Los sindicatos mantienen a miles de delegados sin empresa
¿Qué ocurre con los representantes de los trabajadores cuando cierra una empresa? Pues que siguen inscritos en el registro oficial del Ministerio de Empleo como delegados de personal o miembros de comités de empresa. Y solo dejan de serlo cuando se cumplen cuatro años desde el último proceso electoral sindical de la empresa desaparecida, ya que la aplicación informática de elecciones sindicales prevé la baja automática de la base de datos de todos los representantes sindicales al cumplirse los cuatro años de su elección. Por ejemplo, si una empresa eligió a sus representantes en 2010 y luego cerró en 2012, los miembros de su comité de empresa pueden seguir en los registros oficiales hasta 2014.
Esa situación hace que, actualmente haya miles de representantes sindicales en los registros oficiales que no tienen ninguna función sindical porque su empresa no existe. Esto es admitido por todos los actores implicados, incluido Empleo, que ya ha recibido quejas de los sindicatos menos representativos. Y es que la mayoría de estos delegados sindicales fantasmas pertenecen a los mayoritarios, CC OO y UGT.
De hecho, las quejas recibidas por Empleo vienen, sobre todo, de la mano de la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) y de la Unión Sindical Obrera (USO). Estos sindicatos denuncian que CC OO y UGT reciben más subvenciones de las que realmente deberían, debido a que las cifras oficiales de Empleo les atribuyen todos estos representantes de empresas desaparecidas.
Desde los sindicatos mayoritarios se defienden asegurando que el dinero que reciben es lícito. “Si esos delegados están atribuidos a CC OO y UGT es porque el Ministerio de Empleo no depura los datos cada año”, justifican fuentes de estas centrales. “Solo el Ministerio es el que tiene acceso al registro de la Seguridad Social para poder cruzar esos datos con los del registro mercantil y poder depurar estas listas”, explican desde UGT.
En CC OO consideran que la situación de estos representantes sindicales sin empresa, "ni es algo novedoso, siempre ha ocurrido, ni es relevante"; su depuración y eliminación del registro no cambiaría la correlación de fuerzas de los sindicatos mayoritarios, explican estas fuentes.
Pero ¿de cuánta gente y cuánto dinero se estaría hablando? No hay ningún dato oficial. Si bien extraoficialmente hay distintos cálculos. Por ejemplo, un cálculo a la baja podría hacerse dejando fuera las empresas de entre 0 y 20 trabajadores, que cuentan en su mayoría con escasa o nula representación sindical. Así, contabilizando solo las compañías de más de 20 empleados, se observa que habrían desparecido entre 2011 y 2015 un total de 9.422 empresas, según el Instituto Nacional de Estadística. Con una media de cuatro delegados por empresa, alrededor de 37.700 representantes habrían cesado su actividad sindical por desaparición de sus respectivas empresas.
Si se tiene en cuenta que en 2015 se contabilizaron un total de 262.072 representantes sindicales y desde 2013 las subvenciones de Empleo a los sindicatos están congeladas en 8,88 millones de euros anuales, se obtiene que los sindicatos recibirían poco más de 33 euros por delegado. A esto habría que añadir que el pasado año CC OO y UGT contaban con el 76% de los delegados, por lo que pertenecerían a ellos unos 28.650 de los delegados fantasma, lo que les reportaría un millón de euros de ingresos que, según los sindicatos minoritarios, los mayoritarios están recibiendo de más. Si bien CSIF eleva la cifra de representantes sin empresa a entre 70.000 y 80.000 y elevan la cantidad recibida de más por CC OOy UGT a más de 2,5 millones.
Desde Empleo admiten la situación, pero puntualizan que son los sindicatos los que deberían comunicar el cese de sus delegados a sus oficinas laborales provinciales y estas se lo comunicarían a la Oficina Pública de Elecciones estatal que “se limita a expedir certificaciones de representatividad sindical”.
Dicho esto, también reconocen un vacío legal que habría que subsanar, porque tanto el Estatuto de los Trabajadores como reglamento que regula la representatividad sindical se refieren a la obligación de comunicar “las sustituciones, revocaciones, dimisiones y extinciones” de los delegados pero no el cese de su actividad por el cierre de la empresa. Así, además de incluir esta situación en el reglamento, Empleo considera que en un futuro se deberá hacer el cruce de datos con la Seguridad Social que demandan los sindicatos minoritarios para depurar la lista de representantes.
La 'fuga de comités', otro problema
El sindicato de funcionarios CSIF lleva un par de años irrumpiendo con fuerza en la empresa privada, por lo que está especialmente batallador con todo lo que afecte al reparto de la representatividad sindical.
La central acaba de lanzar una campaña contra el bipartidismo sindical ejercido por CCOO y UGT con la que persiguen un cambio en Ley sindical que rebaje del 10% al 5% la representatividad exigida para ser considerado sindicato más representativo.
Como parte de esta campaña y junto con las denuncias por los delegados fantasmas de las empresas que ya no existen, el vicepresidente de CSIF, Francisco Iglesias también denuncia que CC OO y UGT “reciben financiación por muchos miembros de comités de empresa que salieron elegidos adscritos a uno de los dos sindicatos mayoritarios y durante su mandato se han fugado a otros sindicatos minoritarios”.