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Los mercadillos ambulantes se han convertido en una plataforma de venta nueva y revolucionaria.

Compras alternativas en Chic Pop Up

En cuatro años su cartera de expositores ha pasado de 65 a 1.000.

Rocío Padura, Rocío Gálatas y María Eugenia Fernández.
Rocío Padura, Rocío Gálatas y María Eugenia Fernández.

Es época de dar y recibir, se acerca la Navidad y con ella viene la misma pregunta que te haces todos los años: ¿Qué regalar? No es fácil pensar en ideas originales, pero si lo que queremos es huir del convencionalismo, el mercadillo Chic Pop Up nos lo pone fácil.

Detrás de él están tres profesionales del mundo del estilismo y de la comunicación con trayectorias ligadas a medios especializados en moda y decoración, que fueron las pioneras en traer este concepto a España hace ahora cuatro años.

"La idea nos surgió en las navidades de 2011 en plena crisis económica y fuimos con pies de plomo, sin pensar en ningún tipo de proyección", recuerda Rocío Padura, socia de Chic Pop Up.

Después de hacer varios viajes por Estados Unidos y Londres, las emprendedoras cogieron ideas de los mercadillos ambulantes que había en esos países y decidieron trasladarlas al nuestro.

"Era un momento en el que habían cerrado muchas tiendas y estudios de diseñadores por lo que decidimos crear una nueva plataforma de venta en la que la unión hiciera la fuerza y hubiera una sinergia en la que los unos crecieran con los otros", cuenta Padura. Gracias a esta opción, además, el expositor minimizaba los riesgos y aumentaba sus beneficios.

Con una inversión inicial de 6.000 euros para el alquiler del primer local y la comunicación consiguieron arrancar con su primer Pop Up. Seis meses más tarde llegaría el segundo y después un tercero hasta hoy. Así, en los últimos cuatro años han conseguido que su cartera de clientes pase de 65 expositores a más de 1.000 firmas, muchas de ellas de fuera de España.

Con respecto a los ingresos, Eugenia Fernández-Shaw, socia de Chic Pop Up, señala que estos "son muy variables y dependen del alquiler del local y del emplazamiento, pero cada expositor desembolsa en torno a 100 euros al día por estar presente".

Para ellas, el secreto de Chic Pop Up pasa por la exclusividad de los artículos que en él se muestran, ya que "solo aquí pueden verse y comprarse porque seleccionamos mucho el producto", declara Fernández-Shaw.

Hasta el 10 de enero entrante, 100 firmas con estilos únicos y de lo más variados presentarán sus propuestas simultáneamente en dos espacios de la capital: en Velázquez, 12 y Claudio Coello, 53. Desde brazaletes y pulseras elaborados por indígenas hasta babuchas, pasando por joyería de diseño o prendas étnicas.

Por último, Chic Pop Up tiene un hueco para la labor social ya que en cada mercadillo siempre cede un espacio a una ONG o asociación sin ánimo de lucro.

Es el caso de la fundación Lo que de verdad importa que promueve el desarrollo y la difusión de los valores humanos, éticos y morales universales mediante actividades culturales, y que estará presente en sus espacios en Madrid llevando algunos de sus artículos con el fin de recoger fondos para continuar llevando a cabo su labor.

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