Urge cuadrar las cuentas públicas
Las previsiones del FMI, que auguran el incumplimiento de los objetivos de déficit fiscal de España para este año y el siguiente, constituyen una advertencia seria sobre la urgencia de reconducir el desvío en el ajuste en las finanzas públicas españolas. El organismo presidido por Christine Lagarde, que ha rebajado una décima el crecimiento de España para 2016, calcula un déficit del 3,4% este año, frente al 2,8% pactado con Bruselas, y del 2,5% para 2017, ocho décimas más de lo acordado. La poco halagüeña radiografía que ha realizado sobre España incluye una deuda pública por encima del 95% para los próximos años y una tasa de paro del 15% en 2021. Las previsiones del FMI son un argumento más para que España renegocie cuanto antes el calendario de ajuste fiscal cerrado con Bruselas y lo sustituya por una hoja de ruta que se ajuste a la realidad de lo que la economía española puede asumir a corto y medio plazo. Un cambio de planes que no puede ser el único recurso para reducir la brecha que nos separa la consolidación fiscal y evitar que perjudique el crecimiento, sino que tiene que completarse con un recorte de gasto que el Gobierno ya ha cifrado en 20.000 millones de euros. Una píldora amarga que se deja en herencia al próximo Ejecutivo.