Un ejecutivo en el mercado
James Gorman, jefe de Morgan Stanley, nombró el miércoles a Colm Kelleher como único presidente y heredero aparente, dejando al copresidente Greg Fleming a la intemperie. Kelleher es el último superviviente de Wall Street. Pero puede que Fleming encuentre una alta demanda para sus habilidades.
Entre ambos han ayudado a poner a Morgan Stanley de nuevo en pie. Fleming supervisó la integración del que fuera el brazo de corretaje de Citigroup, Smith Barney, en la división de gestión de patrimonio y condujo su margen de beneficio antes de impuestos hasta un respetable 23% en los primeros nueve meses de 2015.
Entre Colm Kelleher y Greg Fleming ayudaron a poner a Morgan Stanley de nuevo en pie
Kelleher ha sufrido sin duda más de un golpe. Por ejemplo, chocó con su antiguo compañero en lo más alto de la división de valores institucionales, Paul Taubman. Enfoque más puritano de este último no cuajó bien con el encanto vendedor del irlandés. Pero llegó a la cima.
Puede que Fleming, 52, haya perdido algunos de los grandes trabajos de consejero delegado en el sector financiero –suponiendo que los quisiera– como dirigir Barclays. Pero tal vez el consejo de BlackRock lo quiera como sucesor de su jefe de 63 años de edad, Larry Fink, cercano a Fleming.
Kenneth Chenault, de American Express, ha estado teniendo problemas recientemente. La acción ha caído cerca de un tercio en los últimos 12 meses. La empresa también atrajo la atención del inversor activista ValueAct después de que la compañía de tarjetas de crédito y pagos perdiera un contrato de alto precio con el minorista Costco. Fleming también podría llamar la atención de los directores de Amex como potencial sustituto.
A algunos de los bancos regionales de Estados Unidos también podría interesarles contratar a Fleming. Asesorarles sobre fusiones y adquisiciones fue su especialidad a principios de su carrera en Merrill Lynch. Con la Reserva Federal ahora mostrando una mayor disposición hacia las fusiones de las entidades, Fleming incluso podría estar en condiciones de echar mano de sus viejos trucos.