Cómo batir a las grandes gestoras sin mover un dedo
Esta firma ofrece comisiones de gestión un 79% más baratas que la media del mercado Defienden que la gestión automatizada acaba reportando mayores ganancias que la activa
François Derbaix ha declarado la guerra al lobby bancario. Este empresario belga creó en 2002 Toprural con su mujer y 10 años después lo vendió por 14 millones de euros al gigante estadounidense Homeaway. Desde ese momento se convirtió en un business angel, invirtiendo en firmas de nueva creación (Kantox, Comunitae, Bewa7er.com, Novicap...), mientras buscaba un proyecto en el que implicarse a fondo. Esa nueva oportunidad llegó hace un año, con Indexa Capital.
Derbaix es fundador, socio capitalista y consejero delegado de la empresa. Comparte esta función con Unai Asenjo, quien cuenta con más de diez años de experiencia en la gestión de planes de pensiones (Itzarri EPSV) y grandes patrimonios (Consulnor Gestión).
El banderín de enganche de Indexa Capital es la gestión pasiva (aunque a sus responsables les gusta más definirla como gestión automatizada). Consiste en invertir en fondos de inversión que cobren comisiones bajísimas, y que se dedique a replicar los índices de referencia. Y ya. Solo con eso, el inversor puede sacar mayores rentabilidades que poniendo su dinero en fondos de inversión convencionales.
Dos millones captados en solo dos meses
En poco más de dos meses de vida, Indexa Capital ha logrado atraer a clientes que les han cedido la gestión de más de dos millones de euros. En cuanto a los socios fundadores, además de los dos consejeros delegados (François Derbaix y Unai Asenjo), la firma ha contado con el respaldo del emprendedor Luis Martín Cabiedes (quien también pertenece al consejo asesor), Marta Esteve (fundadora de Soysuper y Rentalia), Amaia García, Álvaro Ortiz (Populate), el presidente de Hello Media, Yago Arbeloa y Fides Capital. “Nuestro plan inicial era llegar a los cinco millones de euros en activos gestionados para 2016, pero estamos registrando un nviel de captación de fondos mucho más alto del que esperábamos”, asegura Derbaix.
Los gestores automatizados (conocidos en inglés como robo advisor) surgieron en Estados Unidos en 2010. Allí, firmas como Betterment o Wealthfront gestionan ya un volumen de fondos que supera los 14.000 millones de dólares. Además, las grandes gestoras empiezan a apreciar el potencial de este tipo de plataformas. El año pasado, el gigante BlackRock compró FutureAdvisor, y la firma Vanguard tiene su propio gestor automatizado, con un volumen de 20.000 millones de dólares.
Aikido en la gestión de activos
Esta técnica viene a ser el aikido de la gestión de activos. Este arte marcial japonés se basa en vencer al adversario aprovechando su impulso y realizando el mínimo esfuerzo posible. Según explican Derbaix y Asenjo, la inmensa mayoría de estrategias de inversión publicitadas por los gestores no son efectivas y la mayoría de los fondos no logra su objetivo de batir a sus índices de referencia. “Tienen que venderte que es un método infalible para poder justificar las altísimas comisiones, que son las que pagan sus altos salarios”, apunta Derbaix.
El funcionamiento de Indexa Capital es sencillo. El inversor abre una cuenta en Inversis Banco (propiedad del grupo Banca March) y firma un contrato de gestión de carteras de fondos con Indexa. La firma realiza un perfil inversor, que le otorga un nivel de riesgo. Hay 10 niveles, y para cada uno de ellos hay una cartera modelo que puede tener desde el 10% de renta variable, hasta el 90%.
Hasta aquí, se trata de un procedimiento similar al de cualquier gestora. La diferencia está en los fondos en los que Indexa invierte el patrimonio del cliente. Se trata de seis fondos indexados, de la gestora estadounidense Vanguard (la mayor del mundo), que ofrecen unos costes de gestión ridículamente bajos (del 0,25%). Tienen tres fondos que replican la evolución de índices de renta variable (S&P 500, Pictet Europe Index y MSCI Emerging Market Index), y otros tres fondos para índices de renta fija (de bonos europeos, de deuda corporativa en euros y de bonos ligados a la inflación). “Con esta cartera de fondos es más que suficiente para constriuir una estrategia sólida y ganadora”, apunta Asenjo.
El comité asesor de Indexa (al que pertenecen el expresidente de la CNMV Manuel Conthe y el emprendedor Luis Martín Cabiedes) es los encargados de definir qué peso debe tener cada uno de los activos (fondos cotizadas) para cada cartera modelo. Cada tres meses, este comité puede revisar la estructura de cada cartera, pero los cambios serán pequeños, siempre viendo la visión a largo plazo.
Esta fórmula tan sencilla, choca frontalmente con las múltiples estrategias de la gestión activa (retorno absoluto, inversión en valor... etc.) pero a la vez es el la receta que le dió el gurú de los inversores Warren Buffet a su pareja, para que gestionara su futura herencia. “Pon un 10% el liquidez, a través de fondos del Gobierno a corto plazo, y el restante 90% en un fondo de bajo coste que replique la evolución del S&P 500, preferentemente un fondo de Vanguard”.
Comisiones muy bajas
Desde Indexa Capital defienden con vigor estas dos ideas de Buffet. La gestión pasiva, en el largo plazo, presenta mejores resultados que la gestión activa. Y, además, un factor diferencial son las comisiones. De acuerdo con cálculos de la firma, operar a través de Indexa permite ahorrar un 79% de las comisiones que se pagan habitualmente en España. El coste total promedio que calculan es del 0,72% anual, que incluye la comisión de Indexa, las de Inversis y las de los fondos, en comparación con 3,4% anual de los fondos de renta variable mixta en España.
“Hay un dato revelador sobre la gestión pasiva. El fondo Vanguard 500, que replica el índice S&P 500 tiene una clasificación de cinco estrellas Morningstar, ¡lo que implica que lo ha hecho mejor que el 90% de los fondos con los que compite, pero sin hacer nada!”, recuerda Asenjo.
Los responsables de Indexa Capital han optado por los fondos indexados para invertir por sus ventajas fiscales. Reconocen que les gustaría hacerlo a través de fondos cotizados (ETF, en sus siglas en inglés), pero cuando se venden hay que tributar por las plusvalías, lo que no ocurre cuando se hacen traspasos entre fondos. "Los ETF son mejores que los fondos, porque cotizan, lo que les otorga más transparencia aún, y ofrecen costes aún más bajos que los fondos indexados, pero la ventaja fiscal que tienen en España los traspasos de fondos los hace imbatibles", apunta Derbaix.
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