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Columna
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Tras la pista de los bancos nórdicos

Si los tipos de interés negativos hubieran sido fatales para los bancos, los suecos y los daneses se habrían visto más afectados durante la reciente desbandada en las acciones financieras. Después de todo, hace ya algún tiempo que los bancos centrales de estos países redujeron los tipos por debajo de cero. En su lugar, se superaron. El inconveniente para sus homólogos europeos y japoneses es que es complicado copiar las estrategias nórdicas.

La resistencia de los escandinavos se basa en tres pilares. Danske, Nordea, Skandinaviska Enskilda Banken, Svenska Handelsbanken y Swedbank han esforzado para ser sólidos como como una roca. Sus ratios de capital Tier 1 van desde el 15,4% al 24,1%, frente a una media europea del 12,3%, según muestra una investigación de Barclays. Eso se debe en parte a que los bancos nórdicos tienen un alto nivel de préstamos en relación a sus depósitos, y en parte a las lecciones aprendidas tras la crisis bancaria interna de los noventa.

Las grandes entidades escandinavas se han centrado en servicios menos sensibles a los tipos de interés

En segundo lugar, los grandes prestamistas nórdicos se están centrando en servicios bancarios menos sensibles a los tipos de interés y que generan ingresos por comisiones, tales como los productos de gestión de activos. En tercer lugar, han reducido sus costes. Los analistas de UBS calculan que la relación entre costes e ingresos de los bancos se situará en el 40% en 2016, en comparación con el más del 50% de los de Italia, los países del Benelux o Austria y el 75% de Alemania.

Sin embargo, incluso si un rival europeo contara con todas estas ventajas –y no muchos lo hacen– las entidades nórdicas tienen beneficios idiosincrásicos. Los bancos suecos pudieron ampliar los márgenes de los nuevos préstamos hipotecarios en cerca de 30 puntos básicos el año pasado, según UBS. Esto contribuye a que una proporción relativamente elevada de los tipos hipotecarios se restablezcan a intervalos regulares y que el mercado inmobiliario esté en auge. Puede que eso sea difícil de replicar en los países donde los tipos hipotecarios están fijos durante periodos mucho más largos o cuando el mercado inmobiliario se modere.

Los bancos de la zona euro y Japón también podrían resistir unos tipos por debajo de cero. Pero ellos no están tan bien protegidos contra los fríos vientos como sus homólogos nórdicos.

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