el cargo al que, teóricamente debería de estar sometido el ahorro de los depositantes, con un aumento de los tipos hipotecarios?” La respuesta está sin resolver, aunque aseguran que cobrando a los clientes por los depósitos se podría solucionar el conflicto. Pero reconocen que esto es injusto, imposible y no tiene sentido. Admiten que un 75% de los clientes minoristas no lo aceptarían, aunque las grandes empresas parece que sí.

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