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Columna
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Un cóctel peligroso para Merkel

Los resultados económicos de Alemania parecen cada vez más inestables. La caída de la producción industrial y los pedidos, junto con la debilidad de las exportaciones y de las ventas minoristas en diciembre, sugieren que los mercados emergentes en decadencia están afectando a la mayor economía de Europa. La canciller Angela Merkel ha capeado una crisis de refugiados, pero si se permite que la debilidad económica llegue al mercado de trabajo, su destino político podría estar en problemas.

La economía alemana ha desafiado a la gravedad desde el año 2010, con un crecimiento del PIB real anual medio del 2%. El país ha creado 2 millones de puestos de trabajo desde entonces y la tasa de desempleo bajó del 8,6 al 6,7%. Más puestos de trabajo y el aumento de los salarios reales han impulsado la demanda interna.

Alemania se ha visto sacudida por la afluencia de más de un millón de refugiados el año pasado

Se supone que el círculo virtuoso continuará este año. El gobierno alemán espera que el crecimiento de 2016 alcance el 1,7%, el mismo nivel que en el año anterior. Sin embargo, los datos de diciembre son inusualmente pobres y vienen con una marcada caída en las expectativas de las empresas alemanas. Los economistas de Citigroup hablan del riesgo de una recesión de invierno.

Los mercados de trabajo son los que más riesgo acumulan. Alemania está sacudida por la afluencia de más de un millón de refugiados el año pasado. El predecesor de Merkel, Gerhard Schröeder, vio en 2005 cómo la falta de trabajo puede influir en la suerte política. Fue derrocado después de que el número de parados aumentara por encima de 5 millones.

Las manos de Merkel están atadas por las estrictas reglas que prohíben un déficit presupuestario, después de tener en cuenta las oscilaciones cíclicas, de más del 0,35% del PIB. El tratado de coalición, que tiene por objetivo conseguir un presupuesto equilibrado, reduce aún más su margen de maniobra para un estímulo económico que calme a los votantes sin alienar a los radicales del control del déficit dentro de su partido. Si la economía se oscurece aún más, puede que haya pocas opciones.

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