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Diversidad

La igualdad es el negocio

Crecen las aspiraciones de la mujer por liderar el mundo de la empresa.

Clase del MBA de IE Business School, centro con un 38% de alumnas. Abajo, las estudiantes de IESE son el 28%
Clase del MBA de IE Business School, centro con un 38% de alumnas. Abajo, las estudiantes de IESE son el 28%Jaime Villanueva

Que el mundo de los negocios está masculinizado no es ninguna novedad. Que abrir sectores cerrados a las mujeres requiere un esfuerzo conjunto, tampoco. Pero algo está cambiando cuando la actriz Emma Watson se sube al estrado de las Naciones Unidas, pide a los hombres que se mojen por la igualdad, y muchos la escuchan. Hasta el punto de hacerle caso.

El pasado mes de marzo visitó Madrid una coordinadora de programas de ONU Mujeres y se reunió con directivos de ESADE. Fruto de esta reunión, el centro se ha convertido en pionero en adoptar en España la campaña promocionada por Watson, He For She. El objetivo es concienciar a los hombres de que ellos también deben trabajar por la igualdad, sencillamente porque a la larga les resulta igual de beneficiosa que a las mujeres.

El director de ESADE en Madrid, Enrique Verdeguer, está desarrollando los contenidos del programa que pretende implantar a partir de este año por tres vías complementarias: la formación de alumnos y profesores, la investigación científica y el debate social. “Se está produciendo un incremento paulatino de mujeres en los negocios, aunque poner una fecha de referencia es complicado. Ha ido asociado a la evolución de la sociedad española y la incorporación de ellas al mercado de trabajo”, explica Verdeguer.

En España las plantillas cuentan con un 40,7% de mujeres, pero estas solo ocupan el 12,8% de los cargos en la alta dirección. Los números de alumnas en las escuelas de negocios son relativamente altos: suponen un 37,2% de los estudiantes de máster en IE Business School, un 28% en IESE y un 43% en ESADE.

Las instituciones cuentan con programas específicos para ejecutivas, becas para alumnas, centros de diversidad y redes de ‘networking’

Pero se trata de proporciones equilibradas comparadas con los porcentajes de exalumnas: es decir, que los obstáculos no han cambiado. Para subsanar esta brecha y fomentar el ascenso de las mujeres dentro del sector, las escuelas de negocios ofrecen un abanico de ayudas y cursos especializados.

Por ejemplo, IE Business School dispone de una beca para mujeres y cuenta con un centro especializado en fomentar la diversidad en todos sus ámbitos; ESADE ofrece también financiación para los estudios de directivas y tiene varios programas específicos de formación, e IESE ofrece cursos y una plataforma para antiguas alumnas que organiza conferencias y tutorías personales.

Fue precisamente una exalumna de ESADE la responsable de impulsar la campaña He For She en los negocios españoles: Marta Lamas, que en 2014 participó en el programa Promociona de este centro, especializado en formación femenina para puestos de liderazgo.

“Recibí preparación en el ámbito financiero, legal, de gestión de conflictos y de toma de decisiones. El curso me llevó a reflexionar sobre qué movimientos serían los necesarios para continuar ascendiendo en mi vida profesional. El programa fomenta el networking, algo en lo que las mujeres no solemos trabajar tanto, y el mirar más el lado estratégico y menos el inmediato”. Es decir, el objetivo es cambiar el chip para ser capaz de definir la propia estrategia profesional a años vista.

Y aunque aprender y adaptarse al sistema es necesario, los expertos también abogan por abordar el problema del lado opuesto, fomentando y extendiendo las cualidades femeninas para incorporarlas al mundo (masculino) de la empresa, más relacionado con la competitividad y la agresividad. “Tenemos que ser femeninas en la atención a los detalles, en la intuición, en la capacidad de anticipar consecuencias para las personas, toda esa parte del cuidado.

Campus de Barcelona.
Campus de Barcelona.

El mundo obliga

 

Las escuelas de negocios con mayor porcentaje de mujeres, según el ranking del Financial Times de 2015, son la francesa EMLyon Business School y la británica Durham University Business School, con un 68% de alumnas. Les siguen varias universidades británicas más: las de Edimburgo, Lancaster y Bath, con entre el 64% y el 66%.

La proporción de mujeres en los másteres de las mejores escuelas de EE UU es bastante más bajo: subió del 32% en 2011 al 36% en 2015, según un estudio de la Fundación Forté, una organización que impulsa la presencia femenina en el sector, principalmente en puestos de liderazgo. Algunas de ellas, como Harvard Business School, Yale School of Management o MIT, superan el 40% de presencia femenina.

 

 

También poseemos el lado de eficiencia, pero si no aportamos la parte femenina nosotras, terminamos imitando al hombre y perdemos mucha riqueza”, arguye Nuria Chinchilla, coordinadora del programa Mujeres en Consejos de Administración de IESE. “Por un lado nos topamos con el techo de cristal, que nos viene impuesto desde fuera, y por otro está el techo de cemento, que nos imponemos nosotras mismas: el rechazo de posibles ascensos por no poder conciliar o el miedo a negociar”.

La clave es convencer al sector de que la diversidad de género no es solo una cuestión ética o de justicia social, sino una lógica de negocio. Celia de Anca es directora del Centro de Gestión de la Diversidad de IE. “El contexto ha cambiado. Los clientes y proveedores son cada vez más complejos, y para ajustarte a eso también necesitas variedad interna en la empresa.

La mujer tiene un poder de decisión muy importante en el consumo; por ejemplo, en la elección del automóvil familiar. Uno de los ejemplos más antiguos es el de una empresa de coches que se gastaba tanto dinero en estudios de mercado para averiguar qué querían las mujeres que terminó saliéndole más barato contratar a mujeres ingenieras. La mujer forma parte del proceso de decisión, y por tanto tiene que estar presente en el proceso de fabricación”, ilustra De Anca.

“Además, hemos atravesado cambios sociales. Las leyes y la opinión pública reclaman más igualdad en puestos medios y altos. La imagen pública de una empresa del Ibex con un consejo de administración solo compuesto por hombres es mala. Los medios se echarían encima”. Y la presencia de mujeres en programas académicos de gestión está bastante igualada con la de los hombres, añade esta experta.

El problema de la desigualdad en la formación se plantea sobre todo entre los mayores de 30 años, en programas educativos que requieren más experiencia previa. “A los 30 una mujer empieza a plantearse su vida como madre. Eso influye en que haya poca presencia de ese perfil. Sin embargo, en los programas educativos de alto liderazgo, a partir de los 40 las mujeres vuelven a aparecer. No es porque no les interese”.

Según Enrique Verdeguer, donde sí ha habido un salto en los últimos años es en el ámbito del emprendimiento. “Con la crisis, la mujer emprendedora se ha desarrollado mucho en múltiples sectores vinculados a los servicios y la consultoría”. Pero para Rachida Justo, experta en emprendimiento y profesora en IE, no se trata únicamente de un avance en femenino. “En cantidad de alumnas, en los últimos 10 años se ha producido un estancamiento. Es cierto que más mujeres quieren emprender, y hay muchas en el mundo de las aplicaciones informáticas, pero su presencia no supera al aumento de hombres en el mismo sector, porque la cultura del emprendimiento ha calado”.

Según la web de tecnología Tech Crunch, en 2014 el 18% de startups en EE UU fueron lanzadas por una mujer. Cinco años antes, habían supuesto solo un 9,5%. Aun así, Justo se declara optimista: “He notado un cambio y tiene que ver con la nueva generación. Hay muchos más alumnos, incluso chicos, que nos hacen observaciones de igualdad de género”.

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