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Escándalo de las emisiones

Mitsubishi reconoce que falseó sus controles de consumo desde 1991

El fabricante de automóviles japonés admitió ayer que ha cometido irregularidades en los test de consumo en sus vehículos desde 1991.

Tetsuro Aikawa, presidente de Mitsubishi durante una rueda de prensa en Tokio.
Tetsuro Aikawa, presidente de Mitsubishi durante una rueda de prensa en Tokio.REUTERS

El caso Volkswagen no parece un hecho aislado. La japonesa Mitsubishi se ha visto salpicada por un nuevo escándalo de manipulación de las emisiones. Ayer, menos de una semana después de conocerse esta crisis en el mercado automovilístico, se agravó la situación para la nipona. El grupo reconoció que sus manipulaciones se remontan a 1991.

El sexto fabricante japonés de vehículos aportó ayer nuevos detalles sobre su incumplimiento. La práctica se remonta al citado año, cuando la empresa continuó empleandométodos de prueba que Japón había invalidado, y además reutilizó datos técnicos de determinados modelos para medir el consumo de otros vehículos, según admitió hoy en rueda de prensa el presidente de la compañía, Tetsuro Aikawa.

En concreto, Mitsubishi tomó los datos técnicos más favorables posibles para cuatro modelos de minivehículos, de modo que sus resultados en las pruebas de eficiencia de combustible –clave para hacerlos competitivos– fueron exagerados en un 10%, explicó Aikawa.

Los métodos para testar el gasto de combustible empleados por Mitsubishi se basaban en el estándar estadounidense, que tienen más en cuenta la conducción en autopista, pero no se ajustan a la normativa nipona, centrada en el rendimiento del vehículo en un entorno urbano.

La información que la empresa remitió a las autoridades niponas y con la que se vendieron los modelos señalaba que estos podían recorrer 29,2 kilómetros por litro de combustible, en lugar de los 26,4 kilómetros reales.

Este escándalo se ha traducido en un importante varapalo para la compañía en Bolsa. El grupo ha perdido desde el día 20 de abril, cuando se conocieron los hechos, un 47% de su valor bursátil. Es decir, casi a la mitad. Solo en la pasada jornada, el descenso fue del 9,58%. Este hecho ha avivado en los últimos días los recuerdos del escándalo que hace 15 años cuando admitió que había ocultado de forma sistemática defectos de fabricación que mancharon su imagen y desembocaron en un rescate financiero de la empresa por otras del conglomerado Mitsubishi.

En esta nueva crisis, la empresa halló las irregularidades tras realizar una investigación interna, cuyos resultados finales se conocerán en unos tres meses, manifestó Aikawa, quien añadió que se están estudiando “medidas para compensar a los clientes”. El Gobierno nipón, por su parte, ha puesto en marcha otra comisión de investigación para examinar los métodos empleados por este y otros fabricantes para medir el consumo de sus vehículos, y que ha ya realizado inspecciones en instalaciones de Mitsubishi.

Los nuevos detalles del caso se han desvelado una semana después de que Mitsubishi reconociera que modificó la presión del aire de los neumáticos durante las pruebas de consumo de combustible de unas 625.000 unidades vendidas en Japón de los modelos eK Wagon, eK Space, Dayz y Dayz Roox (estos dos últimos comercializados por Nissan). Se desconoce todavía cuál será la cifra definitiva de coches afectados.

El escándalo pone en entredicho el futuro de la compañía debido al volumen de las posibles indemnizaciones que tendrá que pagar a conductores y a Nissan, e incluso al Gobierno, debido a las ayudas públicas que Mitsubishi recibió vinculadas con sus datos de eficiencia energética.

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