La banca española descarta crecer con compras este año
Los bancos españoles aseguran que no tienen intención de crecer con compras fuera de España en los próximos dos años, sobre todo en mercados en los que no tienen presencia. Solo Santander mantiene su interés por adquirir 300 oficinas en Reino Unido del escocés RBS, o puede que vuelva a pujar por Novo Banco en Portugal. CaixaBank también pretende hacerse con el 100% del luso BPI, en el que controla el 44%.
Si en algo coinciden Santander y BBVA es en ser dos de los grupos más significativos de la banca internacional gracias a su diversificación geográfica, con presencia sobre todo en Latinoamérica. Aunque la situación de Santander en Reino Unido, Portugal y Polonia también es importante, lo mismo que en el segmento de crédito al consumo en Alemania.
Ambas entidades, sin embargo, han decidido este año y el próximo crecer nuevamente con compras fuera de España, según han explicado en sus presentaciones de resultados correspondientes a 2015 sus presidentes, Ana Botín y Francisco González, respectivamente. Pese a ello, las estrategias internacionales de Santander y de BBVA, siguen distanciándose cada vez más. Así, mientras que el banco que preside Botín no descarta mejorar su cuota, aunque sea marginalmente en alguno de los mercados en los que está presente con pequeñas adquisiciones como en Portugal o Reino Unido, BBVA no tiene intención de entrar en nuevos países con comprar físicas. Y en los mercados en los que está tampoco parece que quiera fortalecer su presencia con adquisiciones de nuevas redes, según dejó claro González en la rueda de prensa de los resultados del banco correspondientes a 2015.
El banquero explicó que si entran en nuevos países lo harán a través de plataformas tecnológicas, como ha hecho el banco en Reino Unido con la compra de un 30% del banco por móvil Atom. Añadió que la entidad jugará un papel “muy activo” en el proceso de fusiones en España, pero advirtió de que “las ganas son cada vez menores” para comprar un banco “físico”. Aseguró que a medida que pasa el tiempo el “atractivo” para BBVA de comprar entidades físicas en España “es menor”. “Hoy será el 100% (de interés), el año que viene el 90% y en cinco años será el 50%”.
La última apuesta internacional de Santander fue el portugués Banif, un pequeño banco adquirido a finales de diciembre por el grupo que preside Ana Botín, y por el que pagó 150 millones de euros, tras poner el Estado luso más de 3.000 millones de euros para limpiar la entidad de activos tóxicos. A esta adquisición, estimulada por el BCE, le puede seguir la compra de 300 oficinas del banco Williams & Glyn, filial de Royal Bank of Scotland, si finalmente queda ganador en la puja que se ha abierto por esta red.
El nacionalizado Novo Banco, podría estar otra vez en el radar de Santander cuando vuelva a salir a subasta. Este banco convertiría a Santander en uno de los dos principales actores del mapa financiero luso.
Pero al margen de estas pequeñas operaciones, que están ligadas al crecimiento en mercados ya maduros y en los que pretende reforzar su cuota, Santander mantiene su idea de crecer fuera de España de forma orgánica, como explicó Botín en la presentación anual de resultados. CaixaBank también ha descartado hacer cualquier operación fuera de España, con la excepción, claro, de BPI, banco del que es el máximo accionista con el 44%, y en el que ha renovado la esperanza de poder lanzar una oferta pública de adquisición de acciones (opa) para poder rentabilizar su participación en esta entidad.
El presidente de Sabadell, Josep Oliu, también explicó en la rueda de prensa de resultados que la entidad no tiene intención de ampliar su presencia en otros países hasta que no se consolide en México, donde acaba de obtener una ficha bancaria, y sobre todo, en Reino Unido, donde el pasado año compró TSB. La idea de Sabadell es finalizar la integración de TSB, razón por la que no participarán en nuevas compras hasta 2018.
Popular también tiene entre sus asignaturas impulsar su internacionalización. Su objetivo era comprar un pequeño banco en EE UU para integrarlo con su filial en ese país y entrar en otros mercados latinoamericanos y en Reino Unido, pero todo ha quedado aparcado hasta que no recupere rentabilidad y complete el saneamiento de sus activos inmobiliarios. Bankia no puede salir fuera de España, mientras que Bankinter debe digerir la compra de la red minorista de Barclays en Portugal.